Silverio y El Nitri, ¿rivales?
Un extraordinario documento publicado por Alberto Rodríguez Peñafuerte viene a confirmar la conocida rivalidad entre Tomás Ortega López El Nitri y Silverio Franconetti, aunque, al parecer, nunca llegaron a cantar juntos, según la tradición oral.
Hace unos días publicó Alberto Rodríguez Peñafuerte, del blog Flamenco de papel, una carta que Silverio envió a un periódico en 1872 para responder a una especie de reto que le lanzaban para competir con un tal Tomás Ortega, que, como ya nos encargamos de aclarar hace tiempo, se trataba de Tomás Ortega López El Nitri, el célebre cantaor gitano de El Puerto de Santa María. El documento es extraordinario, puesto que viene a confirmar la conocida rivalidad entre este cantaor y Silverio, aunque, al parecer, nunca llegaron a cantar juntos, según la tradición oral.
Sin embargo, creo que sí, que ambos se habían escuchado y que por eso lo desautoriza Silverio en esa carta demoledora, como dando a entender que el reto no iba a ser posible porque no era rival para él. Pienso que El Nitri tuvo que ser un buen cantaor, por todo lo que se cuenta, pero jamás tuvo la importancia del cantaor sevillano, luego no se entiende la rivalidad ni que Silverio quisiera medirse con alguien inferior artísticamente. Era, eso sí, la rivalidad entre el cante gitano y el cante andaluz, que existió, existe y existirá, aunque ya apenas se noten diferencias entre una escuela y otra.
No creo que Tomás el Nitri cuestionara nunca a Silverio como cantaor, entre otras cosas porque eran de una misma escuela. Y no iba a discutir a un cantaor al que admiraban maestros gitanos como su tío El Fillo, Manuel Molina, Curro Durse, El Mezcle de Sanlúcar o los Ortega de Cádiz, tanto el padre los hijos, sobre todo Enrique. Lo que sí cuestionaría Tomás sería el hecho de que Silverio mercantilizara el cante gitano, que es de lo que lo acusaron muchas veces. De hecho, no hay constancia de que el cantaor portuense cantara nunca en un café y menos regentado por el maestro sevillano.
Recuerdo que Antonio Mairena me habló una vez de la rivalidad que pretendieron tener José Menese y su hermano Manolo. Manuel tuvo celos de Menese, ya que fue algo así como el niño bonito de Antonio, y a él le dolía mucho porque se consideraba su mejor discípulo y seguidor acérrimo de su estilo. Algo parecido debió ocurrir con El Nitri y Silverio. Tomás era sobrino de Antonio Ortega Heredia El Fillo, hijo de su hermano Andrés, y, por tanto, seguidor de su estilo. Pero El Fillo descubrió que un gaché sevillano recriado en Morón, Silverio, seguía también su escuela y que lo defendía a capa y espada. Esa admiración del maestro por el alumno llevaría a El Nitri a sentir celos del sevillano.
«No creo en la rivalidad de Silverio y Tomás, porque es como si hoy habláramos de la rivalidad de El Alvarez, de Málaga, con Fosforito»
Unos seguidores de Tomás decidieron fotografiarlo en una fiesta con una llave en la mano, como dando a entender que era el amo del cante gitano. Esa fiesta tuvo lugar en Málaga, según algunos testimonios, y Antonio Mairena dijo siempre que fue en Carmona, en la casa del Tío Maero. No es fácil documentar esta historia, aunque me decanto por Málaga, porque en esa época, en los sesenta del XIX, vivía en esta ciudad andaluza El Fillo hijo, Francisco Ortega Vargas, con María la Andonda, y aunque no hemos logrado demostrar que también vivió El Nitri, es lo más probable porque Málaga era entonces el paraíso de los herreros.
Aprovechando que Silverio estaba en Sudamérica, unos seguidores de Tomás decidieron darle una llave que, al parecer, aportó El Planeta, según José Carlos de Luna, el escritor malagueño. Evidentemente no era el cantaor de Cádiz, porque murió en 1856 y El Nitri era prácticamente un adolescente. Tuvo que ser su hijo mayor, conocido también por El Planeta, o su otro hijo, Tomás, el que quiso ser torero pero que se quedó en adinerado carnicero. Es lo que yo creo porque he investigado mucho en Málaga y, sobre todo, a Tomás el Nitri, como es sobradamente conocido.
No creo en la rivalidad de Silverio y Tomás, porque es como si hoy habláramos de la rivalidad de El Alvarez, de Málaga, con Fosforito. Tomás era un cantaor de fiestas y Silverio fue la gran figura de su tiempo, un verdadero profesional del cante, artista y destacado empresario de cafés y compañías.