Las flamencas floreros
Se está produciendo un hecho curioso que ninguna artista ha denunciado todavía.
Se está produciendo un hecho curioso que ninguna artista ha denunciado todavía. Me refiero a las del movimiento feminijondo, acuñado por mí y que tanto les repatea. No sé por qué, porque es una palabra compuesta que trata de denominar a las feministas de lo jondo, que existen y me parece perfecto, porque el feminismo está de moda. Pues ninguna de estas feministas ha denunciado aún el hecho de que cada vez que se presenta algo de flamenco, la Bienal o cualquier otro festival, los políticos se hacen rodear de hermosas flamencas, como el otro día Susana Díaz, la presidenta de la Junta de Andalucía, en la presentación de la Bienal, en cuyo acto anunció un “plan estratégico” para nuestro arte. ¿Otro? No sé cuántos van ya, pero el flamenco sigue sin tener un presupuesto en Andalucía, solo ayudas, subvenciones, aquí doy y aquí no, etc.
Recuerdo cuando Carmen Calvo, la entonces consejera de Cultura de la Junta y hoy vicepresidenta del Gobierno de España –nada menos–, anunciaba a bombo y platillo que había más de cuarenta millones de euros para el flamenco, pero con trampa, y lo explico. Eran para varios años y lo que hicieron fue contar con todas las ayudas, grandes y pequeñas, para que pareciera una cifra importante. Al final, no se sabe qué ocurrió con aquellos cuarenta millones de euros de doña Carmen. Pero ahora sí, parece que Susana tiene un plan estratégico para el flamenco, que incluye llevar el flamenco a los colegios andaluces, algo que ya prometió el anterior presidente, Griñán, su mentor.
¿Dirá algo la cantaora onubense Rocío Márquez sobre cómo utilizan de floreros a las artistas en las presentaciones de los grandes festivales? Fue ella quien denunció que una vez un conferenciante le pidió que estuviese en el escenario mientras él daba la charla. Se sintió mujer florero y declinó la malvada invitación con toda la razón del mundo. ¿A que no es capaz de denunciar ahora lo de las flamencas floreros en el acto de Susana Díaz y Antonio Zoido, director de la Bienal? Bellas flamencas sonrientes mientras la presidenta repartía pasta para el arte de lo jondo, al menos de boquilla.
Saben que llevo una lucha con el asunto del machismo en el flamenco, que jamás supuso un problema dentro de este arte. Esta lucha me está acarreando problemas con las feministas flamencas y con algunos feminijondos, que también los hay. No me importa, porque creo llevar la razón. Celebro que toda una maestra como Carmen Linares dijera hace unos días en Archidona, en el Cabildo Flamenco de Ortiz Nuevo, que nunca vio machismo en el flamenco. Al menos no tanto como se dice ahora. No es la primera vez que lo dice, por cierto. Pero da igual, algunas flamencólogas o críticas siguen empeñadas en querer ajustar cuentas con los flamencos, quizá porque le están viendo la punta, porque hay dinero público para organizar actos y jornadas sobre la mujer en el flamenco. Cuando no lo había no vi nunca reivindicaciones de este tipo.
Hay que seguir luchando contra el machismo, porque lamentablemente existe en el mundo. También en el flamenco, claro, porque este arte no está aislado del mundo. Pero es un error pretender crear un problema donde nunca lo hubo. Al contrario, siempre he dicho que es un modelo de convivencia artística entre mujeres y hombres, que empezó hace dos siglos, cuando la mujer apenas tenía derechos.