José de la Tomasa: un clásico del cante jondo
Decimotercer capítulo de EL LOCO DEL FLAMENCO: serie audiovisual de Manuel Bohórquez. Una carta personal al veterano cantaor sevillano José de la Tomasa, que pronto lanzará el disco 'El corral del moro' y el libro 'El lenguaje del cante'.
Estimado maestro Tomasa:
Corría 1976 cuando supe de usted la primera vez. Yo tenía 18 años y usted 24, luego éramos casi de la misma generación de cantaores. No sé si lo sabía, pero quise ser cantaor y parecerme a usted y a José Antonio Muñoz El Chozas. Acababa de morir el dictador y España comenzaba a cambiar y a respirar. Me sabía de memoria todo su repertorio, que aún recuerdo, aunque ya no canto porque me di cuenta de que no valía para las tablas. Usted tenía un sello, una mezcla de los Torres y Pies de Plomo, un cantaor sevillano poco valorado.
Antonio Mairena llegó a decirme que usted ocuparía su puesto algún día, seguramente dado su amor por Manuel y Pepe Torres. No ha sucedido eso, por desgracia, pero ocupa un puesto importante para una minoría de aficionados cabales. Le ha faltado ambición, si me lo permite, para mandar en el cante, que anda sin mandón, sin un Mairena o una Niña de los Peines que tiren del carro. Usted es un ser humano libre, sin ataduras a nada ni a nadie, y eso es bueno. Somos muy parecidos.
«Para quedar en la historia del cante no le van a hacer falta cincuenta discos, porque ya lo está. Es ya un clásico histórico del cante jondo, aunque me parece que no le importa mucho. Los hombres libres lo son con todas las consecuencias»
Pero los grandes maestros, y usted lo es, necesitan esa responsabilidad de la que ha huido siempre. Le han podido siempre sus otras grandes pasiones, como son la pesca, el mar y el Real Betis. Para quedar en la historia del cante no le van a hacer falta cincuenta discos, porque ya lo está, es ya un clásico histórico del cante jondo, aunque me parece que no le importa mucho. Los hombres libres lo son con todas las consecuencias.
Ha sido un honor echar este ratito en La Barqueta, donde sus abuelos y su padre, y sus tíos, se buscaban la vida con los peces. Tomás Pavón y su abuelo Pepe Torres se venían a este lugar a rumiar sus penas con cañas de bambú hechas por ellos mismos. Se agradece este rato y el cariño, estimado maestro Tomasa, porque está el cante muy malaje desde hace años.
→ Ver aquí las otras entregas de la serie El Loco del Flamenco, de Manuel Bohórquez.