Creo que mi artículo sobre Rosalía del pasado 28 de este mes en El Correo de Andalucía batió todos los récords de visitas, de lo que me alegro, aunque quiero aclarar que gano lo mismo si un artículo tiene tres mil que treinta mil visitas. Me han insultado bastante, pero la gran mayoría de lectores agradecieron la sinceridad y que me expresara de manera clara y sin miedo. Lamentablemente, en España hay aún problemas para expresarse con libertad sobre el tema que sea. Le han realizado una polémica entrevista a José Luis Ortiz Nuevo en La Flamenca, una revista digital, y le están dando para el pelo. Le gusta Rosalía y, además, cree que es una artista que está abriendo una nueva etapa en el flamenco. Incluso considera que El mal querer, uno de los discos de la cantante, es el mejor trabajo de flamenco de lo que llevamos de siglo. ¿Y qué pasa si lo piensa y lo dice? Opino que es una barbaridad, pero tiene derecho a decir lo que le parezca. Además, y esto es importante, Ortiz Nuevo no es cualquiera, sino uno de los grandes investigadores del flamenco, luego algo sabrá de esto, para que venga cualquiera a insultarlo y faltarle al respeto.

«Yo le doy más importancia a lo que hacen jóvenes que siguen conservando la esencia del cante y que no han olvidado que este es un arte donde el amor hacia él juega un papel fundamental»

Creo que Antonio Villarejo, el rondeño, está como una cabra, por decir lo que dice sobre Rosalía, que hasta le quiere dar la Llave del Cante, pero que diga lo que le dé la gana. A veces me meto con él, porque nos seguimos y, en el fondo, nos apreciamos, pero soy un gran defensor de la libertad de expresión. ¿Por qué no nos respetamos un poco más? Caben todas las opiniones, sobre todo en un arte donde no siempre dos y dos son cuatro. Al que le gusta Marchena no le tiene por qué gustar Mairena, o viceversa. Los dos eran genios, cada uno en su estilo. A mí me encantan los dos, por cierto. Y no me gusta Rosalía porque es ojana pura y no tiene expresión flamenca. Creo que carece de cualidades para cantar flamenco, aunque sea personal y esté liando la marimorena. Su último vídeo, con unos tangos, lleva millones de visitas, y muchas personas le dan un enorme valor a esto. Yo no le doy tanto valor, sinceramente. Le doy más importancia a lo que hacen jóvenes que siguen conservando la esencia del cante y que no han olvidado que este es un arte donde el amor hacia él juega un papel fundamental. Creo que si todos nos respetáramos un poco más, sin dejar de discrepar y de ser críticos, nos iría un poco mejor de lo que nos va.