En Jugando suena la malagueña, la granaína, la guajira o el tango, pero comienza con una minera en forma de réquiem que rinde homenaje a la figura del trabajador y de las duras condiciones que vivió en la mina. Matías López El Mati, cantaor catalán de origen extremeño, tenía claro que el primer tema de su primer disco tenía que vincularse con La Unión y con la minería, como homenaje al propio festival en su 60º aniversario tras conseguir el máximo galardón en su anterior edición: la Lámpara Minera 2019. Y es por eso que en la gala de ganadores del próximo 29 de julio mostrará este cante como primer single de su próximo disco, y se proyectará y estrenará el videoclip por primera vez con motivo del festival, grabado en el entorno del municipio, en el exterior e interior de la Agrupa Vicenta.

“En el espectáculo Jugando abro con la minera, porque es mi forma de agradecimiento tanto al festival como al pueblo de La Unión. Siempre digo que si no llega a ser por el festival, seguramente la mayoría de las personas no me conocerían”, señala Mati con gratitud. En este ‘requiemminerum’, como ha decidido llamarle, rinde homenaje “a la propia minería y los seres más importantes que han formado la minería, que son los mineros. Es como una misa de muertos por todos los que han fallecido dentro y por la propia minería, que murió y que está muerta”, añade. La experiencia de grabación del videoclip no solo ha tenido un enfoque profesional, sino también a nivel de impacto personal. “Visitar por primera vez las minas fue maravilloso y fue mágico. Yo no conocía todo esto pero siempre había querido venir, porque llevaba muchos años yendo a La Unión al festival y había oído hablar de las minas y visto fotos, pero es una maravilla que te den una vuelta y te expliquen todo, y te puedas meter en la Agrupa Vicenta… Yo sentía esa presión de meterte dentro de la tierra. Para mí ha sido un regalo”, recuerda.

Tras este primer single estrenado en el contexto de la 60ª edición del Festival Internacional del Cante de las Minas, su disco Jugando espera ver la luz a finales del mes de octubre.

Un antes y un después

El Mati ya tenía una larga carrera como cantaor antes de llegar al festival, pero fue este el que le dio el impulso para encumbrar su talento. “Para mí supuso un antes y un después en muchas cosas, sobre todo a nivel mediático, porque significó que mucha gente que no conocía a El Mati lo conociera”, afirma el cantaor, a la vez que agradece el reconocimiento de los propios compañeros del flamenco, que se volcaron en felicitaciones. “Que tu propio gremio te valore siempre te llena de fuerza y de seguridad”, confiesa.

Ya conocía los palos antes de presentarse al concurso, pero afirma que lo que más le costó fue mentalizarse del propio formato de concurso. “Tenía que ir a disfrutar y ser yo mismo, no dejarme influir por el concurso, dejándolo salir, sabiendo dónde respirar. Porque está muy bien que te aprendas el cante y sepas dónde tienes que ir, o lo que puede durar el tercio, pero después tienes que ser tú”, señala con identidad, a la vez que añade que se dijo a sí mismo, como un mantra, “tú vienes a cantar, no a ganar”.

Recuerda que estaba relajado y feliz. “Cuando salí de cantar en la final estaba mi mujer con mi niño esperando y me preguntó que cómo me había sentido, y le dije que me hubiera pegado tres días cantando aquí todo el repertorio de toda mi vida”, afirma. Ahora, dos años después y con un disco a punto de salir, reconoce que ganar la Lámpara Minera ha sido “un impulso bastante importante”, porque ha recibido llamadas de festivales y lugares que nunca habían tocado su puerta. “He conocido El Bierzo o Teruel, que si no llega a ser por la Lámpara Minera no hubiera ido. Para mí ha sido muy gratificante y he notado mucho tirón después del premio, tanto mediáticamente como a nivel de festivales”, concluye.