El Festival de Jerez ya ha vendido el 90 por ciento de las entradas puestas a la venta, luego todo indica que en ese aspecto va a ser todo un éxito. Pocos creían en que este festival acabaría triunfando, por la novedad del formato, dedicado al baile flamenco y la danza española, en una ciudad con un concepto tan claro y conservador del arte jondo, donde además gusta mucho vivir el flamenco en tabancos, peñas y fiestas particulares. Pues son veinticuatro ediciones. O sea, que el próximo año serán las bodas de plata.

Miles de personas vienen a Jerez cada año buscando algo que no lo hay en todos los festivales, esa combinación de lo novedoso y lo clásico, lo añejo y lo nuevo. Y esa manera tan única de vivir el ambiente de la ciudad cuando cierran los teatros o salas, para disfrutar de la fiesta privada, las reuniones, el cuartito de cabales y las copas con los flamencos. En este sentido, el Festival de Jerez es único y puede que ahí esté un poco el secreto de su éxito: en ofrecer algo que no tienen los demás festivales nacionales o internacionales.

«Y luego están el encanto de la ciudad, su historia flamenca y, sobre todo, el arte de sus profesionales y lo atentos que son con quienes vienen desde todo el mundo a formarse o a disfrutar del compás y el desenfado de las reuniones»

Recuerdo cuando se celebró la primera edición y me perdí por San Miguel y Santiago con algunos artistas importantes de la tierra. No apostaban por el éxito de la cita. Pasó un poco como con la Bienal de Sevilla, que los propios sevillanos se pusieron de uñas porque era algo desconocido en Híspalis, a pesar de que en la Quincena de Flamenco y Música Andaluza, creada antes que la Bienal, se apuntaba ya una nueva manera de organizar festivales en teatros. Hoy hablas con aquellos artistas jerezanos que no lo veían claro –algunos ya desaparecidos– y reconocen que estaban equivocados. Hasta se sienten orgullosos del festival de festivales.

¿Por qué el éxito? No es fácil contestar esta pregunta. Sin duda alguna, y es justo decirlo, por el gran esfuerzo que hace el Ayuntamiento de Jerez para que se pueda celebrar cada año. No es una organización perfecta, aunque roza la perfección. Y luego están el encanto de la ciudad, su historia flamenca y, sobre todo, el arte de sus profesionales y lo atentos que son con quienes vienen desde todo el mundo a formarse o simplemente a disfrutar del compás y el desenfado de las reuniones.

Este año voy a estar algunos días para contar lo que pasa y opinar de algunos espectáculos, sobre todo estrenos. También para vivir el ambiente y acabar de conocer bien una ciudad a la que adoro.