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Sobre la dignificación del cante

La dignificación del flamenco es el respeto a su esencia, entre otras cosas. Mairena dignificó el cante con su actitud como cantaor y amor al cante más genuino. Pero también Chacón, Tomás, Pastora Pavón o Caracol. ¿Tan difícil es entender esto?


No sé si se han dado cuenta alguna vez leyendo entrevistas de artistas antiguos (Chacón, Pastora, Vallejo…) que no hablaban nunca de la dignificación del cante. Don Antonio Chacón, por ejemplo, vivió siempre del cante, desde que tenía veinte años hasta su muerte, y lo mismo cobraba en un teatro, una plaza de toros o una fiesta privada que por grabar cilindros o discos de pizarra. Para el genio jerezano, lo digno era una actitud personal ante el cante jondo, más que dónde o cómo se buscaba la vida, que le daba lo mismo. Lo digno para él era cantar lo jondo, lo andaluz, lo genuino. Por eso no entró nunca en ese debate, de lo digno o lo indigno, tan estéril.

 

Una de las grandes mentiras del mairenismo es esa que presenta a Antonio Mairena como el hombre que dignificó el cante. ¿Cuáles son los argumentos que esgrimen los voceros mairenistas para afirmar esto? Que sacó el cante de las tabernas, las cuevas y los corrales, para meterlo en el teatro y la Universidad. Todo esto es mentira y algo fácil de demostrar. Ya lo hicieron Silverio, Chacón y la Niña de los Peines antes de nacer el señor Mairena. No es quitarle mérito al maestro mairenero; es sólo poner las cosas en su sitio, desmentir tantas falsedades históricas que más que hacer más grande a este cantaor inmenso, lo empequeñecen.

 

 

«Para Don Antonio Chacón, lo digno era una actitud personal ante el cante jondo, más que dónde o cómo se buscaba la vida, que le daba lo mismo. Lo digno para él era cantar lo jondo, lo andaluz, lo genuino»

 

 

Los festivales andaluces tienen una responsabilidad con nuestro arte más genuino, pero se la pasan por la entrepierna. Hoy mismo he sabido que uno de los festivales de más solera, la Yerbabuena de Las Cabezas, lo va a dar la Yerbabuena de Plata a Sara Baras. El pasado año se la dieron a Miguel Poveda. Es una pena que el alcalde, el socialista Francisco José Toajas Mellado, se esté cargando un festival que fue creado por Pedro de Miguel y Juan Brito para defender la esencia del arte jondo. A lo mejor creen que están evolucionando, pero lo que están haciendo es echarse al monte de lo comercial para llevar público y salir en los periódicos, aunque sea un público que no chanela nada.

 

¿Lo próximo qué será, darle la Yerbabuena a Rosalía? Si estos festivales les dan la espalda a los verdaderos flamencos, esto se acaba del todo. La dignificación del flamenco es el respeto a su esencia, entre otras cosas. Mairena dignificó el cante con su actitud como cantaor y amor al cante más genuino. Pero también Chacón, Tomás, Pastora Pavón o Caracol. ¿Tan difícil es entender esto?

 


Arahal, Sevilla, 1958. Crítico de flamenco, periodista y escritor. 40 años de investigación flamenca en El Correo de Andalucía. Autor de biografías de la Niña de los Peines, Carbonerillo, Manuel Escacena, Tomás Pavón, Fernando el de Triana, Manuel Gerena, Canario de Álora...

5 COMMENTS
  • Nono Urréjola 9 mayo, 2023

    Totalmente claro y cierto

  • Pedro Cordoba 10 mayo, 2023

    ¿Hay de verdad algún mairenista dispuesto a pretender que Mairena sacó el cante de las tabernas para dignificarlo en los teatros? Es una sandez tan enorme que no me parece posible. Deme nombres por favor. Me considero mairenista en el sentido que la ópera flamenca fue un montaje comercial del mismo tipo que lo que vemos hoy con Rosalía y con los niños mimados de Pedro G, que por cierto ya se están haciendo mayorcitos. El que tantos artistas geniales hayan participado en la degradación que representó en su tiempo la ópera flamenca no es óbice para ello. También Esperanza Fernández ha cantado para Israel Galván. ¿Qué más da? El problema no está en el valor de los artistas, que es el que es, sino en el sentido que se le da al flamenco como tal. También me considero “mairenista” porque no entiendo la admiración que despertó el libro racista y fascista de Luis Lavaur. A ver si alguien lo vuelve a leer con ánimo de entender lo que dice y rectifica. Por otra parte me encantaron en su momento Lole y Manuel así como Camarón, Morente e incluso Pata Negra o Ketama y, si me apuran, hasta Las Grecas. Incluso Israel Galván tiene su mérito: su baile halla una fuente de inspiración muy digna en Gades y Escudero. No hay que oponer tradicionalistas e innovadores, es absurdo: la tradición está hecha de innovaciones sedimentadas. Lo único degradante es querer transformar el flamenco en música mayoritaria, lo que hoy llaman “world music”. El flamenco siempre fue cosa de minorías, que lo dejen así. No hay que “conquistar nuevos públicos”. Estamos sobrados de aficionados sin afición.

  • José Manuel Jiménez 10 mayo, 2023

    Señor Bohórquez sólo le digo que por más que lo persigas no conseguirás borrar de la memoria flamenca la grandeza del Maestro D. Antonio Cruz. Los que tuvimos la fortuna de escucharlo y de convivir con él no podemos aguantar ni soportar las continuas vilezas y mentiras que su persona expresa en las pobres columnas de este medio. Mairenista de corazón y sentimiento y aficionado de la verdad del cante con admiración de todo aquél cantaor o aficionado que expresó o expresa nuestro arte con dignidad y amor a su cultura.

  • Estimado Manuel, totalmente de acuerdo, un cordial saludo desde Valladolid

  • CASIMIRO CABALLERO TORINO 23 mayo, 2023

    Con el advenimiento de la «democracia», y el manoseo político, algunos autores como Francisco Moreno Galván, Caballero Bonal, Félix Grande, etc., , todos de la misma cuerda política, nos hicieron creer que la dignidad estaba en los cantaores de la Puebla de Cazalla, y no en la Plazuela o en Santiago.; ¡son paradojas de la vida!.

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