Nuevos letristas en la Navidad de Jerez
Está claro es que el villancico de Jerez está vivo y se adapta a las nuevos tiempos dando más relevancia al cantaor/a solista que al villancico común y grupal de siempre.
Si hasta hace relativamente poco tiempo los referentes de los villancicos en Jerez eran –y siguen siendo– Antonio Gallardo, Parrilla y Fernando Terremoto, hay que ir añadiendo a esta lista a algunos más que están sumando al corpus lírico de la Navidad sus particulares creaciones en torno a esta fiesta que, dicho sea de paso, se está convirtiendo en un reclamo turístico y cultural en toda España en el mes de diciembre.
No hay que olvidar que el gran peso de letras que hoy día se canta proviene del romancero popular, letras de carácter pagano y otras tantas religiosas que utilizan el soniquete reiterativo para que los vecinos de aquella época pudieran cantarlas sin dificultad, además llevando un carga en el mensaje que define cada etapa de la historia. Por ejemplo, ese que dice a los soldaítos se lo llevan ya / al campo del moro para trabajar/ pobrecita mare que pena tendrá / de ver a su hijo lo triste que va tiene su origen presumiblemente en aquellas maniobras del ejercito español en territorio africano, anterior a la Dictadura. O si recurrimos a la de estando un curita / malito en la cama / y a la media noche / llama a la criada /…le picó una araña / le picó con gusto /le picó con ganas /… y a los nueve meses / parió la criada, está más que claro que son letras nacidas tras el periodo de la Inquisición, evidenciando que para hablar así del clero debía haber algo de libertad. Es importante que toda esta riqueza lírica no se quede en un segundo o tercer plano debido a la proliferación de letras actuales, porque sería perder la esencia del villancico y un legado que proviene de siglos atrás.
Tras los Campanilleros que popularizó Manuel Torre, llegan grabaciones a mediados de siglo XX como la de Manolo Caracol, Lola Flores o La Paquera de Jerez. Siempre hablando desde el punto de vista del flamenco. Años más tardes Antonio Gallardo, el gran compositor jerezano, sacaba a la luz algunos de impresionante nivel como Por el camino de Egipto, más tarde A la hojita verde del limonero y Tiene que tiene María o el tan laureado Carita divina que ha llegado a sonar hasta en la Santa Sede de Roma gracias a la voz de María José Santiago y la guitarra de Paco Cepero. Desde el año 82 entra en juego de forma contundente Parrilla de Jerez, quien, junto a Juan de la Plata de la Cátedra de Flamencología, la Caja de Ahorros de Jerez y el editor y productor jerezano Juan Pedro Aladro, inicia la serie discográfica Así canta nuestra tierra en Navidad, donde se recuperan villancicos extintos, se le envuelve de música a otros demasiado básicos en el ritmo o incluso a poemas de autores como Lorca o Gerardo Diego, o aparecen letras nuevas. De Parrilla tenemos De vendimiar, Gitanos de Santiago y San Miguel o la adaptación del Arcángel San Gabriel, siendo uno de los más versionados en las dos últimas décadas. Llegó Fernando Terremoto al principios del XXI, alzando bandera en la mítica zambomba de diciembre del año 2000 en el Teatro Villamarta, donde aparecen villancicos como La Nochebuena, Ya llegó la Nochebuena o Alegría, Alegría; para más tarde sacar otros como Diciembre o Soy un pobre peregrino.
¿Y ahora? De un tiempo acá se comprueba como artistas locales quieren y dejan su personal sello en el mundo del villancico. Luis de Perikín le ha dado un cambio sustancial al ritmo de estas composiciones creadas incluso por él mismo. Entra en juego la percusión y puestas en escenas alejadas de la tradición pero que consiguen conmover al público joven. Parece que por fin tiene su sitio Coral de los Reyes, quien con sumo gusto ha presentado en este año su propuesta en el primer coliseo jerezano con un repertorio de su propia cosecha y que ha tenido muy buena respuesta del público y de otros artistas que ya quieren cantar los de Coral. El propio Ezequiel Benítez ha volcado su creatividad compositora en villancicos con brillo y elegancia, tirando más al mensaje universal y un discurso musical actualizado y fresco. Juan Manuel Moneo, guitarrista de esta saga, ha estrenado en esta temporada uno de una profundidad sentimental incuestionable en una muestra de añoranza «de esos padres que ya no están entre nosotros en una Navidad nostálgica». Lo que está claro es que el villancico de Jerez está vivo y se adapta a las nuevos tiempos dando más relevancia al cantaor/a solista que al villancico común y grupal de siempre.