El Marrurro, el niño cunero que revolucionó la seguiriya
De las seguiriyas de Jerez, la del Marrurro es la que más me impresiona. 'Si acaso muero / pago con la vía. / Y no había ningún cirujano / del mal que moría'. Tuvo que ser un seguiriyero descomunal y no sabemos prácticamente nada de él más allá de alguna cita en la revista Asta Regia.
De todas las seguiriyas de Jerez de la Frontera, la conocida como del Marrurro es la que más me impresiona de todas. Siempre me interesó porque ese cante es de superdotados, para intérpretes con una condición de voz poco común y una enorme transmisión emotiva. Tiene unos ayes ligados que no están al alcance de cualquiera sin descomponer la figura melódica, de ahí su rareza e innegable valor musical.
Si acaso muero
pago con la vía.
Y no había ningún cirujano
del mal que moría.
Si es verdad que ese cante era suyo, que esto es difícil de demostrar, tuvo que ser un seguiriyero descomunal y no sabemos prácticamente nada de él. Por eso me puse a investigarlo, porque ya era hora de que se aportaran datos fidedignos sobre un cantaor que llevaba ya demasiado tiempo en el anonimato y sin saberse sus principales datos biográficos, como son su nacimiento y muerte, los más importantes de una persona y más aún en un artista de cualquier género. Deseaba saber quién fue, conocer con certeza su identidad, cuál era su segundo apellido, cuándo y dónde vino al mundo, por dónde se movió y, sobre todo, hasta cuándo vivió y cómo fue su vida.
¿Quién era Diego el Marrurro? ¿Su hermano o su primo? Porque está claro que hubo dos o tres, como mínimo, como hay varios Zambos o hubo dos Frijones, Antonio y Manuel. El Marrurro que apareció en la prensa en 1880, en un festival celebrado en el Teatro Circo de Eguilaz, de Jerez, es Antonio Monge, no Diego. Consta, además, como seguiriyero:
Antonio Monge, conocido por El Marrurro, que cantará por Seguirillas.
Si solo iba a cantar por seguiriyas, como indica la gacetilla de la revista jerezana Asta Regia, es que era un verdadero especialista de este cante, por otra parte con poco éxito en los teatros, donde en aquellos años estaba muy mal visto que se diera flamenco, sobre todo si en el cartel había gitanos que cantaban con la voz rota. De hecho, en la misma gacetilla se dice lo siguiente:
Ya lo ven nuestros abonados el elemento flamenco torna a invadir el Teatro de Eguilaz. Ya Frascola (se refiere al sanluqueño Perico Frascola), Gusarapa, Moneo, El Loco (Loco Mateo) y otros desdichados ARTISTAS, se han colado de rondón en el sitio que santificó con su nombre el gran poeta. La danza obscena y las payasadas ridículas de los gitanos, van a sustituir a los versos de Zorrilla o de Blasco, a la música de Arrieta y a las sinfonías del Marqués; en cambio los varoniles ecos del señor Marrurro, en sus seguiriyas, proporcionarán tal o cual palo o, por lo menos, tal o cual frases de esas que llenan de inmundicia la boca que las pronuncia.
“Desdichados artistas”. Ojo a la mala uva del gacetillero jerezano. ¿Por qué desdichados? Pobre Marrurro.
«Si su padre adoptivo, cuando él tenía 15 años, era mendigo, eso da una idea de cómo pudo ser la vida de Antonio Monge El Marrurro. No me extraña que su seguiriya tuviera esos ayes tan lastimeros, como alaridos agónicos, que tanto conmueven al escucharlos»
Muerte por arma blanca
¿Quién era aquel Antonio Monge que cantaba por seguiriyas, de “ecos varoniles”, según el artículo de Asta Regia? El apellido Monge era muy común en Jerez en 1880, y hubo algunos llamados Antonio Monge, aunque no tantos. Al no saberse la edad que tenía cuando cantó en el Eguilaz, era difícil jugar al descarte por edades, así que había que fajarse para tratar de identificarlo.
Juan Rondón Rodríguez –Recuerdos y confesiones de Rafael Pareja de Triana. Córdoba, 2001– hizo lo más lógico, lo que hubiera hecho yo. Como existía una letra que refería la muerte por arma blanca de un Marrurro en la Plaza de Toros de Algeciras (Cádiz), buscó al infortunado y descubrió que era el jerezano Joaquín Monge Castillo, nacido en 1881. Ese no podía ser el que cantaba en 1880, aunque lo bautizara Joaquín Loreto Vargas, el cantaor gitano Joaquín Lacherna, su pariente, que fue nada más y nada menos que tío materno de Manuel Torres. Pero era hijo de un Antonio Monge Loreto, de Jerez, que cuadraba perfectamente.
