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Concha la Cantaora o la falsa Peñaranda - Archivo Expoflamenco
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Concha la Cantaora o la falsa Peñaranda

La asesinada en Valencia era Concha la Cantaora, de nombre Concepción Rodríguez y Calvo (Málaga, 1863 - Valencia, 1889), al parecer hermana del Niño de San Roque. Y la verdadera Peñaranda era Concepción Peñaranda, la que aparece en el cartel de la Nevería del Chino de 1885 con el Canario de Álora.


El entrañable compañero, amigo e investigador murciano José Gelardo Navarro me llamó un día emocionado porque había dado en la prensa con la trágica muerte de Concha la Peñaranda, y una vez que comprobé los datos supe enseguida que el asunto no estaba del todo cerrado. Su Peñaranda, asesinada en Valencia el 27 julio de  1889, se llamaba Concepción Rodríguez y Calvo y la verdadera Peñaranda se llamó con toda seguridad Concepción Peñaranda, sin que sepamos aún a ciencia cierta su segundo apellido, lo que está dificultando poder hallar su identidad en documentos como padrones vecinales o registros parroquiales. Es el mayor problema con el que nos encontramos a la hora de localizar a los artistas flamencos que no fueron biografiados en su tiempo. A veces, como en el caso del Planeta, solo contamos con un apodo y los remoquetes no aparecen en los documentos oficiales, salvo en raras excepciones.

Cuando don Manuel Ojeda Rodríguez El Burrero confeccionó el único cartel donde aparece la cantaora levantina (1885), la anuncia como Concepción Peñaranda La Cartagenera, que es como también la llamó Fernando el de Triana en su libro Arte y artistas flamencos (Madrid, 1935), al que siempre hay que recurrir. El Burrero puso el nombre y primer apellido de todos los artistas del cartel y en ninguno se equivocó. ¿Por qué lo iba a hacer precisamente en la Peñaranda, que era ya tan famosa y a la que destacó en negrita y en un tamaño de letra mayor? La artista cartagenera aparecía ya en la prensa de su tierra en 1883, dos años antes de que la contrataran en el Café del Burrero, que seguramente fue por el eco que tenían sus actuaciones en la prensa de todo el país.

 

Anoche estuvo más concurrido que de ordinario el café del Sol, situado en las puertas de Murcia. Un numeroso público llenaba todas las mesas y escuchaban con gusto a la nueva cantadora cartagenera Concha Peñaranda.

El Eco de Cartagena, 5 de octubre de 1883

 

Si la asesinada en Valencia hubiera sido la Peñaranda, Fernando el de Triana se hubiese enterado de su trágica muerte, al igual que Rafael Pareja o Guillermo Núñez del Prado, que escribieron sobre ella. Era tan famosa como el Canario de Álora y del cantaor malagueño se escribió bastante cuando lo mató el padre de la Rubia Colomer. ¿Por qué no se iba a escribir de la muerte de la Peñaranda si fue asesinada por su amante, aunque eso no quedó muy claro? Todo esto lo hablé con José Gelardo y tenía sus dudas ya de que esa Concha Rodríguez fuera en verdad la célebre malagueñera y de estilos mineros, pero publicó el libro El Rojo el Alpargatero: el flamenco (Almuzara, 2007), y ahí quedó la historia. Me dijo que algún día intentaría cerrar el tema, pero lo cierto es que se metió en otras cosas y lo fue dejando.

Cuando en 2009 publiqué El cartel maldito y vio el cartel, me volvió a llamar para decirme que tenía ya serias dudas de que hubiera dado en la diana. Que la asesinada en Valencia en julio de 1889 no era la verdadera Peñaranda. Si llega a buscar menos noticias del juicio y más del crimen, a lo mejor hubiera llegado a otra conclusión. Concepción Rodríguez y Calvo no era sino una cantaora de escasa calidad a la que llamaban seguramente Peñaranda porque remedaba a la gran cantaora levantina.

 

«La asesinada en Valencia en julio de 1889 no era la verdadera Peñaranda, sino una cantaora de escasa calidad a la que llamaban seguramente Peñaranda porque remedaba a la gran cantaora levantina»

 

Nacimiento en Málaga de Concepción Rodríguez y Calvo, en 1863. Archivo Manuel Bohórquez.

