La última propuesta que presentó en la Bienal de Flamenco de Sevilla le valió para hacerse con el Giraldillo al Momento Mágico por el inicio de su soleá. Fue en 2020, el año de la pandemia, en un contexto marcado por las dificultades anímicas y técnicas, ante la incertidumbre de hasta dónde llegaría el proyecto More (no) More. María Moreno (Cádiz, 1986) convenció sin lugar a dudas y dio el paso profesional que requería el momento. Ahora, dos años después, vuelve al festival que tanto calor le ha dado desde sus comienzos para presentar o../o../.o/o./o. (soleá), “el mayor reto de mi carrera profesional”. Será el domingo 25, en el Teatro Central, a las diez de la noche.

 

 

– Un título sugerente. ¿Cómo nace este proyecto?

– Llevo tiempo con esta idea en mi mente, sobre todo cuando después del Giraldillo de la última edición me paré a pensar cuántos universos nos ofrece la soleá cada vez que la bailo. En una entrevista que me hicieron me di cuenta de que tenía que pararme y experimentar sobre ella. Empecé a darle forma a partir de tres sesiones de working progress, experiencias que te permiten rodearte de artistas con los que quieres probar qué conexión tienes encima del escenario, delante de un público pero sin la necesidad de continuar como plan de fututo. Un pacto. Los compañeros saben que puede que la colaboración sea puntual, pero te sirve para eso, para ver qué camino es el más acertado hasta llegar al espectáculo final.

 

– Imaginamos que este montaje no ha debido ser fácil de preparar.

– Es el mayor reto de mi vida profesional. Llevo más de un año y medio dándole forma y, aunque me entusiasma el proceso creativo, tengo que reconocer que crear algo así ha tenido su dificultad. En ese proceso entendí que debía derivar la dirección musical en alguien, en este caso en Pablo Martín Caminero. Claro, en soleá no queremos alargar un baile hasta la eternidad, sino viajar por este estilo que ofrece micromundos en sus letras, ritmos, variantes, emociones a explorar…

 

 

«Siempre muestro agradecimiento a la Bienal de Sevilla porque es la tercera vez que me permite presentar un proyecto propio. Además, este año formo parte del cartel oficial. En la pasada edición, tuve el honor de inaugurar la edición junto a Canales y Riqueni, sin olvidar mis dos Giraldillos»

 

 

– Y aún sin haberlo presentado, ¿consigue cumplir los objetivos?

– Puedo decir firmemente que estoy muy feliz por todo el trabajo realizado, ya es un gran paso en mi carrera lo que he creado. Lo digo así porque he sentido una maduración importante con este espectáculo, sin pensar realmente en la crítica o en el público, sino en qué quiero hacer y de qué manera. Espero que sí, que guste y que al menos en algún momento se emocionen al verlo todos los que van al estreno, pero ya creo que tengo el premio de haber llegado hasta aquí con mis compañeros. Me da mucha seguridad defender esta idea en el escenario del Teatro Central, porque está trabajado y todo tiene sentido. Dura no más de una hora, porque todo lo que le sume sería innecesario.

 

– Tantos meses, tanto trabajo, para una hora de espectáculo.

– Así es. Poco a poco se está apreciando públicamente el proceso que una bailaora, un artista, debe cumplir hasta llegar al escenario, aunque todavía no se es del todo consciente la de tiempo que te quitas de tu familia, la energía que vuelcas en algo así, y, por supuesto, el aspecto económico, que tampoco es poca cosa.

 

 

 

 

– En esta etapa está usted rodeada en parte de un equipo distinto al de More(no)more. ¿Es necesario cambiar?

– En el arte ocurre como con la comida, no se puede comer todos los días lo mismo aunque te guste mucho. A excepción del jamón, eso sí (risas). Siempre digo que el jamón es para lo gastronómico como la soleá es para el flamenco.

 

–La Bienal y usted guardan una relación de “amor” indiscutible, ¿no cree?

– Siempre muestro agradecimiento a la Bienal de Sevilla porque es la tercera vez que me permite presentar un proyecto propio. Además, este año formo parte del cartel oficial. En la pasada edición, además de mi espectáculo, también tuve el honor de inaugurar la edición junto a Canales y Riqueni, sin olvidar mis dos Giraldillos.

 

– ¿Vive intensamente la programación? ¿Está al tanto de lo que hacen otros compañeros? ¿Lee críticas?

– Intento estar en mi mundo, concentrada. Solo he ido al de Eva Yerbabuena, que me emocionó muchísimo a los minutos de empezar. Disfruté muchísimo. Luego, solo veo lo que van poniendo en redes sociales, porque además me sale solo, no voy buscando nada. En cuanto a críticas, sigo un poco las polémicas que existen entre críticos y los usuarios, la guerrilla de polémicas, pero como le digo estoy en mi burbuja.

 

 

«Me da mucha seguridad defender esta idea en el escenario del Teatro Central, porque está trabajado y todo tiene sentido. Dura no más de una hora, porque todo lo que le sume sería innecesario»

 

 

– Tal como se baje del Central, avión para EE.UU. ¿Difícil de digerir?

– Es una de las citas más importantes de este año, pero con esto del estreno de la Bienal ha quedado ahí algo olvidada. Estaré el 27 y 28 en el City Center de Nueva York defendiendo el flamenco en una gala donde tendrán presencia danzas del mundo entero.

 

– Por cierto, hay que ver cómo está el mundo.

– Pues sí, es una pena. Mi baile está impregnado de mis estados emocionales que, sin duda, se ven afectados por las distintas situaciones de guerra, crisis, virus… En More(no)More me expresé como me sentía en los momentos Covid, o sea, veo ahora el vídeo y me noto huyendo de lo negativo, así corro por el escenario, no paro de bailar intentando que no haya silencios… Cuando pasen unos meses y vea este estreno, entenderé cómo me siento ahora según mi mensaje y mi baile.

 

– Es usted mucho de soleá, ¿y de soledad?

– Me encanta la soledad, me viene bien el silencio para crear y por esto necesito estar sola aunque vaya en perjuicio, en ocasiones, de mi vida familiar y personal.

 

– Una bailaora en plena efervescencia como usted, ¿cómo compagina su vida personal con la profesional? Aquello de la conciliación…

– Hago lo que puedo, no es nada fácil. Me gustaría pasar más tiempo con mi familia, formar la mía propia, pero siempre tienes en la mente todo lo que tienes por delante y la propia inercia te lo impide. Hay años que pasan y no vuelven más.

 

Fotos: Daniel Tello Utrera