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El abuelo y los padres del flamenco

-Abuelo, la que hay liada con ese grupo de intelectuales gitanos que anda intentando conseguir que la Junta de Andalucía reconozca de manera oficial que el flamenco es creación de los gitanos andaluces.


-Abuelo, la que hay liada con ese grupo de intelectuales gitanos que anda intentando conseguir que la Junta de Andalucía reconozca de manera oficial que el flamenco es creación de los gitanos andaluces. ¿Eso se puede hacer? Imagina que luego vienen los africanos y lo quieren también, en honor de aquellos negros de Jerez, los esclavos del fandangueo, que tanto influyeron en este arte. O los descendientes de los árabes y judíos sefarditas que estuvieron en Andalucía. Vaya lío, ¿no?

-Me parece muy bien que el pueblo gitano, sobre todo el gitano-andaluz, reclame lo que cree que le pertenece por derecho propio. Como si quieren hacer lo mismo con el toreo de arte y pellizco. La Junta, además, es muy gitanista, de ahí que le dieran la Llave del Cante a Camarón después de muerto, y no a Pepe Marchena, o que antes nombraran Hijo Predilecto de Andalucía a Antonio Mairena y no a Fosforito. Así que si ahora los gitanos piden que se reconozca oficialmente que el flamenco es creación de ellos, no creo que se lo vayan a negar.

-Entonces, abuelo, ¿los gachés podrán reclamar también la paternidad de la parte paya del flamenco? 

-Supongo que sí, Manolillo. A lo mejor, la Junta, en una decisión salomónica, parte el flamenco en dos y aquí paz y allí gloria, asunto resuelto. Pero no hay que olvidar que el flamenco se crea y desarrolla en Andalucía y que en su gestación no intervienen solo los gitanos. Es que va a parecer que antes de que llegaran a Andalucía, aquí éramos unos malajes  que no cantábamos ni bailábamos con arte y gracia. Es verdad que hay una parte del flamenco, unos estilos, inequívocamente gitanos o que ellos interpretaban de una manera única por estar dotados en general para la música y el baile. Al modo gitano, ¿vale?

-¿Y cómo van a poder probar esos intelectuales gitanos que el flamenco es creación calé? 

-Ellos sabrán. Habrán investigado mucho, ¿no? Imagino que alguno habrá encontrado el acta fundacional del arte jondo, de aquella reunión en Cádiz en la que El Planeta, El Fillo, Frasco el Colorao y María Borrico crearon el cante gitano. En aquella reunión no habría ni un payo, claro, se supone. Así que si tienen el acta de la reunión estarán legitimados para pedir la autoría.

-¿Estás de coña, abuelo?

-Un poco, niño. Mira, hablando en serio. Nadie con dos dedos de frente se puede tomar en serio esta iniciativa, porque es una tontería. Todo el mundo reconoce la importancia de los gitanos en el flamenco y la calidad de los intérpretes que ha dado y sigue dando. Sin embargo, no se debería olvidar que cuando aparecen las primeras noticias de este arte como manifestación artística pública había intérpretes gitanos y también no gitanos. De eso hace dos siglos y siempre, siempre, gitanos y castellanos han convivido estupendamente y han trabajado en los mismos escenarios. Eran dos escuelas distintas, aunque no tanto como algunos piensan. Y siguen siendo dos escuelas diferentes, aunque cada vez menos. ¿Tan distintos eran Manuel Vallejo y La Niña de los Peines o Enrique Morente y Camarón? Ni mucho menos. O Ramón Montoyay el Niño Ricardo. Eran intérpretes de una misma música y, eso sí, cada uno tenía su estilo.

-¿Qué va a pasar ahora con las malagueñas de Chacón, El Canario y La Trini? ¿Perderán las autorías después de muertos?

-Qué cosas tienes. Oye, pues no lo había pensado. Los fandangos de El Sevillano y Vallejo, las soleares de José Lorente y Ramón de Triana, las tarantas de El Rojo y Escacena. Un lío, Manolillo. El Niño de Elche tendrá que devolver todo lo ganado. Y Arcángel, Poveda, Rocío Márquez…. ¡Madre del amor hermoso, la que se puede liar!

-¿Podemos hablar de gilipollez, abuelo?

-Sí, sí, totalmente. Mira, seamos claros. Esto no hay por dónde cogerlo, lo mires como lo mires. Entiendo que los gitanos estén celosos porque se buscan la vida con el flamenco desde hace dos siglos, como mínimo. Pero también los gachés, como se puede demostrar fácilmente. Por tanto, lo suyo es olvidarse de esa tontería y reconocer de alguna manera, eso sí, el hecho de que los gitanos hayan sabido conservar esas formas musicales y dancísticas, quizás mejor que los andaluces. Eso, entre otras cosas. Pero que quieran un papel oficial donde se diga que es un arte de ellos, pues como que no. No lo necesitan, además, porque ahí está todo lo que han aportado y siguen aportando. No se puede entender el flamenco sin los gitanos andaluces, claro. También han sido tradicionalmente muy buenos comerciantes, herreros y esquiladores y no por eso van a pedir que se reconozca que eso es de ellos.

-Abuelo, se te entiende todo.

-No creas. Ya verás cómo alguien no se entera.

 


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Arahal, Sevilla, 1958. Crítico de flamenco, periodista y escritor. 40 años de investigación flamenca en El Correo de Andalucía. Autor de biografías de la Niña de los Peines, Carbonerillo, Manuel Escacena, Tomás Pavón, Fernando el de Triana, Manuel Gerena, Canario de Álora...

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