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Tomás de Perrate: tres golpes entre campos de algodón

Crónica del recital de Tomás de Perrate y Alfredo Lagos en el Ciclo Andalucía Flamenca del Auditorio Nacional de Música, Madrid.


Serenos y convincentes. Así entran Tomás de Perrate y Alfredo Lagos al escenario del Auditorio Nacional de Música, Madrid. Solo con la presencia del cantaor y la energía guasona que desprende sabemos que va a ser una velada flamenca diferente a las demás. En un primer momento, Tomás ejerce la dinámica habitual. Se queda de pie, apoyado en el respaldo de su silla y comienza a cantar por toná. Los primeros ecos de su voz inundan el espacio. Tiene un metal grave con un brillo particular y muy flamenco. Una resonancia con tal densidad que puede caer de forma inmediata al pozo de lo jondo. A continuación y en el mismo ambiente que acaba de crear, un pregón con gracejo y donaire que hace que el público despierte y transmita su disfrute a los artistas a través de cierta hilaridad. El Romance de Melisenda es el que ahora se abre paso haciendo alusión a la cultura sefardí. Ese legado del que algunos estudiosos expresan que trasciende en el flamenco. Al principio, la voz del cantaor es la protagonista de forma indiscutible. En este momento, los acordes de la guitarra salpican de manera tímida las cadencias de Tomás. Poco a poco llegan los tapaos en el momento justo y la melodía tradicional de la soleá que acompaña este romance con una calidez y una calidad irrefutables. El trémolo y la amalgama dan paso a unos ecos más potentes para frenar en seco y dejar al público atónito hasta volver a la calma inicial para finalizar.

 

No se puede vaticinar si todas las personas que se encuentran en el Auditorio son grandes aficionadas del flamenco, pero tener tan cerca a Tomás Fernández Soto no es cualquier cosa. Tomás es hijo de Perrate de Utrera y sobrino de María La Perrata. Por parte de madre, nieto de Manuel Torre, de quien va a rescatar una seguiriya para compartirla con los presentes. Perrate conoce bien la saga a la que pertenece y se considera aprendiz de seguiriyero, pero su primer ayeo es esperanzador. Comienza a cantar con un compás un poco más ligero del que se está acostumbrado a escuchar en los recitales. Suelen ser seguiriyas con mucho peso, que también gustan. Pero algunas variaciones sin salirse de lo estrictamente flamenco, por leves que sean, el público las agradece.

 

 

Tres golpes y un recital en el que tienen cabida los antecedentes del flamenco. Y aunque es muy difícil encontrar un documento que sepa cristalizar con certeza el origen, Tomás ha transmitido unas nociones históricas fundamentales para comprender mucho mejor este arte. Siéntanse afortunados»

 

 

Faustino Núñez y José Manuel Gamboa han convencido al cantaor de que América cumple un papel muy importante en el flamenco. Y esta es la alusión que utiliza para introducir la milonga que va a interpretar a continuación. Algunos artistas cambian de alguna forma su registro cuando se adentran en los palos de influencia americana. Pero en este caso, la personalidad que el artífice desprende en todo momento sigue intacta. Y quizá sea así porque su voz está dotada de una reverberación con tintes negros indiscutibles que permiten a los circunstantes pasear entre campos de algodón en cada cante. Por otro lado, la melodía con la que Alfredo Lagos adorna la milonga es insinuante, envolvente e incluso hechizante. Falsetas personificadas, con mucha elegancia, en las antiguas puellae gaditanae. Siguiendo la senda de los campos de algodón, llegamos al Río Negro para escuchar unos tangos argentinos con permiso de la concurrencia. Lagos ofrece entonces un punteo que sirve de introducción a los versos que Tomás de Perrate se dispone a recitar. Lo mejor de esta parte de la actuación es que no da mucho tiempo a echar de menos algún atisbo de lo jondo, pues todo lo que envuelve el lugar reserva y esconde algún resquicio con duende que se manifiesta en el momento más inesperado. El público parece conmocionarse, puesto que también sale a la luz su gran don para recitar, para interpretar y para conectar con ellos.

 

Y llega el momento en el que Alfredo Lagos se convierte en el evidente protagonista. Con una simbiosis entre la rondeña y la caña hace alarde de su habilidad magistral para tratar a las seis inquilinas de este instrumento tan difícil de conquistar. Entonces vuelve a entrar al escenario el cantaor de la noche para presentar a sus compañeros Miguel Téllez y Noé Barroso, quienes le van a acompañar a las palmas en el siguiente cante. Arde la casa de Cupido son unas seguidillas mitológicas de Alosno. Algo diferente con lo que el utrerano nos deleita una vez más. Hasta ahora se puede adivinar que el cantaor tiene un punto transgresor y diferente a lo que se ve de forma habitual. Tiene un pie en lo innovador y otro en lo estrictamente flamenco. Uno de los últimos cantes es una chacona. Una composición instrumental y a su vez una danza popular del siglo XVI con indicios lascivos que se solía prohibir. Fernández Soto habla de la convivencia con el folklore en ese tiempo. De la población africana que llegaba a Sevilla y Cádiz y traía consigo su influjo. De las influencias de los negros y los gitanos. Y, por supuesto, vuelve a ser otra gran interpretación.

 

La forma de acabar no es difícil de adivinar. Son las bulerías las que van a cerrar el espectáculo acompañadas de un par de pataítas de Noé y Miguel. Bulerías al golpe, tres golpes na más. Tres golpes y un recital en el que tienen cabida los antecedentes del flamenco. Y aunque es muy difícil encontrar un documento que sepa cristalizar con certeza el origen, Tomás ha transmitido, además de su arte, unas nociones históricas fundamentales para comprender mucho mejor esto de lo jondo. Siéntanse afortunados.

 

Fotos: Elvira Megías – Auditorio nacional

 

 

Ficha artística

Tres golpes redux, de Tomás de Perrate
Ciclo Andalucía Flamenca 2022/23
Sala de Cámara. Auditorio Nacional de Música, Madrid
27 de enero de 2023
Cante: Tomás Fernández Soto, ‘Tomás de Perrate’
Toque: Alfredo Lagos
Palmas: Miguel Téllez y Noé Barroso

 

 

Tomás de Perrate y Alfredo Lagos. ‘Tres golpes redux’. Ciclo Andalucía Flamenca. Auditorio Nacional de Música, Madrid. 27 enero 2023. Foto: Elvira Megías – Auditorio Nacional

 


Bailaora madrileña. Graduada en Comunicación Audiovisual por la Univ. Rey Juan Carlos. En Amor de Dios, Casa Patas y Cristina Heeren desarrolló su gusto por la danza y el flamenco. «No somos atletas. Estamos empezando a cometer el triste error de ofrecer al público una confección enlazada de complejos zapateados a una velocidad desorbitada sin la modulación propia de la música que estamos adornando y que nos adorna».

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