El chiclanero Antonio Reyes es uno de los cantaores que más me gustan, porque es un caramelo y un buen artista. Y como persona es una verdadera delicia. El hecho de que le vayan a dedicar la XXX Semana Flamenca de Paradas me ha sorprendido por varias razones, pero en primer lugar por la línea de homenajes que ha llevado siempre la organización de esta estupenda cita flamenca de la localidad sevillana: rendir honores a los maestros por toda una trayectoria y no solo del cante, el baile y el toque, sino también de la crítica. 

No entiendo el homenaje a Antonio Reyes, por mucho que lo aprecie y que me guste, porque es un cantaor joven (1975) que, aunque canta desde niño, ni siquiera tiene una gran obra discográfica o se ha significado en el estudio de este arte. Es un profesional del cante que vive, y bien, de subirse a los escenarios, y si esto es suficiente para que le dediquen la Semana Flamenca de Paradas la verdad es que no entiendo nada. No lo entiendo porque hay maestras y maestros que se van a ir sin ningún tipo de reconocimiento y tenemos la obligación de que eso no ocurra. 

«No entiendo el homenaje a Antonio Reyes, por mucho que lo aprecie y que me guste, porque es un cantaor joven que no tiene una gran obra discográfica o se ha significado en el estudio de este arte»

Hace unos días me llamaba un gran maestro del cante lamentándose de que apenas tenía trabajo, pero también porque estaba dolido con esto de la falta de reconocimientos. “Cuando me muera, que no me den nada”, me dijo con cierta pena. “Ni que me lo lleven a la UVI”, sentenció. Es triste, de verdad, lo que está pasando en el flamenco. Sevilla se ha ido quedando sin grandes maestros del cante, pero queda uno, José el de la Tomasa. Me refiero a cantaores sevillanos nacidos en la capital y no en la provincia. 

¿No tendría más sentido que Paradas reconociera a este maestro, ya veterano y con una carrera importante, que a un cantaor aún joven que tiene que hacer todavía muchas cosas y con camino por delante para hacerlo? ¿A qué estamos jugando? Sé que me pueden echar la cruz en Paradas y que Antonio Reyes no me va a mirar igual de aquí en adelante, pero cuando empecé en esto elegí el camino más difícil: ir por derecho y ser sincero. Y ya es tarde para cambiar porque me quedan si acaso tres telediarios.

Imagen superior: Facebook Antonio Reyes