¿Qué está pasando en la crítica?
Aunque haya vuelto a los teatros para hacer críticas de flamenco, confieso que creo ya poco en ella y que no me gusta en lo que se ha convertido. Cuando yo empezaba y asistía a un festival de verano, veía a Miguel Acal y buscaba el periódico dos días después para leer al maestro.
El otro día leí con lógico asombro una crítica de la presentación de Herencia en Sevilla, en la que no se citaba ni la obra. Era una paja mental. Como si el crítico no hubiera estado o la dejara hecha antes de ir al teatro. En la Bienal hay quien lo hace: la deja escrita y si hay cambios en el repertorio la actualiza desde el móvil o una tablet. Hace unos años, quizá tres o cuatro, apareció publicada una crítica en un importante diario un cuarto de hora antes de que acabara el espectáculo que se analizaba. En un diario de Sevilla. ¿Qué está pasando en la crítica flamenca?
«Una crítica no tiene por qué ser bonita, ni agradable, ni simpática. Tiene que ser sobre todo eso, una crítica»
Aunque haya vuelto a los teatros para hacer críticas, confieso que creo ya poco en ella y que no me gusta en lo que se ha convertido. Cuando yo empezaba y asistía a un festival de verano, el Potaje de Utrera o la Caracolá de Lebrija, veía a Miguel Acal y buscaba el periódico dos días después para leer al maestro, porque quería aprender. Miguel era un crítico de vivencias y sabía más que nadie. Había cosas de él que no me gustaban pero siempre le profesé admiración y respeto. De hecho, sigo echándolo de menos en los festivales y a veces veo su figura en la mesa de los críticos o en el bar.
Una crítica no tiene por qué ser bonita, ni agradable, ni simpática. Tiene que ser sobre todo eso, una crítica, y el crítico tiene la obligación de mojarse, porque se debe a los lectores. Detesto esas críticas que se hacen para ganarse al artista, para declararle su amor. Ahora se hace mucho, porque luego el artista las comparte en su muro y tienen un buen número de visitas. El artista comparte solo las que le que le gustan porque le dicen que es mejor que Paco de Lucía, en caso de ser guitarrista, o la reencarnación de Chacón en el de ser cantaor.
Les puedo asegurar que ya no me levanto por la mañana a leer críticas, salvo que alguien me mande un enlace porque le haya llamado la atención algo, como es el caso del crítico que va a cubrir la presentación de un disco y ni lo cita. Y no digo más porque perro no come perro, como se suele decir.