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Cuarenta años del adiós a Antonio Mairena

El 5 de septiembre de 2023 se cumple el cuarenta aniversario del fallecimiento del legendario cantaor Antonio Mairena.


Hace justo cuarenta años –el 5 de septiembre de 1983– fallecía don Antonio Cruz García, conocido popularmente como Antonio Mairena. Sin lugar a dudas, uno de los más grandes del cante jondo y una absoluta leyenda del arte flamenco. Cuatro décadas después se le recuerda con innumerables homenajes y es uno de los cinco artistas que poseen la Llave de oro del cante junto a Tomás el Nitri, Manuel Vallejo, Camarón de la Isla y Fosforito.

 

Antonio Cruz García nació en 1909 en Mairena del Alcor, Sevilla, en el número 7 de la plaza de Alfonso XII, lugar que hoy lleva el nombre del cantaor. Su padre, Rafael Cruz Vargas, era herrero de profesión y Antonio, por necesidades económicas, tuvo que ayudarle desde muy jovencito. «Yo, que era el mayor de mis hermanos, solo pude ir a la escuela durante unos tres años, y en ese corto espacio de tiempo apenas asistía un día sí y dos o tres no, por mor del trabajo de la herrería», citaba el propio Mairena en Las confesiones de Antonio Mairena.

 

Fue en la herrería donde empezó a escuchar buen cante a través de los cantaores amigos de su padre, muy aficionado al flamenco e íntimo de amigo de cantaores como Joaquín el de la Paula o Manuel Torres. Su madre, Aurora García Heredia, «solamente bailaba por tangos en las fiestas familiares», explica el artista en la carpeta del disco La fragua de los Mairena (1970).

 

 

«El 5 de septiembre se celebran cuarenta años del fallecimiento de Antonio Mairena, pero son muchos los que lo mantienen vivo gracias a una discografía mayúscula y a un buen puñado de aficionados que nunca lo olvidan y lo honran escuchando su cante, que será siempre leyenda»

 

 

La primera vez que cantó en público fue en una fiesta organizada para celebrar la presencia del bailaor Faíco en Mairena, allá por el año 1918 o 1920. “Yo estuve en ella sentado en la falda de mi madre. De pronto, en medio de la fiesta y sin que nadie lo esperara, yo salí cantando un tango que había puesto de moda Pastora Imperio. Mientras yo cantaba, Faíco salió bailando fantásticamente. Luego, me cogió en brazos y se volvió loco conmigo. Todos se sorprendieron, porque, como he dicho, nadie, ni mi padre ni mi madre me habían oído cantar antes», contó el cantaor en una ocasión.

 

«Pero a pesar de que Antonio comenzó pronto a cantar en los escenarios, le costó hacerse figura. Lo cuestionaban en su propio pueblo, donde no gustaba su cante cuando comenzaba, lo que le hizo bastante daño sicológicamente. En una grabación doméstica realizada en Alcalá de Guadaíra, dice con dolor: «Tengo a gente en contra en mi propio pueblo. Incluso de mi misma familia», cita Manuel Bohórquez en su artículo publicado en El Correo de Andalucía.

 

Ganó su primer premio en agosto de 1924, en la Feria de Alcalá de Guadaíra, con Joaquín el de La Paula en el jurado, cantando por seguiriyas y por soleá. Pero, como cuenta Bohórquez, tardó en vivir solo del cante flamenco y lo hizo a partir de 1962, cuando le dieron la tercera Llave de Oro del Cante en Córdoba. «No era ni mucho menos la primera figura del cante de esa época, pero todo fue verse con el galardón y hacerse el amo… Mandó en el cante durante veinte años, a pesar de las grandes figuras que había: Pepe Marchena, Manolo Caracol, Juan Valderrama y Antonio Fosforito», argumenta Manuel Bohórquez.

 

El 5 de septiembre se celebran cuarenta años de su fallecimiento, pero son muchos los que lo mantienen vivo gracias a una discografía mayúscula y a un buen puñado de aficionados que nunca lo olvidan y lo honran escuchando su cante, que será siempre leyenda.

 


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