El abuelo y la Sevilla más flamenca
-Abuelo, ¿Sevilla está muerta? Flamencamente hablando, claro. -Yo no diría muerta, Manolillo, aunque comienza a tener mala cara y eso significa que no está muy bien de salud. -¿Cuándo ha estado bien? -Si te repasas un poco la historia del flamenco en esta ciudad, que aún no está escrita, pero algo se sabe, te darás cuenta de que tuvo una época dorada, la
-Abuelo, ¿Sevilla está muerta? Flamencamente hablando, claro.
-Yo no diría muerta, Manolillo, aunque comienza a tener mala cara y eso significa que no está muy bien de salud.
-¿Cuándo ha estado bien?
-Si te repasas un poco la historia del flamenco en esta ciudad, que aún no está escrita, pero algo se sabe, te darás cuenta de que tuvo una época dorada, la de los cafés cantantes, aquella de Silverio y El Burrero, en la que se dieron cita figuras claves de toda Andalucía. Cuando desaparecieron los cafés, sobre todo El Filarmónico, El Burrero y el Salón Silverio, se abrió El Novedades y hubo otra época dorada, con una concentración de artistas muy importantes, entre ellos La Niña de los Peines, Manuel Torres, Tomás Pavón, Marchena, Vallejo, Escacena y un largo etcétera. Así hasta la llegada de la ópera flamenca.
-Y el parón de la Guerra Civil, ¿no abuelo?
-Sí, el conflicto civil acabó con casi todo. Cuando acabó, las compañías regresaron, aunque ya no fue lo mismo. Fue entonces cuando comenzaron a salir tablaos importantes y nacieron los concursos nacionales, las peñas y los festivales. Este movimiento daría sus frutos una década más tarde, con dos décadas, los sesenta y los setenta, que hicieron historia en Sevilla y sus pueblos. En general en toda Andalucía, aunque nos estamos centrando en Sevilla.
-Era cuando Sevilla tenía una buena nómina de maestros y maestras, ¿verdad?
-En efecto, Manolillo. En todas las facetas, además, no solo en el cante. Yo he vivido la época dorada del baile, con Matilde Coral, Manuela Vargas, Angelita Vargas, Farruco, Trini España, Rafael El Negro, Manuela Carrasco, Pepa Montes, Cristina Hoyos, El Mimbre, Milagros Mengíbar, Concha Vargas, Carmen Ledesma… Y he sido testigo del despegue de guitarristas extraordinarios, como Paco del Gastor, Manuel Domínguez El Rubio, José Luis Postigo, Enrique de Melchor, Pedro Bacán, Manolo Franco, Quique Paredes, Ramón Amador, Rafael Mendiola, Riqueni, Niño de Pura… Y en la faceta del cante ni te cuento…
-¿Estás vacilando, abuelo?
-Presumiendo, más bien. Cómo no voy a presumir de haber conocido esa Sevilla de Antonio El Sevillano, Fregenal, El Gordito, Antonio Mairena, Emilio Abadía, El Arenero, El Chocolate, Fernanda y Bernarda, Lebrijano, Manuel Mairena, Menese, Pies de Plomo, Turronero, Naranjito, Curro Malena, Diego Clavel, Miguel Vargas, El Funi, Curro Fernández, Paco Taranto, José el de la Tomasa…
-¿Qué ocurre hoy, abuelo?
-Que Sevilla se ha quedado sin grandes maestros del cante.
-¿Sin referencias?
-También, claro. El Funi, en Lebrija, y José el de la Tomasa en Sevilla capital, y hay que parar de contar. Hay otras figuras, pero de menor importancia, sin que esto quiera decir que no canten bien. La gran figura de hoy es José el de la Tomasa y a veces lo quieren llevar a una peña por mil euros, cuando hay nuevas figuras que cantan por miles de euros, sin entrar en nombres. Así está Sevilla.
-Pero habrá nuevos valores, ¿no?
-Sí, siempre los hubo y los hay actualmente. Pero faltan esas cuatro o cinco figuras con fuerza, que, curiosamente, las tienen Huelva, Jerez o Chiclana. Fíjate Huelva, con Arcángel, Argentina, Jeromo Segura, Rocío Márquez… Y unos jóvenes nuevos que saldrán pronto, porque, además de que lo da la tierra, tienen a maestros como Antonio Rodríguez El Jaraqueño, que está formando a la cantera. De aquí a una década, Huelva será una revolución.
-Pues me dejas preocupado, abuelo. ¿Hay que cerrar entonces el chiringuito?
-Tampoco es eso, Manolillo. Hay solera, o sea, madre, y algún día Sevilla volverá a ser lo que fue. La Bienal debería intentar meter el hombro, pero solo están pendientes de vender entradas.
-Ea, tenías que decirlo.