El centenario de un genio. Así titula nuestro compañero Manuel Bohórquez el artículo de opinión que le dedica a Antonio en su columna de El Correo de Andalucía. Y es que en 2021 se cumplen cien años del nacimiento de toda una leyenda del baile en general y del flamenco en particular. El 4 de noviembre de 1921 vio la luz el genuino Antonio Ruiz Soler –del sevillano barrio de San Lorenzo– quien pasó a la posteridad como el bailarín o, simplemente, Antonio.

Antonio comenzó en el mundo artístico con solo seis añitos en la academia del maestro Realito. Allí se inició en el baile de palillos. Un niño prodigio, que al año siguiente ya empezó a bailar con la que sería su pareja estable de baile durante dos décadas, Rosario. Con siete años actuó en la Feria Internacional de Lieja (Bélgica) y con ocho bailó para los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia. De ahí al estrellato.

Está considerado como el bailarín más universal de España. ¿A cuántos les basta un nombre sin apellidos para dejar tal impronta? «Ese torso cuando levantaba los brazos era absolutamente impresionante y miraba y ahí te podías quedar perfectamente fulminado con el magnetismo que tenía», explica José Antonio, coreógrafo, bailarín y exdirector del Ballet Nacional, en el programa Los Reporteros, de Canal Sur Televisión.

«Fue un transgresor y adelantado a su época, y hoy en día seguimos bailando como él», continúa Úrsula López, directora del Ballet Flamenco de Andalucía. «Se prestaba al divismo, pero también se prestaba a ser una persona rigurosa e incluso de forma extrema», asegura en el mismo programa el periodista flamenco Manuel Curao.

Pese a todo esto hay quien piensa que no ha recibido los reconocimientos que debería. Como Rubén Olmo, director del Ballet Nacional de España, que asegura que «por desgracia, Antonio el Bailarín no ha tenido todos los homenajes que él se merece». «Antonio renovó la forma de bailar y engrandeció aún más la danza española, además de ser el bailarín, coreógrafo y director más completo de la historia. Dominaba todas las disciplinas y creó montajes de folclore, danza estilizada, escuela bolera y flamenco maravillosos. Era un genio y una de las figuras de la danza en España dotadas con un carisma especial. Antonio era único”, sigue Olmo.

«El estreno de ‘Centenario Antonio Ruiz Soler’ tiene lugar los días 15 y 16 de abril de 2021 en el Teatro de la Maestranza de Sevilla. Las coreografías de Antonio el Bailarín seleccionadas para el programa son Sonatas, Zapateado y Fantasía galaica»

Quizá por eso tenga tanta relevancia el programa especial que presenta el BNE con motivo del centenario del nacimiento de Antonio, que también dirigió el Ballet Nacional de España entre 1980 y 1983. El programa reúne montajes fieles al original de piezas clave de su trayectoria, así como creaciones inspiradas en su estilo.

El estreno de Centenario Antonio Ruiz Soler tiene lugar los días 15 y 16 de abril de 2021 en el Teatro de la Maestranza de Sevilla. Las coreografías de Antonio el Bailarín seleccionadas para el programa son Sonatas, Zapateado y Fantasía galaica. Las tres representan la cumbre de su talento dentro de tres estilos distintos: la escuela bolera, la estilización del flamenco y el folclore estilizado. De ellas, pese a que en todas las direcciones se han representado piezas coreográficas de Antonio Ruiz Soler, destaca Sonatas, que no había vuelto a los escenarios completa desde su estreno en el Teatro de la Zarzuela en 1982 y la posterior gira.

El programa presenta además, bajo el título de Estampas flamencas, los palos flamencos que Antonio representó con frecuencia con su compañía a través de nuevas coreografías creadas por Rubén Olmo y Miguel Ángel Corbacho. «Hemos querido seguir el estilo y la estética de Antonio y del flamenco de los años 50 y 60 y, actualizando los pasos, presentar un Martinete, Zorongo, Taranto y Caracoles que lleven al espectador a recordar su figura», cita la web oficial del BNE.

Rubén Olmo destaca especialmente el Martinete, coreografiado por Miguel Ángel Corbacho. Antonio fue el primero que bailó este palo flamenco, reservado hasta entonces al cante, y se lo reservó para interpretarlo siempre él en el escenario. La pieza que estrena el Ballet Nacional de España, interpretada por once bailarines, pone el acento en la sobriedad del baile masculino en el flamenco tradicional.

Foto web BNE: Antonio Correderas e Inmaculada Salomón. ‘Estampas flamencas (Zorongo)’. Foto: Pablo Guidali