Rosaliantes y rosaliantas
Tuvimos el marchenismo, el caracolismo y el mairenismo. Ahora, algunos quieren inaugurar la etapa del rosalianismo. Rosaliantes y rosaliantas babeando con la novedad musical del siglo.
¿Puede un crítico de flamenco escribir sobre Rosalía? Claro, y se hace a diario. Yo mismo lo he hecho algunas veces. Estoy convencido de que determinados críticos escribirían sobre ella aunque grabara un disco de rancheras o sardanas. Ayer leí a uno que empezó su crítica diciendo que Motomami no es un disco de flamenco. Entonces, ¿por qué le dedica un artículo de miles de caracteres? Buscando lectores, está claro. Unos buscan vender quesos, como un conocido quesero de Ronda, y otros, celebridad y visitas en el blog.
Hay quienes me han hablado pestes de la cantante catalana y luego he visto que la ponían de maravilla en su perfil de Facebook. Ocurre lo mismo con Miguel Poveda. Lo apuñalan por la espalda en privado, pero luego lo califican de “maestro” o “genio” en las redes sociales, para que lo lea el artista y un día los contraten de teloneros. En el caso de los críticos, para que los inviten a algún concierto con el AVE y el hotel pagados. Que no es que lo desapruebe, pero si después de eso cambias de opinión sobre un artista, algo apesta.
«Siempre que he escuchado a Rosalía cantar algún palo flamenco he averiguado rápido que estaba mintiendo, fingiendo un sentimiento falso, dando ojana. En definitiva, gato por liebre»
¿Puede cantar Rosalía una seguiriya? Ella y Plácido Domingo, si se lo propusiera. Hasta yo mismo podría. Todos sabemos mentir, y cantando se miente también. Siempre que he escuchado a Rosalía cantar algún palo flamenco he averiguado rápido que estaba mintiendo, fingiendo un sentimiento falso, dando ojana. En definitiva, gato por liebre. Les doy un dato curioso. Conozco a expertos en cantelogía que alguna vez dijeron que Marchena y Morente no eran flamencos. Sin embargo, opinan que Rosalía es “flamenquita”. No lo entiendo.
Otra cuestión es lo que dicen otros: que Rosalía acabará aficionando al flamenco a millones de personas. No, eso no va a suceder nunca, aunque lo digan los rosaliantes para justificar sus memeces. Además, tengo la impresión de que a la cantante le importa un bledo si el flamenco tiene o no futuro. Si le importa, como es rica y lo va a ser más todavía en unos años, que promueva escuelas y cursos de formación, programas de flamenco, ayudas a la investigación y otros proyectos que beneficien a nuestro arte. Si ama tanto al flamenco, que lo haga.
Tuvimos el marchenismo, el caracolismo y el mairenismo. Ahora, algunos quieren inaugurar la etapa del rosalianismo. Rosaliantes y rosaliantas babeando con la novedad musical del siglo.
Álvaro Turrión García 7 abril, 2022
Señor Bohórquez, ¿No cree usted que su obsesión con Rosalía empieza a ser patológica? Después de sus primeros síncopes tras la publicación de El mal querer, declaró, aquí o en El Correo, no recuerdo, que no volvería a mencionar a la catalana. Creo que todos hubiéramos ganado, el primero, usted mismo.
Saludos de un seguidor diario de sus reflexiones periodísticas (y no es coña)
Manuel Bohórquez Casado 7 abril, 2022
Tiene razón. La desprecio demasiado. Gracias.
Carlos A. Ordoñez 7 abril, 2022
Recuerden que Hamelín era famoso no por lo que tocaba en sí como músico sino por sus seguidores. Así es este caso y los de todo el comercialismo y mercantilismo artístico-musical. ¡No pierdan el intelecto por favor! Seguimos su claridad, lo necesitamos sano Manuel. Un saludo
Alberto Villena 12 abril, 2022
¿Por qué Bohórquez publica de forma tan regular sobre Rosalía?