 

¿Quién era Concha la Cantaora?

Se llamó Concepción Rodríguez y Calvo, hija de Rafael Rodríguez Díaz y de Agustina Calvo Delgado. Nació la niña el 31 de diciembre de 1863, en el número 74 de la calle Lagunillas, Málaga. Sus padres se habían casado en la Parroquia de la Merced el 28 de octubre de 1861, él con 27 años, natural de Málaga y jornalero de profesión, y ella con 25, de estado viuda de Miguel Méndez y también natural de Málaga. Ella era hermana de Ramona Calvo Delgado, la primera mujer de Rafael, y, por tanto, madre de otro  Rafael, uno de los hermanos de Concha y posible Niño de San Roque.

Parece ser que Conchita creció en su ciudad natal y que sintió pronto la llamada del cante, del mundo de la farándula. Si es cierto que era hermana del Niño de San Roque, algo que está por confirmar, Rafael Rodríguez y Calvo nació en 1856, luego Concha pudo acceder al mundillo a través de su propio hermano. Abandonaría pronto Málaga para afincarse en Valencia, donde al parecer se casó con un tal Antonio Picorver, al que se conocía por Garvay, según averiguó Gelardo y consta en el acta de defunción de la joven artista. ¿Por qué eligió Valencia para trabajar y hacer su vida? Imposible saberlo, pero su abuelo materno, Ramón Calvo, era de la localidad valenciana de Chiva, y a lo mejor le tiraban sus raíces familiares.

 

Boda en Málaga de los padres de Concha la Cantaora. Archivo Manuel Bohórquez.

 

Curiosamente, su abuela paterna, Antonia Díaz, era natural de la ciudad de Cartagena. Este dato daba que pensar, porque a lo mejor le decían La Cartagenera a Concepción Rodríguez por su abuela. Sin embargo, el hecho de que aparezca en el cartel como Concepción Peñaranda La Cartagenera, y no como Concepción Rodríguez, me sigue pareciendo un dato incontestable. Entonces, ¿cuál de las dos mujeres fue la célebre Conchita la Peñaranda?

Parece raro lo de Peñaranda, de ser la malagueña la afamada cantaora, porque ¿a cuento de qué si no era ninguno de sus apellidos ni tampoco el de nadie de sus antepasados? Por tanto, y así se lo hice saber a José Gelardo, estoy totalmente seguro de que la asesinada en Valencia era Concha la Cantaora, al parecer, hermana del Niño de San Roque, aunque esto no se puede asegurar aún al cien por cien. Y que la verdadera Peñaranda, la auténtica, era Concepción Peñaranda, la que aparece en el cartel de 1885 cantando con el Canario de Álora, el Canario Chico, la Serrana, Antonio el Pintor, Lamparilla y la Carbonera, entre otros y otras artistas célebres.

Como ya he puntualizado, Gelardo manejó mucha prensa sobre el juicio, pero poca sobre el crimen. Y si la manejó utilizó solo la que le interesó para su investigación, como hacemos todos. Creyó haber encontrado a la Peñaranda hasta que publiqué el cartel de la Nevería del Chino, de 1885, y entendió que la asesinada en Valencia era solo una imitadora que seguramente jugaba a ser famosa. No creo que tuviera ninguna importancia como cantaora. Insisto en que si la de Valencia hubiera sido de verdad la Peñaranda, la noticia habría tenido mayor recorrido y se habrían escrito coplas alusivas al crimen, como pasó también con el Canario de Álora.

 

Nacimiento de Rafael Rodríguez Calvo, en 1856, hermano de padre de Concha la Cantaora. Archivo Manuel Bohórquez.

 

Confusión en Cartagena y La Unión

Como a la malograda Concha la Cantaora le apodaban  La Peñaranda, cuando la prensa valenciana y nacional en general se ocuparon del crimen creyeron que era la cantaora de Cartagena y aparecieron muchas reseñas en la prensa de tierras murcianas, como ya publicó Gelardo en su citada obra.

 

El lunes de esta semana ha comenzado en Valencia la vista de la causa seguida por muerte de Concha Rodríguez (a) la Peñaranda, tiple de café.

