Leyendo la programación del Festival de Cante Jondo Antonio Mairena, la de la semana cultural que organizan como preámbulo, me hago una pregunta. ¿No van a conmemorar el cincuentenario de la muerte de la gran maestra de Antonio Mairena, que, además, coincide con los cincuenta años de uno de los discos del maestro, Honores a la Niña de los Peines? Pues no, según el programa. Han preferido una mesa redonda sobre la Fundación Cristina Heeren y una master class de Esperanza Fernández.

«¿No merece este histórico festival un director, alguien que piense en estas cosas?»

Antonio Mairena tuvo tres o cuatro maestros y maestras, espejos en los que se miró, y Pastora Pavón fue fundamental en su carrera. Más que su hermano Tomás, el hermano pequeño de la cantaora sevillana, porque Mairena nunca ligó el cante como él y estuvo siempre en otra onda de la interpretación del cante. Antonio bebió mucho en la Casa de los Pavón, que para él fue la gran casa cantaora de Sevilla. Incluso calificó de “genio” a Arturo, el mayor de los hermanos, aunque no tuviera nunca buena relación con él.

Mairena del Alcor podría haber dedicado este año el Festival de Cante Jondo a la memoria de Pastora por el cincuentenario de su muerte y dedicar la Semana Cultural a analizar esa relación de Antonio con la Casa de los Pavón. Luego se enfadan cuando preguntamos quién manda en ese festival, que perdió el norte hace años, y hasta el sur. ¿No merece este histórico festival un director, alguien que piense en estas cosas? Que lleven a un cantaor menos y que ese dinero lo destinen a una persona que ponga cabeza.