Como saben muchos de mis lectores, en 2020 recibí el Premio Internacional de la EFA (Escuela de Flamenco de Andalucía), por mi dedicación a la crítica flamenca y la investigación. Si no me equivoco era la primera vez que un crítico e investigador del flamenco recibía un premio internacional por su labor. Ese año, los premiados fuimos Manolo Sanlúcar y servidor de ustedes. Menudo honor. Animé a Luis Guillermo Cortés, presidente de esta asociación de escuelas flamencas del mundo, a que se ampliara el número de premios para no marginar otras facetas del mundo jondo, y el pasado año se llevó a cabo con un magnífico plantel de premiados. Entre otros, Paco Cepero, Mayte Martín, Javier Latorre o Dorantes. La gala fue un éxito y los premios, que fueron creados en 2016, alcanzaron gran popularidad en el mundo entero.

Hace unos meses el presidente de la EFA me pidió que fuera el director de los premios, en vista de que mis consejos habían servido para lanzarlos al mundo. Acepté el reto y ayer mismo cerramos los Premios Internacionales del Flamenco Manolo Sanlúcar 2023, este año con el doble de facetas premiadas que el año anterior. O sea, que siguen creciendo. El objetivo es que estos premios sean los que el flamenco necesitaba para apoyar no solo a los artistas del cante, el baile y el toque, sino a campos como la crítica, la investigación, las peñas flamencas, los tablaos, los festivales nacionales e internacionales, la discografía o la moda flamenca, entre otros. Este año se entregarán dieciséis estatuillas a artistas de reconocida maestría, cada uno en su faceta, entre veteranos y jóvenes.

«Los Premios Internacionales del Flamenco, que llevan el nombre de Manolo Sanlúcar, se entregarán en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) el 16 de noviembre, Día Internacional del Flamenco. Detrás de eso hay trabajo, pero también mucho amor y compromiso con el arte flamenco y los flamencos»

Quiero aclarar que no tengo un sueldo de la EFA, que no estoy en nómina y que jamás ha mediado dinero entre esta asociación y yo, salvo el encargo de alguna conferencia. Dirigir los premios me va a suponer trabajo y tiempo, y supongo que tendré cubiertos los gastos que conlleve esta labor. Ojalá un día la EFA se pueda permitir un presupuesto que permita no un sueldo, sino varios. El dinero no lo es todo y me enorgullece que este año vayamos a crecer de esta manera reconociendo el trabajo de dieciséis personas entre artistas, editores, productores, críticos o diseñadores de moda flamenca. El pasado fin de semana lo dediqué a llamar a cada uno de los premiados y les aseguro que algunos se emocionaron de una manera increíble. Eso no tiene nada que ver con ganar o no dinero.

Dentro de unos días se darán a conocer las personas premiadas, dieciséis en total. Y los premios, que llevan el nombre de Manolo Sanlúcar, se entregarán en Sanlúcar de Barrameda el 16 de noviembre, Día Internacional del Flamenco, en una gala que se celebrará en el antiguo Teatro de la Merced, que hoy lleva el nombre del genio. Detrás de eso hay trabajo, pero también mucho amor y compromiso con el arte flamenco y los flamencos. Siempre me interesó la dignificación de este arte y sus profesionales, y por eso he aceptado el reto de dirigir los premios. Habrá críticas, lo sé. Pero vamos a estar siempre ahí, con el flamenco y los flamencos.