Flamenco versión navarra: así fue el Flamenco On Fire
Diez mil asistentes, cuarenta y tres actividades y ciento doce artistas involucrados. Es la resaca de la octava edición del Festival Flamenco On Fire en Navarra.
Bajo el eslogan ¿Qué es flamenco? se presentaba la octava edición del prestigioso Festival Flamenco On Fire. Un evento cuyas posibles dudas a causa de la Covid-19 han quedado disipadas con unas cifras de vértigo. Entre el 25 y el 29 de agosto de 2021 han pasado por Tudela y Pamplona –sedes del festival– más de diez mil asistentes y ciento doce artistas en cuarenta y tres actividades con el arte jondo como absoluto protagonista.
¿Qué es el flamenco?, nos interpelaban en el cartel del evento. Y la respuesta es tan clara como evidente. Esto es flamenco, lo que ha ocurrido en este festival. Un lenguaje universal que ha conseguido que en esta octava edición se consiga una ocupación del noventa y dos por ciento de su aforo, con lleno en más de la mitad de los espectáculos programados y entradas agotadas en solo una horas para las invitaciones de las actuaciones gratuitas.
Si quedaba alguna duda, mejor que nos las vayamos quitando de la cabeza, porque Navarra es flamenca. Muy flamenca. El evento nació por empuje de unos apasionados del arte jondo con idea de brindar tributo al maestro Sabicas. Hoy es una cita ineludible en el calendario para todos aquellos que amamos el género.
Con el festival aún digiriéndose y las emociones a flor de piel se ha hecho balance de esta edición en una rueda de prensa en la que han participado los directores del Flamenco On Fire, Juan Casero y Arturo Fernández; la concejala de Cultura e Igualdad de Pamplona, María García-Barberena; el director gerente de NICDO, Ramón Urdiáin; y el coordinador de Gaz Kaló, Ricardo Hernández.
Según los datos proporcionados por la organización, se ha logrado vender la totalidad de las entradas en veintiséis de los cuarenta y tres espectáculos programados, repartidos por dieciocho escenarios diferentes. De los conciertos, veinte han sido de pago y veintitrés gratuitos. La ocupación media de los primeros ha sido del ochenta y ocho por ciento, mientras que en el caso de los conciertos gratuitos las entradas han volado en horas.
Juan Casero ha explicado que ha sido indispensable contar con el trabajo de ciento nueve personas para la puesta en marcha del festival. Además, ha destacado la repercusión mediática del mismo. Se han registrado un total de setecientas ocho noticias –un quince por ciento más que en la edición anterior– con un valor estimado de 14,7 millones de euros.
El festival contaba con un presupuesto cercano al medio millón de euros. El Ayuntamiento de Pamplona y el Gobierno de Navarra han aportado el cuarenta y dos por ciento del total. Además, el Flamenco On Fire también suma aportaciones de otras instituciones locales, de espónsores, inversores y finalmente la propia aportación de taquilla.
Centrándonos en la parte artística, Falete fue el encargado de inaugurar el ciclo Grandes Conciertos. Tras él llegaron Niña Pastori, Javier Ruibal, Manuel Liñán, Pansequito, Antonio Reyes, Israel Fernández y Buika. Además, hubo propuestas más disruptivas con Frank Maza, Niño de Elche, Big Lois y Juanito Makandé en la Ciudadela de Pamplona.
El flamenco callejero también ha formado parte del festival. Y es que las citas en los balcones y plazas son un sello del festival. Tudela se acogió por primera vez a estos espectáculos del ciclo Calles, balcones, kioskos y patios, con actuaciones de artistas como José Jiménez Tío Selín o Maui. En Pamplona los lugares elegidos fueron el balcón del Ayuntamiento, civivox Condestable y el Palacio de Ezpeleta con actuaciones de Inés Bacán, Dolores La Agujetas o Diego del Morao, entre otros.
Un absoluto y rotundo éxito que sitúa a Navarra, una vez más, como una de las capitales del flamenco en el periodo estival. El arte jondo está muy vivo pese a la tremenda crisis causada por la pandemia y eventos como este lo demuestran.