Parece que fue ayer, pero este 25 de febrero se cumplen cinco años de la muerte de Paco de Lucía (Algeciras, 1947 – Playa del Carmen, México, 2014). Paco, a secas, para sus cientos de miles de seguidores en todo el mundo. Hoy contamos con guitarristas geniales como Rafael Riqueni, Vicente Amigo, Tomatito, Gerardo Núñez, Dani de Morón, Antonio Rey o Diego del Morao, entre otros muchos. En parte, existen por el genio de Algeciras, que fue el espejo para tres generaciones de guitarristas.

No me gusta olvidarme de Manolo Sanlúcar, para mí más importante que Paco en muchos aspectos, aunque decir esto me pueda acarrear problemas. Y al saluqueño lo tenemos vivo. Manolo y Paco fueron en su momento una revolución en la guitarra flamenca, cuando el Niño Ricardo ya había muerto y Sabicas y Estéban de Sanlúcar andaban por América. Serranito era la primera referencia de la guitarra en España y un joven jerezano, Paco Cepero, sorprendía por su sonido tan flamenco como personal.

Pero Paco aceleró y se convirtió en la gran figura de la guitarra flamenca y una de los dos o tres más importantes del mundo, de todos los géneros. Lo que Paco hizo por la guitarra, por el flamenco en general, no habría manera de pagárselo si viviera. Para él, que los jóvenes guitarristas lo siguieran y tuvieran en cuenta su estilo para construir el de cada uno de ellos era mucho más importante que cualquier tipo de reconocimiento. Aunque cuando venía a tocar a Sevilla y los veía a todos en las primeras filas del teatro, sin pestañear y con grabadora, se ponía nervioso. “¡Tú sabes cómo tocan algunos!”, me dijo con motivo del I Giraldillo del Toque, en 1982, que conquistó Manolo Franco con él entre los miembros del jurado. Se refería al propio Manolo, Riqueni, Niño de Pura y otros guitarristas de Sevilla, una ciudad que le gustaba y de la que era su maestro preferido, Ricardo Serrapí Sánchez, hasta que descubrió a Sabicas.

Paco debería de tener algo en Sevilla, un busto que mirara al río o al casco antiguo en honor de los grandes maestros de la guitarra de Sevilla y de él mismo, que tocó tantas veces aquí y que tanto influyó en nuestros guitarristas actuales. Cinco años ya de su marcha. El tiempo vuela a la misma velocidad que lo hacían sus vertiginosos picados.

Foto: Paco de Lucia at Plai Festival 2007 in Timisoara-Romania Live (by Cornel Putan).