Cayetano Fernández González – Nano de Jerez (Jerez, 1948) presentó su nuevo trabajo discográfico, que lleva por título La raíz de mi cante, en el Teatro Flamenco Triana, Fundación Cristina Heeren. En el acto cantó bulerías por soleá. fandangos y bulerías, e incluso se pegó una pataíta con todo el arte, como pueden ver en el vídeo adjunto.

 

El veterano cantaor, que pertenece a una histórica saga de cantaores –es hijo de Juan Fernández, Tío Juane de la Fragua, y de María González–, incluye en el álbum La raíz de mi cante ocho estilos: soleá por bulerías, cuplé por bulerías, seguiriyas, tangos, fandangos, alegrías, tientos tangos y bulerías. Ha contado con las guitarras de Manolo Franco y Sergio Gallardo, el bajo de Manolo Nieto, el violín de Gregorio Lobera y hasta la mandola de Keko. entre otras colaboraciones. El disco es una producción musical de Domi Serralbo para LA.DO Records, con la producción ejecutiva de Lady Amontillado. La pintura de portada es obra de Antonino Parrilla.

 

En el acto de presentación en Sevilla, el periodista jerezano Juan Garrido, que ofició de maestro de ceremonias, afirmó que el Nano ha sabido madurar con el tiempo gracias a todo lo que ha escuchado. «En este disco vuelca todas esas inquietudes que ha bebido desde niño. Él olía a fuego, a yunque, a martillo y a fragua», comentó Garrido.

 

 

«No se ve obligado, limitado. Tiene libertad. Y ese es el cante del Nano de Jerez en este disco, que vuelve a recordarnos que la raíz nunca se marchita. Y el Nano es un cantaor de raíz, comprometido con su escuela, con su casa, con su gente y con su sangre»

 

 

«En esa fragua del Tío Juane, en la Estancia de Barrera, al finalizar el barrio de San Miguel, muchos encontraron refugio de cante junto a los grandes artistas de la época buscando la gitanería de aquel patriarca de Jerez», continuó Juan Garrido. «Hablando con él sobre cómo se fragua este disco, dice que disfrutándolo. Porque lo hace en un momento de su vida en el que valora el encuentro y reencuentro consigo mismo, con sus recuerdos y sus raíces».

 

«Nano de Jerez se ha reencontrado con una copa de vino, con la improvisación. Ahora grabamos, hoy no me encuentro. Y ahí es donde se ve la esencia: no se ve obligado, limitado. Tiene libertad. Y ese es el cante del Nano de Jerez en este disco, que vuelve a recordarnos que la raíz nunca se marchita, la raíz queda. Y el Nano es un cantaor de raíz, comprometido con su escuela, con su casa, con su gente y con su sangre», concluyó Garrido.