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Dos flamencos en el campo de concentración de Los Remedios

El Bizco Amate y José Loreto Reyes El Feongo, dos artistas flamencos muy populares en aquellos años (1937-1938), fueron presos de ese campo de concentración, ubicado cerca de la actual avenida República Argentina. Tras el golpe militar, el Ayuntamiento de Sevilla se encargó de limpiar la ciudad de mendigos o gentes de mal vivir.

A la izquierda, José Loreto El Feongo. Foto: archivo de su familia. A la derecha, Enrique Guillén Cascajosa el Bizco Amate. Foto: Archivo Antonio Ortega.

Crearemos campos de concentración para vagos y maleantes, para políticos, para masones y judíos, para los enemigos de la patria, el pan y la justicia. En territorio nacional no puede quedar ni un judío, ni un masón, ni un rojo… (Diario Águila, de Cádiz)

 

Es sabido que en Sevilla existió el campo de concentración de Los Remedios, ubicado en terrenos de lo que hoy es el lujoso barrio hispalense del mismo nombre, de los más ricos de la capital andaluza. No se sabe el lugar exacto donde estuvo, aunque el historiador José María Márquez declaró al diario Público que debió estar en lo que hoy es la calle Virgen de Fátima. Si no me equivoco, paralela a República Argentina.

En la lista de presos, que conservo –unos quinientos, aunque hubo muchos más­–, aparecen dos artistas flamencos bastante populares en aquellos años, 1937-38, el Bizco Amate y José Loreto Reyes El Feongo, padre de la cantaora Pepa de Utrera. Un gran bailaor gitano que se buscaba la vida en fiestas, aunque también aparece en carteles participando en espectáculos públicos con Perrate de Utrera, el Platero de Alcalá y otros cantaores.

 

«El Bizco Amate era un cantaor que tenía un sello en el cante por fandangos, con unas letras contestatarias que le dieron mucha popularidad»

 

Ni siquiera su familia tenía noticias de que hubiera sido detenido e ingresado en el campo de prisioneros, que era igual que los campos de concentración nazis, un verdadero horror,  lugar de torturas, vejaciones y horrendos crímenes. No llegó a ser tan terrible como el de Las Arenas, en La Algaba, pero se pueden imaginar los horrores que tuvieron que vivir en ese campo personas de distinta condición social, desde rateros y mendigos hasta políticos de renombre como el sevillano Antonio Rodríguez de la Borbolla y Serrano, catedrático de la Escuela de Comercio de Sevilla y destacado republicano de la época.

No se sabe por qué ingresó El Feongo en este campo de concentración, aunque es fácil suponerlo porque cuando estalló el golpe militar de 1936, Queipo de Llano mandaba en Sevilla y el Ayuntamiento se encargó de limpiar la ciudad de mendigos o gentes de mal vivir. Sabrán que en 1932, en plena República, se aprobó la ley de Vagos y Maleantes, que no fue cosa del franquismo. Al parecer, la autoridad militar lo mandó a prisión el 15 de noviembre de 1938, a la Prisión Provincial, pasando luego a este campo, donde estuvo hasta el 22 de abril de 1939, según consta en los archivos.

 

«El campo de concentración de Los Remedios no llegó a ser tan terrible como el de Las Arenas, en La Algaba, pero se pueden imaginar los horrores que tuvieron que vivir allí personas de distinta condición social, desde rateros y mendigos hasta políticos de renombre como el sevillano Antonio Rodríguez de la Borbolla»

 

No sabemos qué pudo hacer El Feongo, el bailaor jerezano, para ser mandado a prisión y luego al campo de los horrores, de donde salió, suerte que no tuvieron otros. Los artistas flamencos de aquella época vivían mucho la noche buscándose la vida en los cuartos de la Alameda, y te podían detener con cualquier pretexto, como sabemos por testimonios de artistas como Enrique Orozco, Antonio el Sevillano, Antonio Mairena, Antonio Peana y otros. Sería el caso de José Loreto Reyes, porque de haber participado en revueltas callejeras, en contra del golpe militar fascista, hubiera salido de ese lugar en una caja de pino, y sabemos que vivió hasta 1948.

Enrique Guillén Cascajosa, El Bizco Amate (Sevilla, 1917-1948) pasó de Ranilla –Prisión Provincial de Sevilla– al campo de Los Remedios, porque aparece en la lista de internos. Él vivió casi toda su vida de lo que pudo, siendo un mendigo muy conocido en Sevilla, además de un cantaor que tenía un sello en el cante por fandangos, con unas letras contestatarias que le dieron mucha popularidad. Algunas de esas coplas las crearía en este campo, posiblemente la que sigue, que me cantó un día el cantaor sevillano Luis Rueda en su tiendecita de comestibles de San Pedro:

 

Pidiendo su libertad
un pajarillo me canta.
Pidiendo la libertad.
Cuando la jaula le abrí
tanta tristeza me vio
que no se quería ir.

 

Imagen superior: A la izquierda, José Loreto El Feongo. Foto: archivo de su familia. A la derecha, Enrique Guillén Cascajosa el Bizco Amate. Foto: Archivo Antonio Ortega.

 

Lista de presos del campo de concentración de Los Remedios, Sevilla, 1937-38. Incluye al bailaor gitano José Loreto Reyes el Feongo, padre de la cantaora Pepa de Utrera.

Lista de presos del campo de concentración de Los Remedios, Sevilla, 1937-38. Incluye al bailaor gitano José Loreto Reyes el Feongo, padre de la cantaora Pepa de Utrera.

 

Lista de presos del campo de concentración de Los Remedios, Sevilla, 1937-38. Incluye al cantaor Enrique Guillén Cascajosa, el Bizco Amate.

 

 


Arahal, Sevilla, 1958. Crítico de flamenco, periodista y escritor. 40 años de investigación flamenca en El Correo de Andalucía. Autor de biografías de la Niña de los Peines, Carbonerillo, Manuel Escacena, Tomás Pavón, Fernando el de Triana, Manuel Gerena, Canario de Álora...

2 COMMENTS
  • José Ignacio Primo 3 mayo, 2020

    La Ley de Vagos fue promulgada por Isabel II el 9 de mayo de 1845 y aunque no cita expresamente a los gitanos va dirigida hacia esta etnia por un sentimiento de culpabilidad generalizado. Esta ley será el antecedente de la famosa Ley de Vagos y Maleantes promulgada por la II República, que tanta controversia ha generado, aunque de verdad lo que pretendía era frenar la ola de pillaje y vagabundeo que había brotado en todo el país. Nada que ver con la modificación de la Ley que con la llegada del fascismo hizo Franco, donde establecía la subordinación de razas, una superior, la española, y razas inferiores e infectas, como judíos, gitanos y negros. Por citar un ejemplo, en el cap. V, art. 133, establece «como actos contrarios a la Raza Española se castigarán con pena de presidio el matrimonio con personas de raza inferior». Además, considera peligrosos a gitanos, homosexuales, vagabundos…Y fue utilizada para una brutal represión. Nada que ver con la Ley de la II República.

  • Manuel Bohórquez Casado 4 mayo, 2020

    Gracias, José Ignacio. Yo tenía en mente la de la República, porque suelo escribir mucho de memoria. Un abrazo fuerte, y espero que estés bien.

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