En la Junta de Andalucía no hay casi nunca dinero para nada que tenga que ver con el flamenco, pero darán este año un millón de euros para el futuro museo que Camarón de la Isla tendrá pronto en San Fernando, su pueblo natal. Ha dicho la consejera de Cultura, Rosa Aguilar, que “es un merecido homenaje a la memoria del hombre que cambió el rumbo de la historia del flamenco”. Desconozco si ha llegado ella sola a esa conclusión o se lo ha dicho alguien que chanela de la cosa. Primero, la Llave del Cante. Y ahora, un millón de euros para su museo. La Junta es camaronera, sin duda. Podría ser chaconiana, marchenera o caracolera, pero no, es camaronera. Ya lo saben en Jerez, Sevilla y Marchena: a pedir un millón de euros para montar un museo, que hay pasta. Y ahora que digan que no, que se puede liar la marimonera.

No es que Camarón no merezca un museo y un millón de euros. Merece mucho más que eso. Pero también la Niña de los Peines, Don Antonio Chacón, Manolo Caracol, Manuel Vallejo, Antonio Mairena, Enrique Morente, Manolo Sanlúcar o Paco de Lucía. El Ayuntamiento de Marchena solicitó a la Junta el nombramiento de Pepe Marchena como Hijo Predilecto de Andalucía y ni los escucharon. Es por poner un ejemplo, aunque podríamos poner otros muchos. ¿Saben cuánto dinero dio el Gobierno andaluz el pasado año a la Confederación Andaluza de Peñas Flamencas, que aglutina a 380 entidades? 70.000 euros, y peleando mucho. Ese dinero la Confederación lo empleó en dar 56 actuaciones, luego se quedaron fuera más de trescientas peñas. Cuando se editaron las Obras Completas del Niño de Marchena, su discografía de pizarra, la Junta compró estuches solo por el valor de 17.800 euros. Manuel Vallejo, la segunda Llave del Oro del Cante, tuvo más suerte: 40.000 euros. Si sumamos todas estas cantidades, es una décima parte de lo que van a destinar solo al futuro museo de Camarón.

«Estoy seguro de que los admiradores del genio de la Isla de San Fernando me van a dar para el pelo, pero había que decir algo sobre esto, teniendo en cuenta los recelos que hay siempre en este arte tan nuestro, en el que cada aficionado tiene su corazoncito»

Y podríamos hablar también de una figura histórica de la importancia de Silverio Franconetti, que no tiene ni una peña flamenca en Sevilla. Alguna vez hemos hablado de lo necesario que sería evitar que esta figura caiga en el olvido y una buena forma de evitarlo sería crear un centro de documentación que llevara su nombre, en Sevilla, de donde era. Pero eso no interesa o interesa poco. Como tampoco interesa crear el gran museo flamenco de Andalucía, porque no lo hay y parece increíble que aún no exista.

Me consta que estos días van a dirigirse a la Junta desde otros pueblos y ciudades para que les informen qué hay que hacer para tener acceso a estas ayudas económicas. Es lógico, claro. En Mairena del Alcor, de donde era Antonio Mairena, Llave de Oro del Cante y primer Hijo Predilecto de Andalucía, llevan tiempo queriendo tener también un museo con el nombre del maestro, sin duda, uno de los grandes referentes del arte flamenco. Una buena oportunidad para preguntar qué hay de lo mío, ahora que, por lo visto, parece que hay dinero para estas cosas. Estoy seguro de que los admiradores del genio de la Isla de San Fernando me van a dar para el pelo, pero había que decir algo sobre esto porque hay agravios comparativos y la Junta debería de tener cuidado con estas cosas, sobre todo teniendo en cuenta los recelos que hay siempre en este arte tan nuestro, en el que cada aficionado tiene su corazoncito. Por cierto, si no soy el admirador número uno de Camarón, soy el número dos.