El abuelo y los fines de ciclos
El problema es cuando comparamos la época actual con toda la historia del flamenco, porque sale perdiendo la actual. Y tendemos a hacerlo. Decimos: “Ya no hay figuras del cante como Silverio, Chacón, Marchena, Fosforito, Morente, Camarón…”
-Abuelo, ¿estamos en un fin de ciclo? Te lo pregunto porque se comenta esto desde hace años: que el flamenco está en un fin de ciclo y que es difícil que vuelva a haber las figuras que ha habido en estas cuatro o cinco últimas décadas.
-A ver, Manolillo. Yo he conocido épocas del flamenco que creía que no iban a ser superadas, y luego lo fueron. El problema es cuando comparamos la época actual con toda la historia del flamenco, porque sale perdiendo la actual. Y tendemos a hacerlo. Decimos: “Ya no hay figuras del cante como Silverio, Chacón, Marchena, Fosforito, Morente, Camarón…”. Y metemos a figuras que han protagonizado siglo y medio de la historia del cante.
-¿Pero estamos en un fin de ciclo, abuelo, que es a lo que íbamos?
-Siempre estamos en un fin de ciclo. Yo recuerdo cuando empezaron a envejecer Caracol, Marchena, Mairena, Valderrama, Canalejas, la Niña de la Puebla, el Niño Ricardo, Sabicas, Matilde Coral, Farruco… Y se decía: “Cuando se vayan estos, se acabó lo que se daba”. Y luego llegaron Fosforito, Lebrijano, María Vargas, Morente, Camarón, Paco de Lucía, Manolo Sanlúcar, Manuela Carrasco, Mario Maya…
-Sí, abuelo, pero estos se han ido, algunos, y se irán yendo los que quedan y no se ve un buen recambio.
-Sí hay recambio, pero a lo mejor no coincide con tus gustos. José Mercé, El Pele, Mayte Martín, Cañizares, Vicente Amigo, Riqueni, La Yerbabuena o Farruquito son grandes artistas. Es verdad que en aquellos años había cuarenta figuras y ahora hay doce.
-Se le ha olvidado Rosalía…
-Menos guasa, niño, que yo esto me lo tomo muy en serio. Esa chiquilla pertenece a la próxima generación, la de los que cantan sin cantar.
-¿Qué es eso de cantar sin cantar, abuelo?
-Dar el pego, quedarse con la gente.
-Ah, vale, entendido.
-Fíjate en la evolución del cante desde que existe la discografía. En cómo era el cante a finales del XIX, cómo era en las primeras décadas del siguiente siglo, luego en los cincuenta y sesenta, y cómo es ahora. Se ha ido simplificando, a través de una evolución de la técnica que va a lo fácil. En mi opinión, el cante se ha empobrecido. El cante jondo, quiero decir, porque hay otras maneras de cantar lo andaluz. Cuando decimos que hoy se canta, se toca la guitarra y se baila mejor que nunca, no es cierto. Se ha podido mejorar la técnica, entre otras razones por los medios que tenemos, pero no el cante. Fíjate cómo cantaban Chacón, Manuel Torres, la Niña de los Peines y Vallejo, poco menos que metiendo la cabeza en una trompeta. O en cómo bailaban Trini España y Farruco.
-¿No será, abuelo, en que te has quedado anticuado, que solo te gusta lo de tu tiempo?
-Mi tiempo también es este, porque sigo vivo y escuchando cante. Es verdad que puedo tender a idealizar mi época dorada, pero viví aquellos años y también estoy viviendo estos, y no hay color.
-Abuelo, ¿se está vendiendo un flamenco malo y arrinconando al verdadero flamenco?
-Yo no diría tanto, pero algo hay de esto que dices. ¿Por qué crees tú que algunos diarios nacionales mueven tanto el fenómeno Rosalía? Al margen de los intereses económicos, porque en ocasiones son reportajes que pasan por caja de una manera abierta o encubierta, es que piensan que miles de jóvenes están interesados en ella y en realidad no es verdad. Lo están porque les han dicho que es la nueva revolución del cante jondo, cuando no es verdad. Cómo va a revolucionar un arte como el flamenco una mujer que no tiene voz y que no sabe cantar. Y como la masa no sabe de nada, pues cuela. Y ahí la tienes, llenando recintos y vendiendo discos.
-Te veo quemado, abuelo.
-Más que los palos de un churrero.
-Sin embargo, artistas como ella y otras u otros no solo están siendo apoyadas por los diarios y revistas nacionales, sino por críticos y escritores de prestigio. A ver si vas a ser tú el equivocado, abuelo.
-A lo mejor. Pero te digo ya, sin despeinarme, que se me cae la cara de vergüenza cuando leo críticas favorables a Rosalía, porque es flojita, flojita. A lo mejor es que no veo lo que otros ven y escuchan; pudiera ser.
-¿Qué tenemos hoy para almorzar?
-Arroz con gambas.
-Y dale con el arroz.