En la serie De guitarreras maneras queremos dar cabida a todo lo que tenga relación con la guitarra flamenca y su mundo. Gracias a la gentileza del guitarrero onubense Tato Rodríguez, titulado carpintero de ribera y ebanista, abordaremos el proceso de construcción de una guitarra española en su versión flamenca. A través de esta serie realizaremos una muestra detallada de los diferentes procesos de construcción de las distintas partes de la guitarra, de forma que tengamos una idea sobre cómo la madera se transforma en sonido para hacer las delicias de todo guitarrista. Es mi deseo que esta serie de artículos resulten amenos y ruego que me disculpéis por los errores. Que entendáis el proceso de construcción de una guitarra desde una vivencia propia. Eso sí, no pretendo hartaros de palabras técnicas que os aburran. Eso lo encontraréis de manera sencilla en Internet. Pero intentaré informar de primera mano sobre cómo se construye una guitarra flamenca.

 

En esta primera entrega hablaremos de la materia prima. De las diferentes maderas que confluyen armónicamente para que el sonido fluya desde el alma de una guitarra. Para ello hemos visitado y conversado con diferentes luthieres, guitarreros o constructores de guitarras. No tengo más remedio que agradecer el apoyo recibido, el buen trato y la disposición de todos ellos para abrirme las puertas de sus talleres y de sus casas. En el macareno barrio de Sevilla tiene el taller Francisco Alberto Pantoja, hijo del célebre Alberto Pantoja y Esperancita, la que siempre te recibe en su taller. Asentado en Cádiz encontramos al sanluqueño David Jiménez Rodríguez, aunque joven pero con un prometedor futuro. En Jerez también conversamos con Jorge de Zofia, que nos abre las puerta de su casa y nos muestra sus joyas en forma de guitarra. Y en la localidad onubense de Paterna del Campo visitamos a Jose Antonio Gómez, uno de los cinco finalistas del Concurso Internacional de Guitarras Antonio Marín, dentro del Festival de Guitarra de Granada. Además de Tato Rodríguez, por supuesto.

 

En este inicio guitarrero debemos tener en cuenta que uno de los aspectos importantes de todo buen constructor es la madera. Resulta de vital importancia que todo luthier vaya recopilando material para la construcción de sus guitarras. En la elección de esta materia podemos apreciar que hay mucha variedad donde elegir. Comenzamos revisando  diversas características de la madera. Aspectos importantes que deben tenerse en cuenta, sobre todo para que a la hora de construir no nos llevemos una sorpresa y perdamos el trabajo realizado, ya que el resultado final depende mucho de los materiales de construcción junto a los utensilios y otros componentes utilizados. Así, la calidad de los materiales determinará el timbre, volumen, resistencia, duración y calidad del sonido.

 

Los guitarreros no solo se fijan en los tipos de maderas. También analizan los árboles y dónde fueron plantados, la estructura de sus vetas o sus propiedades físicas y químicas. Para la elección una madera debemos fijarnos en el tipo de planta al que se refiere, país de procedencia o su tejido parenquimático. Ahí es donde vemos la calidad del veteado y propiedades de la madera. Además de estas características se realizan pruebas físicas y mecánicas, por las que apreciamos en la madera su curvatura o resistencia a la flexión, la resistencia a la comprensión o a la tracción, así como la elasticidad. Otros aspectos a tener en cuenta son la sequedad de la madera o los posibles defectos estructurales como nudos o grietas. Esta clasificación nos orienta en la elección de las maderas en función de su secado y calidad, por lo que podemos apreciar un catálogo guitarrístico desde una calidad principiante hasta una calidad profesional superior.

 

Observando las diferentes partes de las que consta una guitarra, se analiza cuál es la mejor madera para ello. En vista de sus características obtendremos un sonido, timbre y tono, además de la proyección especial del sonido del instrumento. Cada parte de la guitarra utiliza una madera diferente. Por eso en las tapas se coloca cedro o pino. En los diapasones de ébano o en aros y fondos, ciprés o palo santo. Esto se debe a que cada madera tiene una cualidad sonora especial que definirá el sonido. Así unas partes llevan maderas pesadas y rígidas, y en otras maderas más ligeras. Por la razón de cada parte de la guitarra cumple una función específica.