Los antecedentes del suceso son los siguientes:

El día 27 de julio del año pasado, a la una de la tarde, los vecinos de la casa número 1 de la calle San Luis Beltrán, oyeron que en el interior había sonado una detonación, producida al parecer por un arma de fuego.

El Eco de Cartagena, 28 de noviembre de 1890.

 

Pero el diario se retracta en el mismo número, a la hora del cierre:

 

Por referencias que se nos hacen a última hora, la Concepción Rodríguez (a) la Peñaranda, muerta violentamente en Valencia, no es la cantante del mismo nombre, y la que tantos aplausos tiene conquistados en esta población.

 

«Cuando don Manuel Ojeda Rodríguez El Burrero confeccionó el único cartel (1885) donde aparece la cantaora levantina, la anuncia como Concepción Peñaranda La Cartagenera, que es como también la llamó Fernando el de Triana en su libro Arte y artistas flamencos»

 

Pero Gelardo no se dio por vencido y quería creer que era de verdad la cantaora cartagenera a la que habían asesinado en Valencia, aunque también se habló de suicidio.

La noticia llegó a Granada, y esta aclara bastante sobre la confusión entre Conchita la Cantaora y Conchita la Peñaranda.

 

Otro crimen en Valencia

El sábado a la una y media de la tarde oyéronse un tiro y gritos de socorro en una casa de prostitución de la calle San L. Beltrán. Pocos minutos después los guardias municipales y de seguridad que penetraron en la casa hallaron en la cocina, situada a la izquierda de la entrada, una agraciada joven de unos 18 años de edad bañada en sangre, que manaba abundantemente de una herida en la sien derecha. La infeliz estaba espirando.

El cuerpo de la joven estaba en posición supina y vestía falda de color crema con flores más obscuras y chaquetilla de merino negro.

Era una joven agraciada, morena y muy conocida por aquellos barrios.

Los datos recogidos acerca del hecho recogidos por un colega de aquella ciudad son los siguientes:

Concepción Rodríguez (a) Peñaranda -nombre tomado de una afamada cantadora- con cuyo apodo se la conocía más especialmente. Hace tres años vino al café Europeo, junto al teatro Apolo, y el año pasado cantó y bailó en un barracón de la feria.

El Popular de Granada, 30 de julio de 1889.

 

La noticia, que me facilitó Alberto Rodríguez Peñafuerte, es más extensa pero nos interesaba esta parte en la que, en efecto, se trataba de una chica malagueña a la que llamaban La Peñaranda porque imitaría a la famosa malagueñera cartagenera. Concepción Rodríguez era, además, de familia cartagenera, así que tendría a Concepción Peñaranda La Cartagenera como una de sus referencias en el cante flamenco. No creo que esta artista tan famosa cantara en barracones de feria ni que viviera en una casa de prostitución, como la malagueña.

 

Noticia en la prensa de la época sobre el juicio por la muerte de una cantaora.

 

Hay una copla que nos puede ayudar, aportada por Fernando el de Triana:

 

Conchita la Peñaranda
la que canta en el café
ha perdío la vergüenza
siendo tan mujé de bien.

 

No podía ser “tan mujé de bien” una muchacha que vivía en una casa de prostitución. En la copla la criticaban solo por cantar en un café, algo que estaba mal visto en aquella época incluso si eran hombres.

 

Enorme despliegue en el juicio

Aunque ya hubo medios que desmintieron que Concepción Rodríguez fuera la verdadera Peñaranda, el juicio fue muy mediático y aparecieron reseñas en casi todos los periódicos de España.

 

Muerte de una cantaora

Ha continuado el juicio de la causa seguida contra José Segrelles y Guillén Bautista Salvador sobre la muerte de la cantadora Concha la Peñaranda.

Como no hay testigos presenciales del hecho, y la cuestión se haya planteada entre si fue homicidio o suicidio lo ocurrido, se ha procurado apurar los medios de investigación, y además de la prueba testifical practicada el lunes y el martes, el miércoles se verificó un reconocimiento ocular de la casa número 1 de la calle de San Luis Beltrán, donde acaeció el hecho, y se recibió declaración de los peritos médicos.

Al reconocimiento fueron los magistrados y jurados, el fiscal y los abogados, los procesados y los peritos Sres. Eced, Pastor, Magraner, Mas y Machi.

