La Peña Tío José de Paula da paso a sus “pequeños artistas”
La entidad del barrio de Santiago ofrecerá un espectáculo el 26 de febrero dentro del ciclo De Peña en Peña del Festival de Jerez. Si en otras ocasiones el protagonismo ha recaído en los veteranos de la asociación, en este caso serán los niños los que recojan el testigo en defensa de la continuidad generacional.
Todo aquel que admire la perspectiva más tradicional de las bulerías y la fiesta jerezana ha debido pararse en la Peña Tío José de Paula para encontrarse de lleno con la alegría de esas gitanas que han sido matriarcas del braceo más sabroso de esta tierra durante décadas. Nombres como Dolores La Chicharrona, Rosario La Majuma, Antonia María Vega o Juana la del Pipa (Juana La Grande, madre de Antonio El Pipa) o María La Martine han dejado siempre boquiabiertos a tantos cuantos han querido buscar esa fragancia tan singular y que ya queda en el recuerdo por la ausencia de todas ellas. Quedan algunas como Tía Curra, La Yoya o Mercé La Churrita… que todavía pasan por allí cada vez que hay una reunión en tiempos de zambomba, feria o convivencias entre peñistas.
Dadas las circunstancias, la Peña Flamenca Tío José de Paula, con su presidente Joaquín El Zambo a la cabeza, ha decidido apostar por sus “pequeños artistas” para que esta respetable casa del arte siga respirando con fuerza en los próximos años y que no se acabe la linda historia de la reunión en la que la espontaneidad manda.
Expoflamenco ha asistido a un ensayo en el que Lucía Aliaño y Manuel Monje llevan la voz cantante; Marcos de Silvia es el guitarrista, y las palmas y baile están a cargo de Manuel de la Lari y Carmen de Jerez. Los cincos tienen el firme propósito de dejar en lo más alto el nombre de su peña, porque todos ellos se sienten en casa. Además, no quieren defraudar.
José Luis Aliaño, directivo, comenta que este recital está pensado para “dar visibilidad a los más jóvenes”. Está convencido de que van a estar a la altura, porque algunos de ellos ya han formado una “revolución” en redes sociales. Cumplen, así, uno de los grandes objetivos que cualquier peña pueda marcarse: apostar por los que llegan para que el flamenco no sea un arte de muertos.
«La Peña Flamenca Tío José de Paula ha decidido apostar por sus “pequeños artistas” para que esta respetable casa del arte siga respirando con fuerza en los próximos años»
Vida, precisamente, es lo que desprenden las sonrisas de estos niños, que afrontan el ensayo como si fuese la actuación más importante de sus cortas trayectorias. Les intentan relajar. “Que estamos aquí para mirarlo y lo que no salga bien se repite”, apunta el padre de Marcos de Silvia. Este jerezano de 15 años lleva desde los 9 tocando la guitarra, comenzando con “mi amigo Eusebio” para pasar posteriormente por las escuelas de “Balao, Santi Lara, Juan Manuel Moneo, Juan Diego Mateos, Bolita” y otros tantos. Dice que “tengo muchos nervios porque en esta peña se entiende de esto”.
Lucía Aliaño es una de las socias con menos edad y también tiene esos típicos nervios, “porque por aquí han pasado muchos grandes”, aunque reconoce que “todo lo que hago es para disfrutar”. Esta joven tan interesante ha formado parte del Festival Kriatura (para niños) que se organiza en Jerez cada otoño, al igual que Marcos de Silvia. Ahora va más allá, y además de cantar por bulerías o tangos, profundizará en la soleá, en la seguiriya o en las guajiras”. Tiene 11 años, y hace tres que se interesó por el cante porque, aunque en su familia no hay tradición artística, sí que han sabido empaparse de los buenos ratos de su peña y Lucía pidió aprender a cantar, pasando a tomar clases con Ezequiel Benítez, que “siempre me apoya y me enseña cada día algo nuevo”.
El más pequeño de todos es Manuel Monje, de apenas 9 años, y lleva unos meses subiéndose en los escenarios provocando la ovación de cuantos lo ven con ese desparpajo cantándose y bailándose. Cuenta, con esa cara de ángel, que “el otro día actué con la compañía Jóvenes Flamencos de María José Franco y al salir me echaban muchos piropos”, algo que “me gusta”. Tal como habla se desenvuelve en las tablas, con una gracia que no se puede aguantar. En su familia sí ha habido aficionados desde siempre, incluso artistas, y él ha respirado flamenco desde sus orígenes vitales. Ahora está aprendiendo algo más con Pedro de la Fragua. Sobre nervios, dice que “antes de salir al escenario, pero una vez que estoy dentro ya se me quita todo”.
Hay palmas y más baile como el de Manuel de la Lari, que tiene 13 años y que ha participado en grandes acontecimientos junto a su abuela La Yoya. Es, por tanto, bisnieto de Tía Juana la del Pipa. Y se suma a la terna Carmen de Jerez, hermana mayor de Lucía y que estará para acompañar con palmas y jaleo a estos valores que no tendrán más que dejarse llevar por sus desinhibidas inquietudes para emocionar.
La cita está prevista para el sábado 26 de febrero, en la calle Merced del barrio de Santiago, número 13.