Si el asesinado en la Plaza de Toros de Algeciras era jerezano y de apodo Marrurro, sin duda era un alias familiar y el padre podría ser perfectamente el Antonio Monge de la gacetilla. Casado, según Rondón, en Jerez en 1877, el año de la muerte de Tomás el Nitri en esa ciudad. Es decir, es bastante probable que el Marrurro, el seguiriyero, se llamara Antonio Monge Loreto. Rondón da una fecha de nacimiento, solo el año, 1851, pero en aquel año no se registró en Jerez el nacimiento de ningún niño con ese nombre y los apellidos Monge Loreto. Ni en ese año ni en ningún otro, lo que me hizo pensar que el niño hubiese sido recogido por el matrimonio Monge-Loreto, Luis Monge Escalona y Josefa Loreto Medrano, gitanos de Jerez. Ella era prima hermana del cantaor Joaquín Lacherna. Este matrimonio de San Miguel tuvo varios hijos, pero ninguno se llamó Antonio.
Antonio Monge Loreto, el padre del Marrurro asesinado en Algeciras en 1901, murió en Jerez el 9 de abril en 1891, concretamente en la calle Molineros. Falleció como consecuencia de “tisis tuberculosa”, así reza en el certificado de su muerte. Tenía 39 años. Curiosamente, en el certificado hay un error, que viene como primer apellido Barea, aunque tachado, para luego constar como Monge Loreto. Esto me hizo pensar aún más en la posibilidad de que fuera un niño de la cuna y me propuse localizarlo costase lo que costase.
Un niño de la cuna
Localizado este documento y la dirección donde falleció, Molineros, el siguiente paso fue buscarlo en el padrón de Jerez y, en efecto, apareció viviendo con María Loreto Castillo Marín y dos hijos, Josefa y Joaquín. Es un padrón de 1889, el año de la muerte de Silverio Franconetti.
Repasando el índice de nacimientos en Jerez de la Frontera, compruebo que en 1851 no aparecía ningún Antonio de la Casa Cuna, de padres desconocidos, pero sí en 1850. Aparece un Antonio Monge, sin segundo apellido, y cuando busco en los nacidos aquel año y el número que indica el índice, 12, apareció Baltasar de San Antonio nacido en la Casa Cuna el 6 de enero de ese año. “De padres no conocidos”. Pueden ver los dos documentos, su nombre en el índice y la inscripción del nacimiento en el Registro Civil. Era, sin duda, la partida de nacimiento de Antonio el Marrurro.
«¿Quiénes pudieron ser los padres verdaderos del niño? Quizá fue un caso parecido al de Antonio Frijones. A lo mejor eran conocidos de la familia, menores de edad, y al dejarlo en la Casa Cuna decidieron adoptarlo ellos. ¿Serían gitanos sus verdaderos padres? Imposible saberlo»
Cuando nació este niño, el matrimonio que lo recogió eran personas ya mayores, entre 50 y 60 años, con hijos casados y nietos. El cabeza de familia tenía ya 55 años, puesto que había nacido en Jerez en 1795. Falleció en 1865, siendo de profesión “mendigo”, según consta en el certificado de su muerte, que publicamos aquí. Esto nos puede dar una idea de cómo pudo ser la vida de Antonio Monge El Marrurro, si su padre adoptivo, cuando él tenía 15 años, era mendigo. No me extraña que su seguiriya tuviera esos ayes tan lastimeros, como alaridos agónicos, que tanto conmueven al escucharlos.
¿Quiénes pudieron ser los padres verdaderos del niño? Seguramente fue un caso parecido al de Antonio Frijones. A lo mejor eran conocidos de la familia, menores de edad, y al dejarlo en la Casa Cuna decidieron adoptarlo ellos. ¿Serían gitanos sus verdaderos padres? Imposible saberlo. Siempre se comentó que el Marrurro no era gitano, y el hecho de que se casara con una mujer no gitana, María Castillo Marín, da también que pensar. Manuel Ríos Ruiz aseguró que no era gitano, pero sin base documental alguna, y se refirió a un Diego López como Diego el Marrurro, quizá siguiendo la pista de la bailaora jerezana Rosa Durán, quien aseguraba ser descendiente del mítico cantaor.
