Carmen de la Jara, el timón de la vida
La maestra y salvaguarda de los cantes de Cádiz obtuvo un gran éxito en la Peña Juanito Villar durante el ‘Ciclo Dedicado a la Mujer Gaditana en el Flamenco’.
Nochecita en Cádiz, puerta de la Caleta. La estatua de Fernando Quiñones te pide unas monedas por aparcarte el coche. Anda ya. Picha, déjame que me inspire, que esta noche la cosa va de sueños, y en mis sueños mando yo. La Peña Flamenca Juanito Villar se viste hoy con mantón de Manila. Quien no la conozca no puede imaginarla. Una bóveda de cañón enladrillada por dentro y encalada por fuera. Centinela del mar que mira siempre a su barrio de la Viña. Prueba los chocos y los salmonetitos, antes que se acaben.
Es el Ciclo Dedicado a la Mujer Gaditana en el Flamenco. Esta edición homenajea a la joven cantaora Ana Polanco. Cada viernes de octubre, una mujer, y una velada de arte. Ahí está Carmen, la de la Viña, la de la Jara. La que porta el estandarte del flamenco de Cádiz, tras la triste desaparición de Mariana Cornejo. Viene acompañada de Antonio Carrión, flamante galardonado con la Musa Flamenca. Me han sentado con unos alemanes encantadores. Chanelan de flamenco más que el que lo inventó.
To aquel que crea que mis penitas no son ná,
siquiera por un momento
ay, que se ponga en mi lugar.
Martinete, debla, toná de los calabozos de Utrera y toná de cierre. Y ahora voy a cantar la Caña. La que lleva la letra de El Tenazas, el que ganó el Concurso de Granada de 1922. Mare mía, ha empezado como un ciclón. Lo hemos hablado mil veces, tú y yo. El qué. Lo de la importancia de saber uno o una qué es lo que está cantando en cada momento. Demuestra no solo sabiduría y conocimiento, sino también afición. Sí, primo, pero a mí lo que me importa es que me llegue. Y te llega, ya lo creo que te llega. Por cierto, por si no lo sabías, las dos soleares apolás que ha cantado tras la Caña son la del Machango, siguiendo a Rafael Romero: Tienes muchas cosas mías. Y la de Silverio, la de Se hundió la Babilonia, por Pepe de la Matrona.
No trae la voz muy católica que digamos. Está un poquito rozá. A ver cómo termina. Caracoles de Chacón, muy bien defendidos, sin copiar. El público le pide su famosa guajira Desde la Torre Tavira, y ella acepta, generosa. La primera parte termina con una estupenda chuflilla de Cádiz, mencionando a las grandes cantaoras de la tierra. Desde Rosario la Mejorana, a la Perla de Cádiz, pasando por María Armento, Soledad la de Juanelo, Pepa de Oro o Rosa la Papera. La serie termina con sus famosas jotas navarras por bulerías.
«Dice una amiga mía que para cantar bien por seguiriyas hay que ponerse fea. Mira la cara de Carmen de la Jara, ya no parece ni ella»
Tras el descanso, Carmen de la Jara viene más guapa. Trae la mente fría y la garganta caliente. Y la voz más limpia, parece. La sonanta de Carrión recolecta por tangos decenas de corazones en su canasta de seis mimbres. Mira la gaditana, cómo se va para Granada, de Badajoz a Málaga para visitar a la Repompa. Ya entra triunfante por la Viña, de la mano de Pericón. Silencio, tocan a difuntos las campanas de La Palma, que llega la seguiriya. Antonio Carrión es el divino campanero. No le hacen falta sogas ni badajos. Con los mismos oles que levanta una de sus falsetas, Antonio cuadra el reloj de la torre a las doce en punto. Dice una amiga mía que para cantar bien por seguiriyas hay que ponerse fea. Mira la cara de Carmen, ya no parece ni ella. Seguiriya de Cádiz, de Francisco la Perla. Hay mucho dolor por aquí abajo. Entre el público hay una representación de la Peña Flamenca Tomás el Nitri, de El Puerto de Santa María. Se estremecieron de gozo al oír aquello de:
Camino de Sanlúcar,
Venta el Noguero,
allí mataron a Pablo de la Cruz
cuatro bandoleros.
Que sí, que ahora saldrás diciendo que no eran cuatro, sino siete. Y que al finado le han cambiado el nombre infinidad de veces. Del nombre de la venta, ídem de ídem. Lo cierto es que la de la Jara metió dos trincherazos por abajo que enmudecieron hasta los vasos de la barra. Y por si te habías quedado con ganas, la cabal del señor Manuel Molina.
Había que aliviar los maltrechos corazones con urgencia. Y la Peña Juanito Villar se convirtió en una improvisada sala de curas. Las bulerías de Rocío Jurado administraron yodo, gasas y algodones, qué no daría yo por escuchar de nuevo el grito de mi madre en su ventana. Las madres, dice Carmen, qué importantes son las madres, somos el timón de la vida. Antes del fin de fiesta, volvió a ejercer de mamá con la nana más hermosa, aquella que escribió Fernandito Terremoto pensando quizás en su hija María.
FICHA ARTÍSTICA:
Espectáculo: XIII Ciclo Dedicado a la Mujer Gaditana en el Flamenco 2019
Lugar y fecha: Peña Flamenca Juanito Villar, Cádiz. 18/10/2019
Al cante: Carmen de la Jara
Al toque: Antonio Carrión