Procuróse presentar la escena de autos, según refiere Las Provincias, de Valencia, colocándose un muchacho en el retrete y en la actitud oblicua en que fue encontrado el cadáver. En esta actitud y en la dirección de la herida penetrándole en la cabeza, fundábanse principalmente los doctores Mas y Machi, para sostener como probable la hipótesis de que la muerte fue por homicidio y no por suicidio, sin que llegasen a negar la posibilidad de esto último.

Que Concha entrase en el retrete levantando los brazos en actitud como de sacar algo del cuerpo del vestido, cual afirmó el procesado Segrelles, lo negó el doctor Mas, midiendo que el retrete solo tiene de pared a pared 55 centímetros, y los brazos, en aquella actitud, 60 centímetros de codo a codo.

Los Sres. Eced, Pastor y Magraner, sostuvieron la opinión contraria, admitiendo como más probable el suicidio, y sin negar la posibilidad del homicidio, porque en el retrete no caben dos personas; la herida, por su orificio de entrada, pudo inferírsela la Concha y caer después en la actitud oblicua.

 

Acta de defunción de Concha la Cantaora. Del libro de José Gelardo.

 

Catorce años, ocho meses y un día

Todo lo relacionado con el juicio por el crimen de Concha la Cantaora, la desafortunada malagueña, despertó un gran interés en la sociedad valenciana. Llevaba tiempo en esa ciudad y se había hecho algo popular. Encima la habían confundido con una cantaora de fama, Concha la Peñaranda, y eso hizo que se interesaran los diarios nacionales. Con la publicación de la sentencia cerramos este artículo con la promesa de que la verdadera Peñaranda tendrá una entrada en la Serie Oro.

 

JUECES Y REOS

Muerte de una cantaora

Ya ha terminado en la Audiencia de Valencia el juicio por jurados de la causa por muerte de Concha la cantaora.

Informó el Sr. Beira en defensa del acusado Bautista Salvador, pronunciando un discurso bien meditado. José Segrelles, el otro procesado, había quedado en libertad por no haber, como la ley dispone, quien sostuviera la acusación.

Terminado el informe y hecho el resumen por el presidente de la Sala, Sr. Barroeta, se pronunció el siguiente veredicto:

1.ª ¿Juan Bautista Salvador es culpable de haber disparado una pistola contra Concha Rodríguez, causándole una lesión en la sien derecha, de la que falleció instantáneamente, cuyo hecho tuvo lugar como a la una de la tarde del 27 de julio del pasado año de 1889 en la casa que la interfecta habitaba en esta ciudad, calle de San Luis Betrán, número 1, y después que Salvador, con la referida Concha y José Segrelles, volvieron del Grao, donde, en unión de otros, habían pasado de broma la noche? –Sí.

2ª ¿Juan Bautista Salvador estaba embriagado cuando causó la muerte de Concha Rodríguez? –Sí.

3ª ¿Es habitual la embriaguez en Juan Bautista Salvador? –No.

El fiscal, en vista del veredicto, pidió que se impusiese al Salvador la pena de catorce años, ocho meses y un día de reclusión, accesorias y costas.

El defensor solicitó que se rebajase la pena a doce años y un día.

La sección de derecho dictó la sentencia condenando a Juan Bautista Salvador Cabo a la pena de catorce años, ocho meses y un día de reclusión.

El Heraldo de Madrid, 30 de noviembre de 1890

 

El Heraldo de Madrid, 30 de noviembre de 1890. Archivo Bohórquez.

 

Todavía dio la cosa para más, porque el 9 de diciembre de 1890, este mismo diario pedía disculpas, o aclaraba, que el condenado no tenía nada que ver con otro Juan Bautista Salvador, que era jefe del matadero de cerdos de Valencia.

 

Nota en el Heraldo de Madrid, 9 diciembre 1890.

 

 


Arahal, Sevilla, 1958. Crítico de flamenco, periodista y escritor. 40 años de investigación flamenca en El Correo de Andalucía. Autor de biografías de la Niña de los Peines, Carbonerillo, Manuel Escacena, Tomás Pavón, Fernando el de Triana, Manuel Gerena, Canario de Álora...

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