¿Hubo un Diego el Marrurro?
Si Don Antonio Chacón se refirió a los Marrurros, en plural, es porque sabía perfectamente, entre otras razones porque era de San Miguel, que eran dos. Que existió Antonio Monge Loreto, El Marrurro, ya está demostrado. Pero, ¿y Diego el Marrurro, al que se han referido muchos artistas mayores, como Aurelio Sellés, entre otros? ¿Existió ese Diego o es un invento? Que hayamos podido averiguar no nació en Jerez ningún Diego Monge Loreto, luego, de existir, queda descartado que fueran hermanos. Pudieron ser primos hermanos, puesto que algún Diego Monge hubo en Jerez, como Diego Monge Molina, Diego Monge Cruz o Diego Monge Vargas, que no tenían parentesco con los Monge Loreto. Este Monge Vargas, de la calle Cantarería, del Barrio de Santiago y nacido en 1859, sí puede tener algún parentesco familiar con los Monge Loreto, algo que habrá que investigar cuando se puedan volver a ordeñar los archivos de Jerez sin riesgo de enfermar de coronavirus.
Lo cierto es que hasta que apareció la gacetilla de Asta Regia, con el anuncio de “Antonio Monge, conocido por El Marrurro”, se hablaba siempre de Diego el Marrurro y no de Antonio, o más veces de Diego que de Antonio. Lo más probable es que existiera ese Diego el Marrurro y que tuviera algún parentesco con Antonio, aunque fuera lejano. Pepe el de la Matrona aseguró haberlo conocido y si nació en 1887 no pudo ser Antonio, puesto que tenía 4 años cuando murió. Y se dice que Diego vivió hasta finales de la segunda década, aunque sin base documental alguna, algo muy común en el flamenco.
Puede ser también que cuando Chacón se refirió a los Marrurros, se refiriera a Antonio y su hijo Joaquín, conocido también por el mismo apodo que el padre. Murió joven, con 20 años, pero cantaría también. Chacón hablaba mucho de los Marrurros, y en 1913 grabó su seguiriya:
Ay, si yo supiera la lengua
que de mí murmura,
yo la cortara por en medio
y la dejara muda.
«Y vayan Vds. a decir a un flamenco de pura sangre que el Marrurro, el Mezcle y la Carbonera no son artistas notabilísimos, y la contestación será una puñalaíta hasta la mano con que tratarán de convencerles» (Asta Regia, mayo de 1882)
¿Cantaor de cafés?
Salvo aquella actuación de Antonio el Marrurro en el Teatro Eguilaz de Jerez, de octubre de 1880, con 30 años, no hay constancia de que fuera un cantaor dedicado solo a eso, a cantar. Sí actuó con frecuencia en los cafés de su paisano Juan Junquera, como nos recuerda Fosforito el de Cádiz en Estampa:
– ¿Salió usted muy joven para debutar?
– Muy pronto. Tenía catorce añitos. Con mi voz puse la proa de los sueños camino de Jerez, Irrumpí en el Palenque. El café de Junquera, camarín en donde se rendía devoción a esta modalidad, ya había acogido entre sus muros a otros cultivadores felices, como el Chato de Jerez, Marrurro, Luis el de Juanero y Javier Molina.
Parece ser que actuó en los cafés de Sevilla, aunque jamás he tenido la suerte de localizarlo empadronado en esta ciudad. Pudo haber cantado en el Café de Silverio, aunque tampoco ha aparecido nunca una nota de prensa que lo confirmara, o un cartel donde estuviera. Y eso que en aquellos años, los ochenta, era un cantaor joven que estaba en boca de todos. En Asta Regia, la revista que se ocupó de él en 1880, lo volvió a hacer el 8 de mayo de 1882: Y vayan Vds. a decir a un flamenco de pura sangre que el Marrurro, el Mezcle y la Carbonera no son artistas notabilísimos, y la contestación será una puñalaíta hasta la mano con que tratarán de convencerles.
Tiempo habrá de ocuparse más a fondo de este cantaor jerezano tan interesante, uno de los grandes seguiriyeros.
Martín Domínguez 14 septiembre, 2021
Perdone, pero no encajan los datos. Si nació el 6 de enero de 1850 y murió el 9 de abril de 1891, no pudo hacerlo con 39 años.
Un saludo, y enhorabuena por su, al menos, reconocida labor.