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¿Qué se ha llevado Agujetas? - Archivo Expoflamenco
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¿Qué se ha llevado Agujetas?

Un sonido propio, una forma única de quejarse, de emocionar y de mascar el cante. Y por supuesto una manera de vivir, la suya, que era muy peculiar, sin ceñirse jamás al patrón que imponen quienes nos diseñan la vida.


El pasado viernes nos despertábamos con una terrible noticia, la muerte del gran cantaor jerezano Manuel de los Santos Pastor Agujetas. Cada vez que muere un artista de esta envergadura e importancia la afición se echa a morir, arden las redes sociales y hay hasta quien empieza a cavar una fosa para enterrar al cante jondo. Sucedió cuando murieron el Fillo, Silverio, Chacón, Manuel Torres, Vallejo, Pastora, Marchena, Caracol, Mairena, Camarón y Morente. Ahora ha muerto Agujetas y ha vuelto a ocurrir: los más agoreros andan diciendo que se acabó lo que se daba, que ha muerto el cante, que esto se ha terminado. Y no va a pasar nada de eso, porque el cante está por encima de sus intérpretes, aunque es bien cierto que no habría cante sin cantaores y cantaoras. Es lógico que nos invada el dolor y que creamos que ahora sí, que esto se acabó, porque los aficionados, críticos y artistas vivimos este arte con una enorme pasión. Desmedida, a veces.

 

«Solo se muere lo que se olvida y nadie que ame el cante jondo de verdad se va a olvidar jamás de quien en un simple tercio seguiriyero fue capaz de pegarnos en la piel toda la razón de ser y el misterio del cante grande»

 

¿Qué se ha llevado Agujetas? Un sonido propio, una forma única de quejarse, de emocionar y de mascar el cante. Y por supuesto una manera de vivir, la suya, que era muy peculiar, sin ceñirse jamás al patrón que imponen quienes nos diseñan la vida. Si Agujetas ha aportado algo al cante, que eso es indudable –todos los grandes aportan–, significaría un fracaso para él que pensáramos en que todo se acabó con su marcha. Ni mucho menos. Es hasta posible que a partir de ahora sea más valorado que nunca, porque les recuerdo que en España hay que morirse para que reconozcan tus méritos. Manuel Agujetas no ha sido un cantaor reconocido en vida, solo por sus seguidores, que se cuentan por miles en todo el mundo. Y creo, sinceramente, que ese es el mayor reconocimiento para un artista, sea del género que sea. Los premios suelen darse en muchos casos por ser un maestro de las relaciones públicas, y Agujetas no lo era. Jamás le pasó a nadie la mano por el lomo buscando un recital o un premio. Es más, detestaba todo eso, “el mamoneo”, como él lo llamaba a veces. Se dedicó solo a cantar, porque el cante era toda su vida, un medio de vivir y de sentirse alguien con valor en la sociedad. Grabó siempre lo que quiso y sentía, nada más, sin pensar nunca en su nevera. Y en los tiempos que corren, esto es algo de un gran valor.

Con la muerte de Agujetas se ha ido, antes que nada, el hombre, la persona. Luego, el cantaor. Y se ha llevado muchas cosas con él, sus vivencias, el haber cantado con todos los grandes del cante, midiéndose con ellos en festivales de mala muerte y en grandes teatros. Se ha llevado también un sonido único, jondo, sincero, un grito rapado que era como un latigazo sobre un cuerpo desnudo. El cante de este hombre no era una caricia, sino un varazo que se llevaba trozos de tu piel. Nos deja sus discos, algún documental, programas de televisión y una película, Flamenco, de Carlos Saura, en la que nos heló la sangre con unas tonás y un primer plano espeluznantes. Otros genios nos dejaron menos y hoy son venerados en todo el mundo. Nos ha dejado su obra, una obra sin grandes pretensiones, sin carácter didáctico, pero esa obra es la que lo hará inmortal. Ya es inmortal. Entre otras cosas porque solo se muere lo que se olvida y pueden apostar que nadie que ame el cante jondo de verdad se va a olvidar jamás de quien en un simple tercio seguiriyero fue capaz de pegarnos en la piel toda la razón de ser y el misterio del cante grande. Buen viaje, maestro. Gracias por todo.

 


Arahal, Sevilla, 1958. Crítico de flamenco, periodista y escritor. 40 años de investigación flamenca en El Correo de Andalucía. Autor de biografías de la Niña de los Peines, Carbonerillo, Manuel Escacena, Tomás Pavón, Fernando el de Triana, Manuel Gerena, Canario de Álora...

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