Querido Enrique Morente
Carta abierta al cantaor granadino en el noveno aniversario de su muerte.
Querido maestro:
Hoy hace nueve años de tu muerte y parece que fue ayer cuando estuve despidiéndote en tu Granada natal en compañía de nuestros amigos comunes Antonio Badía y el gran bailaor trianero Paco Vega, un gitano que te quería y que te quiere aún. Aquel día, el 13 de diciembre de 2010, Granada era una postal triste que ninguno quisimos comprar. Ni siquiera tuvimos fuerzas para subir al Cementerio. Aún no he ido a verte, maestro, porque no creo que pudiera soportar estar ante tu tumba y mantenerme en pie. La última vez que te vi estabas aún tan lleno de vida y tan lúcido que aún no me creo que te fueras, además de esa manera tan absurda. Como no me creo tampoco que se fuera hace unos días nuestro común hermano Felipe Martín Chica, que tanto te quiso y que tantas veces te sacó de quicio con sus travesuras de niño inquieto.
La muerte siempre se lleva
lo que llevarse no debe,
dejándonos en la tierra
lo que ni la tierra quiere.
Esta soleá de cuatro versos la compuse, si no recuerdo mal, el mismo día de tu marcha. Tengo que confesarte que pensé algunas veces en la posibilidad de que te murieras antes que yo y que tuviera que pasar el mal trago de verte metido en un ataúd. Sabes que me negué a ir al entierro de Camarón, a pesar de que insististe en que te acompañara. No acabo de acostumbrarme a la pérdida de personas a las que quiero, y tu marcha me dejó herido de muerte. Tardé en recuperarme y durante muchos meses, después de irte, no podía ni escuchar tus discos. Era muy duro para mí, que te he venerado siempre como el gran maestro del cante contemporáneo.
Tengo que decirte que en estos nueve años nadie me ha pedido que hable de ti en ninguna parte, y me duele porque podría decir muchas cosas sobre tu cante y tu calidad de ser humano. Podría contar, por ejemplo, cómo logramos juntos, tú cantando y yo escribiendo o hablando por la radio, que los aficionados de Sevilla, los que no te habían descubierto aún, supieran de ti y se interesaran por tu obra. Recuerdo cuando me dijiste una noche en el Lope de Vega de Sevilla, después de una gran actuación y con el teatro lleno a rebosar: “Lo hemos logrado, Manolete”. Aquella noche vi en tus ojos el amor por Pastora, Tomás, Marchena, Matrona, Bernardo, Vallejo y Caracol. Los sevillanos no supieron nunca cómo adorabas a Sevilla y a sus maestros del cante.
«Los aficionados te quieren, maestro, y no solo los de Granada, sino los de toda Andalucía y toda España y todo el mundo»
Aquí sigo, escribiendo, buscándome la vida en este arte tan nuestro como puñetero. El flamenco está casi como el país, hecho unos zorros. Sí me gusta que los jóvenes sean muy partidarios de tu estilo de cante y que tengan tus discos. Tú no querías morentistas, y mucho menos morentismo, pero hoy hay muchos morentistas y existe el morentismo. Los aficionados te quieren, maestro, y no solo los de Granada, sino los de toda Andalucía y toda España y todo el mundo. Te quieren ya hasta los hipócritas que te negaron siempre. Por fin se unieron a la razón y hoy hablan de ti como algo más que un cantaor, que era tu pelea. No lo decías, pero sabías perfectamente que eras más que un señor que cantaba. Eras un gran músico, un artista abierto y sabio, inteligente, valiente y culto de una cultura alejada de la oficialidad y la ojana.
Te tengo que dejar, maestro, que es tarde. El trabajo que me ha costado escribir estas líneas, pero necesitaba decirte algunas cosas. Y pedirte perdón si alguna vez te ofendí o no supe entenderte. Que sepas que siempre serás mi cantaor preferido y mi mejor amigo. Leal hasta la muerte, Enrique.
Paco de Cái 12 diciembre, 2019
Señor Bohórquez, siempre hubo gente que gustaba del cante de Morente y gente que lo criticaba. En Sevilla había una competencia y no se admitían que vinieran de otros lugares a decir como era el cante que los aficionados gustaban de escuchar.
Esto es lo que he visto, leído y escuchado. Y perdona pero creo que no voy muy descaminado.
Saludos flamencos.
Manuel Bohórquez 13 diciembre, 2019
Estoy muy de acuerdo contigo, Paco. Un abrazo grande y gracias por leer.
JUAN JOSÉ ACOSTA 13 diciembre, 2019
Bonito y entrañable recuerdo!