Todo el mundo ha celebrado el monumento al cantaor Diego Clavel y el hecho de que se la haya dedicado la Reunión como premio a una carrera artística importante y sin mácula. Pero, ¿qué pasa con Manuel Gerena en La Puebla de Cazalla? ¿Es que Gerena no es cantaor y una de las grandes figuras del cante en su especialidad de cantautor flamenco?

Manuel Fernández Gerena nació en este pueblo el 4 de octubre de 1945. En concreto, en la calle La Silla, 41, en una humilde casa que ya no existe. Su padre, Manuel Fernández Natera, era también de la Puebla, y su madre, de una pedanía de Olvera (Cádiz), Torre Alháquime, Ana Gerena Gerena, señora a la que tuve el honor de conocer cuando vivía en un humilde piso de la barriada sevillana San Jerónimo.  

A pesar de estos datos y de que Gerena aún siga en activo, quienes mandan en su pueblo no le han dado nunca nada. O sea, que si van al Ayuntamiento y preguntan que si el ciudadano Manuel Fernández Gerena ha cobrado alguna vez algo del presupuesto municipal, les dirán que no. Por supuesto, nunca ha cantado en el festival flamenco del pueblo, ni ha sido jamás homenajeado, siendo el artista que más lejos ha llevado el nombre del pueblo.

Nos puede gustar o no cómo canta Gerena, pero está en la historia de España y del cante. Pero como el flamenco en este pueblo está ideologizado, cuatro señores decidieron que a Gerena, ni agua. Los que gobiernan ahora, tampoco. Por cierto, de la cuerda política de Manuel, el Partido Comunista España. Estos señores, simples marionetas de los poderes fácticos del flamenco morisco, son los responsables ahora de que el artista Manuel Gerena sea tratado con la punta del pie –¿izquierdo?– en su propio pueblo.

«Manuel Gerena nunca ha cantado en el festival flamenco de su pueblo, La Puebla de Cazalla, ni ha sido jamás homenajeado, siendo el artista que más lejos ha llevado el nombre del municipio. Nos puede gustar o no cómo canta, pero está en la historia de España y del cante»

Ahora entiendo por qué, cuando anuncié que haría una biografía suya, La voz prohibida (Pozo Nuevo, 2007), me llamara José Menese, me citara en un hotel sevillano y me dijera: “Si publicas ese libro, será tu tumba como crítico de flamenco”. Lo publiqué con mi propio dinero, casi cinco mil euros, y aquí sigo. Así se las gastan con el cantautor del flamenco, de la libertad, en su pueblo.

Nunca van a reconocer su trayectoria, su obra y el hecho de que sea morisco de nacimiento, por una cuestión no política, sino de temas personales. De marionetas, vamos. El mismo Menese fue un títere en manos de Francisco Moreno Galván, el gran letrista y pintor morisco. Me duele decirlo, pero así fue. Me lo dijo él mismo en alguna ocasión: “Yo no era yo, era la voz de Francisco”. Esto explica muchas cosas.

El pueblo de Manuel Gerena vería bien que el Ayuntamiento tuviera un detalle con él. Pero será difícil que esto ocurra mientras manden las marionetas. Ningún alcalde de la democracia ha tenido el coraje suficiente para hacerlo. Por fortuna, Gerena no los necesita para nada.