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Israel Fernández no se desboca

El cantaor toledano, elevado a la categoría de estrella de masas, brinda en el Teatro de la Maestranza de Sevilla su nuevo disco, ‘Pura sangre’. El público devoto lo ovaciona en pie, pero ¿qué le falta para terminar de romper?


A Israel Fernández lo hemos visto en los últimos tiempos en múltiples formatos: en espacios pequeños, en teatros, en eventos benéficos, en festivales de verano… Siempre impecable en lo formal, tirando de amplio repertorio, dando pruebas de poseer un fuelle extraordinario y saber cómo explotarlo, entre otras cualidades. Todo ello ha elevado al toledano a la categoría de estrella de masas, la misma que le abrió las puertas del Teatro de la Maestranza este jueves para un proyecto propio, después de haber pisado las mismas tablas con Carlos Saura y Sara Baras. El patio de butacas casi lleno, con el público acicalado como en las grandes ocasiones, confirmaba ese respaldo popular.

 

Pero el estrellato tiene su letra pequeña, y exige siempre algo más. En este caso, ya no basta con una buena voz y una buena guitarra. Hay que invertir en escenografía, contratar una dramaturgia, hacer de un recital flamenco algo más parecido a un espectáculo de pop o de rock. En el caso de la presentación de Pura sangre, el último disco de Fernández, confieso que la puesta en escena inicial, con esa especie de establo al que es conducido el cantaor como si fuese un caballo atado con correajes, me pareció un tanto pobre por literal. Sus músicos vestidos con ropas vaqueras y botas de punta, una gran cruz de madera presidiendo la escena, luces inexplicables, el conjunto era una mezcla de western y de liturgia que no acaba de funcionar. Si a eso le añadimos la reverb absolutamente abusiva que se imprimió a la voz, el resultado es un comienzo como mínimo desconcertante.

 

Claro que esos recursos adicionales no esconden la fuerza expresiva de Israel Fernández, que en seguida iba a ponerse de manifiesto por alegrías. No la esconden, pero tampoco ayudan a resaltarla. Más bien entretienen al espectador que se aburre con el flamenco, e irrita a quienes quieren concentrarse en el recital. Porque cantar mientras una muchacha te mesa los cabellos, como ocurrió a continuación mientras hacía por levante su tema Me encuentro solo, es una distracción que no se le ha ocurrido a quien le basta con un o una artista destilando sus mieles junto a la guitarra.

 

 

«Esos recursos adicionales no esconden la fuerza expresiva de Israel Fernández. No la esconden, pero tampoco ayudan a resaltarla. Más bien entretienen al espectador que se aburre con el flamenco, e irrita a quienes quieren concentrarse en el recital»

 

 

Israel Fernández – ‘Pura sangre’. Teatro de la Maestranza, Sevilla. 5 oct 2023. Foto: Teatro Maestranza

 

 

Aunque Israel sabe muy bien cómo arrancar oles cuando está haciendo su oficio, más camaronero que nunca, el espectáculo muy pronto vuelve a la confusión, todo parece precipitado y hasta cacofónico. Hay un momento en que parece quitarse un zapato y se lo entrega al percusionista para que le dé martillazos con sonidos de fragua, acto seguido irrumpe en escena un piano de cola para que el cantaor interprete Vino amargo de Rafael Farina, una de sus piezas predilectas. 

 

La gente, no obstante, parece encantada con lo que ve y oye. Muchos han venido claramente a brindar su admiración a ese ídolo generacional, a esa esperanza para un cante flamenco que en los últimos años no está demasiado sobrado de primeras figuras. Israel Fernández lo es, tiene la imagen, tiene los metales, tiene la afición. De hecho, es probablemente la única opción digna entre los nominados a los Grammy Latinos en la categoría de flamenco. Y tiene a Diego del Morao a la bajañí, garantía con denominación de origen. ¿Qué le pasa, entonces? ¿Por qué –lo pienso ahora, mientras acomete los tangos– en todas esas ocasiones en que lo he visto en los dos últimos años me ha parecido intachable en líneas generales, pero me no me ha levantado de la silla?

 

De pronto creí entender cuál es el problema: todas esas veces que he visto al toledano en vivo, he sido incapaz de saber si estaba a gusto o a disgusto con lo que él mismo hacía. Como espectadores, nunca nos busca con la mirada. Llámenlo timidez, introversión, discreción, llámenlo como quieran, pero el propio Israel, profesional escrupuloso, no parece romperse nunca. No se desboca, si nos abonamos a la metáfora en torno a la cual giraba el espectáculo. Y como consecuencia, encandila, pero no jiere.  

 

No tuve tiempo de ver el desenlace del montaje, porque quería llegar a tiempo para ver en el Central a Águeda Saavedra. Pero sé que no me equivoco si digo que fue despedido con una enorme ovación, el público en pie reconociendo a su estrella del momento, ese gran cantaor que sabe exaltar a sus seguidores, pero éstos nunca saben cómo se siente realmente él. 

  

 

Ficha artística

Israel Fernández – ‘Pura sangre’
Teatro de la Maestranza, sevilla
5 de octubre de 2023
Cante: Israel Fernández
Toque: Diego del Morao
Percusión: Ané Carrasco
Palmas: Marcos Carpio y Pirulo
Actriz: Belén de los Reyes

 

 

Israel Fernández – ‘Pura sangre’. Teatro de la Maestranza, Sevilla. 5 oct 2023. Foto: Teatro Maestranza

 

Israel Fernández – ‘Pura sangre’. Teatro de la Maestranza, Sevilla. 5 oct 2023. Foto: Teatro Maestranza

 

Israel Fernández – ‘Pura sangre’. Teatro de la Maestranza, Sevilla. 5 oct 2023. Foto: Teatro Maestranza

  


Un pie en Cádiz y otro en Sevilla. Un cuarto de siglo de periodismo cultural, y contando. Por amor al arte, al fin del mundo.

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