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Menos taquillas y más corazón

Recuerdo algo que me dijo un día el gran cantaor gitano Antonio Mairena: “A veces tienen que venir los de fuera de Andalucía a hacernos entender lo grande que es este arte”. Pues eso, a ver si dejamos de mirarnos el ombligo.


Siempre me ha llamado la atención que los grandes festivales nacionales de flamenco no incluyan en sus programaciones a algunos de los muchos artistas del cante, el baile o el toque, que son de fuera de España, sobre todo porque se nos llena a veces la boca diciendo que el arte de lo jondo es universal y que en cualquier parte del mundo hay ya alguien capaz de interpretar con alma nuestro arte. La Bienal de Sevilla, por citar al festival de más repercusión en el mundo, debería tener en cuenta a estos artistas. Y no solo a los artistas, sino darle sitio en alguna edición a las academias que hay en todo el mundo, que vengan a mostrar lo que hacen y cómo lo hacen, porque seguramente vamos a aprender de ellos más de lo que pudiéramos llegar a creer. Pensamos en ellos nada más que para el negocio, para que compren entradas y se gasten aquí su dinero, en Andalucía, en hoteles y restaurantes, pero nunca como personas que pueden venir a explicar qué es para ellos este arte y cómo lo viven en la distancia.

Pero es que, además, y lo sé muy bien, existen artistas flamencos fuera de nuestro país que son estupendos intérpretes. Recuerdo que hace unos años, en Nimes (Francia), dos gitanos de Marsella le metieron las cabras en el corral a todo un Luis el Zambo en una fiesta privada, hasta el punto de que el jerezano llegó a picarse con ellos y tuvo que atarse los machos. Y si hablamos de la guitarra, en esta disciplina sí que hay verdaderos fenómenos por todo el mundo, estupendos artistas como el chileno Carlos Ledermann. Además hay infinidad de buenos fotógrafos que eligieron el flamenco como base de sus obras, que podrían exponer en nuestra tierra. No solo porque tengamos que agradecerles tantas cosas, sino porque son artistas y sueñan con poder venir algún año a la Bienal o al Festival de Jerez, citas flamencas a las que casi siempre van los mismos artistas y en las que se suele practicar en exceso la política del relleno, de llenar huecos. Desde el punto de vista histórico y cultural, tampoco estaría mal que algún año se organizaran algún tipo de actividades paralelas, charlas, mesas redondas y proyecciones, en las que se analizara el papel que han jugado los escritores, músicos, poetas y pintores extranjeros, sobre todo el de aquellos viajeros románticos que vinieron a darle valor a un arte al que aquí maltratábamos en los periódicos. Algo se ha hecho en la Bienal en el campo de la bibliografía, pero se podría hacer mucho más.

Estamos de acuerdo en que estos grandes festivales son reclamos turísticos para Andalucía y diversión para los del terruño. Sin embargo, y en vista de lo poco que se sabe aún sobre el flamenco en la misma tierra que lo parió, es necesario ir más allá, educar a los nuevos aficionados y, sobre todo, rendir homenaje a quienes crearon esta maravilla que tanta gloria y dinero le da a Andalucía. Sevilla se ha olvidado miserablemente de sus artistas fundamentales, de los pioneros. Y también Jerez o Cádiz. En Jerez al menos le han organizado un congreso al gran Juanito Mojama, pero en Sevilla, que es otra de las cunas importantes, Silverio Franconetti no tiene ni una peña flamenca. Nada lo recuerda.

El objeto del artículo de hoy no es otro que el de dar ideas que saquen a estos grandes festivales de la rutina, por muy bien que funcionen las taquillas y las agencias de viajes. Ojalá en venideras ediciones se le ocurra a alguien acordarse de quienes tanto hacen por nuestro arte lejos de Andalucía, unos cantando, bailando o tocando la guitarra, otros pintando, escribiendo o fotografiando, o de quienes tanto luchan por nuestros artistas. Recuerdo, para acabar, algo que me dijo un día el gran cantaor gitano Antonio Mairena: “A veces tienen que venir los de fuera de Andalucía a hacernos entender lo grande que es este arte”. Pues eso, a ver si dejamos de mirarnos el ombligo.

* Artículo publicado originalmente en ExpoFlamenco el 19 de febrero de 2016

 

 

 


Arahal, Sevilla, 1958. Crítico de flamenco, periodista y escritor. 40 años de investigación flamenca en El Correo de Andalucía. Autor de biografías de la Niña de los Peines, Carbonerillo, Manuel Escacena, Tomás Pavón, Fernando el de Triana, Manuel Gerena, Canario de Álora...

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