La Ley del Flamenco entra en su recta final. Un hito histórico, sin lugar a dudas, que posiblemente marque un antes y un después en la gestión del arte jondo –y todo lo que le rodea– por parte de la Junta de Andalucía. Un proyecto ambicioso cuyo objetivo es proteger a los artistas, a la formación flamenca y a la regularización del tejido asociativo, entre otros.

El Consejo de Gobierno ha recibido el primer borrador y se pasará a debatir en el Parlamento Andaluz cuando se hagan las habituales enmiendas técnicas. Como bien indica nuestro compañero Alejandro Luque en su artículo publicado en eldiario.es, en total son treinta y cuatro los artículos que forman parte de esta esperada ley.

Una legislación en la que ha trabajado el Consejo Asesor, presidido por el cantaor y exdirector del Centro Andaluz de Flamenco (CAF) Calixto Sánchez, e integrado por los periodistas Manuel Curao y Marta Carrasco, el catedrático Rafael Infante y Concha Prieto en representación de las peñas.

«El Flamenco es una expresión cultural y una manifestación artística plural, símbolo de la identidad de Andalucía, en donde la comunidad gitana y la influencia histórica de otras culturas desempeñan un papel primordial tanto en su origen como su evolución». Así arranca el texto de esta ley, que, como avisamos en Expoflamenco, iba a reconocer al pueblo gitano.

«La Ley del Flamenco que promueve el Gobierno Andaluz hace hincapié en la difusión del arte jondo fuera de Andalucía tanto a nivel nacional como internacional y en la difusión del flamenco mediante las tecnologías de la información»

Uno de los principales puntos a tratar es el referido a las entidades, en particular, las peñas. Un tejido que se ha visto muy afectado en los últimos tiempos arrastrando serios problemas financieros y estructurales de difícil abordaje. «Yo soy muy partidario de las peñas, he actuado en muchísimas, son el lugar donde los artistas pueden actuar ante una afición que los escucha. Pero todo el dinero que una institución como la Junta puede aportar hay que justificarlo, y eso requiere reestructurar todo», explica Calixto Sánchez.

La enseñanza tampoco escapa a esta ley, que dispone que «la Administración educativa impulsará la presencia y el conocimiento del flamenco en las distintas etapas de la enseñanza no universitaria, mediante la inclusión de contenidos curriculares y el desarrollo de actividades relacionadas con el flamenco». Una idea que lleva rondando mucho tiempo la cabeza de los apasionados del arte jondo y que parece se hará realidad más pronto que tarde. «Por ahora hay una hora de música a la semana, a veces compartida con otras actividades. Pero cada colegio hace lo que le parece, sin orden ni nada… Veremos hasta dónde se puede llegar», continúa Sánchez.

La protección del Conjunto Patrimonial del Flamenco también es otro aspecto clave. Así, se indica que «los bienes tanto inmuebles como muebles que integran el Conjunto Patrimonial del Flamenco se podrán inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, de manera individual o colectiva».

También se hace hincapié en la difusión del arte jondo fuera de Andalucía tanto a nivel nacional como internacional y en «la difusión del flamenco mediante las tecnologías de la información, con la indicación de que se promoverá la reproducción y difusión de creaciones, espectáculos y otras actividades relacionadas con el flamenco en plataformas digitales, redes sociales y otros soportes y tecnologías de la información».

Aún es pronto para medir el pulso de lo que les parece este borrador a los flamencos. Eso sí, Antonio González Pulido, nuevo presidente de la asociación de artistas profesionales Unión Flamenca, tiene claro que «todo lo que sea proteger al flamenco y al artista, que es quien lo hace posible, nos parece bien, y más si viene de la mano de una ley pionera en el mundo». No obstante lamenta que no hayan contado con Unión Flamenca en la mesa de trabajo.