 

 

«Las maderas utilizadas suelen tener un mínimo de años de secado, por lo que si unimos una buena materia prima a una perfecta construcción del instrumento se garantiza un instrumento de calidad exquisita»

 

 

Empezamos por el alma de la guitarra y una parte fundamental. Las tapas armónicas se construyen, principalmente, en madera de pino abeto europeo o cedro de Honduras, Brasil o Canadá. La tapa es la responsable de propagar las vibraciones producidas por las cuerdas, es decir, que emita el sonido. Y sucede porque la tapa vibra a la frecuencia de las cuerdas, el sonido rebota en el fondo y se amplifica hacia afuera.

 

 

 

 

Los fondos y aros son los encargados de que las vibraciones emitidas desde la tapa reboten hacia afuera. El sonido se proyecta hacia adelante para que no se pierda hacia la parte trasera o los laterales. Estas dos partes de la guitarra se realizan con las mismas maderas. Tradicionalmente se ha trabajado para las guitarras flamencas con ciprés y para las guitarras clásicas con palo santo de India principalmente. Además, se han realizado investigaciones con otras maderas. A día de hoy se realizan trabajos con bubinga, cocobolo, ébano tropical, sicomoro, cedro del Líbano, sapelli, arce, caoba o nogal. También se construyen con las burseras o dalbergias, es decir, la familia de los palo santo. En ella están presentes el palo santo de Río, Brasil, India, Madagascar, y también el palo rosa, el pau ferro o el ciricote. 

 

Las maderas que se utilizan tanto en el mástil como en el diapasón no influyen demasiado en el sonido final de la guitarra. Prioritariamente este trabajo busca comodidad en la ejecución, para facilitarle al guitarrista el toque. En el mástil, principalmente se trabaja con cedro, en especial de Honduras. Pero también se puede utilizar caoba o arce. Por otro lado en el diapasón se utiliza ébano como principal opción. Aunque al igual que en el mástil también puede utilizarse palo santo, caoba, nogal. Además de esto se suele utilizar como primera opción el palo santo de India en el puente que se coloca en la tapa, para anudar las cuerdas. Y también en el adorno de la pala, cabeza o zona de las clavijas. Aparte, los huesos o selletas sobre los que reposan las cuerdas, en el puente y en la unión clavijero mástil,  suelen ser de animal, principalmente de ternera.

 

 

«Cada parte de la guitarra utiliza una madera diferente. Por eso en las tapas se coloca cedro o pino. En los diapasones de ébano o en aros y fondos, ciprés o palo santo. Esto se debe a que cada madera tiene una cualidad sonora especial que definirá el sonido. Así unas partes llevan maderas pesadas y rígidas, y en otras maderas más ligeras»

 

 

Hay dos aspectos que son los que hacen que se reconozca el trabajo de los guitarreros. Por un lado la cabeza, que suele ser una seña de identidad. Por otro lado, la roseta o adorno de la boca de la guitarra, ya que algunos constructores los elaboran de forma artesanal.

 

Y normalmente toda la madera se almacena en un lugar seco, buscando un ambiente estable de temperatura entre 20 a 25 grados, con el fin de preservar la madera de humedad y cambios climatológicos. Las maderas utilizadas suelen tener un mínimo de años de secado, por lo que si unimos una buena materia prima a una perfecta construcción del instrumento se garantiza un instrumento de calidad exquisita.

 

En sucesivos artículos desgranaremos paso a paso el proceso de construcción de una guitarra flamenca en primera persona. Desde el taller del guitarrero Tato Rodríguez, y bajo su tutela, realizaremos todo el trabajo que iremos detallando. Para ello hemos escogido una guitarra con tapa de pino abeto de los Alpes con aros y fondo de ciprés.

 

* Continuará…

 

Imagen superior: Maderas recopiladas en taller. Foto: David Jiménez Rodríguez