Chiquito de Cádiz o el ángel
Chiquito de Cádiz, don Servando, sencillo como una puesta de sol, se nos ha ido al cielo de los que nacen con el don. Costará ir a Cádiz y no verlo. Pero habrá que ir, habrá que volver, porque nadie vive totalmente feliz si no va a Cádiz una o dos veces al año, como mínimo.
Ir a Cádiz y no ver a Chiquito, que nos acaba de dejar, será como no ir del todo, como hay que hacerlo: o se va por derecho o no se va nunca ni a por atún. Menudo artista se ha ido, don Servando, elegante como él solo y con un empaque flamenco único. De los que no salían de casa desaliñado ni para tirar la basura. Era de esa casta, de otra época, de cuando un flamenco no iba con botines deportivos y chándal, como ahora, que da vergüenza verlos a veces en un escenario. Creo que fue Antonio Barberán quien me lo presentó una mañana en Cádiz y enseguida supe que estaba ante un artista de la Tacita. El verdadero artista nace con el don. Es imposible levantarse una mañana y decir voy a ser artista. No, no es así. Es algo que te pega tu mare en la piel cuando te pare. A partir de aquella mañana lo veía casi siempre que iba a la ciudad más bonita del mundo, y la de más arte. No voy mucho ahora, porque es verdad que me llaman poco. Fui bastante para la investigación de Antonio el Planeta, Lázaro Quintana y Rosario la Mejorana, que era de esa familia. Como La Cachuchera, tía de la madre de la Imperio del Baile. Ni siquiera recuerdo la última vez que vi vivo a Chiquito de Cádiz, pero sí que se acordaba de mí porque me saludó con una sonrisa tan ancha como la Puerta de la Caleta, esa que va del arte a la luz azul. Me sorprendió, pero es que los artistas de su generación eran muy observadores. ¿He dicho artista? ¿Es que se puede ser de Cádiz, cantaor de flamenco, y no ser artista? ¡Qué cutis tenía Chiquito y qué elegante era! Y qué ángel, o sea, qué arte natural tan embriagador y sencillo. Sevilla ha dado grandes maestros del cante como Silverio, Manuel Vallejo, Tomás Pavón o su hermana Pastora. Jerez ha dado genios como Don Antonio Chacón, Manuel Torres, El Gloria, Terremoto o el Tío Sordera. Cádiz ha dado artistas como Pericón, el Beni, la inolvidable doña Antonia la Perla y Juan Villar, entre otros. Bailaoras como la Mejorana y Gabriela Ortega. Y artistas como Chiquito, don Servando, sencillo como una puesta de sol, que se nos ha ido al cielo de los que nacen con el don. Costará ir a Cádiz y no verlo. Pero habrá que ir, habrá que volver, porque nadie vive totalmente feliz si no va a Cádiz una o dos veces al año, como mínimo. Otra opción sería mudarse a esa ciudad, que no es descartable. Lo siento mucho, Paco el Marqués. Recuerda que sólo se va lo que se olvida y nunca vamos a olvidar a este hombre tan especial, con una mirada que le robó la luz al mundo.
«Ni siquiera recuerdo la última vez que vi vivo a Chiquito de Cádiz, pero sí que se acordaba de mí porque me saludó con una sonrisa tan ancha como la Puerta de la Caleta, esa que va del arte a la luz azul»
Jesús Vargas 25 mayo, 2023
Vaya artículo! Como no podría ser de otra manera, viniendo de quién viene. Yo te digo ole! De postre de Servando, si se me permite.
Jesús Vargas 25 mayo, 2023
De parte, que decir.