Sanlúcar, la salud de la Cultura
Para mantener fuerte la mente cultural del flamenco, es obligatorio recuperar la salud de Manolo Sanlúcar.
La situación de Manolo Sanlúcar, con pronóstico reservado debido a un desvanecimiento e ingresado desde la tarde de ayer martes, día 31 de agosto, en un centro hospitalario de Jerez de La Frontera, es para quien firma el dolor que nos confiere algo tan humano como el suceso de un amigo al que se le quiere como a un hermano al que días atrás ya venía sufriendo el ingreso de su mujer, Ana, por un ictus.
El accidente ocurre a pocas horas de principiar el III Festival Internacional de la Guitarra Flamenca de Jerez, que hoy día 1 levantaría el telón hasta clausurar el certamen el miércoles, día 3, con una gala a la que nadie iba a dejar indiferente, pues rendiría honores a quien lleva toda su vida siendo un compromiso con la salud de la Cultura, a quien a lo largo de toda su carrera lleva defendiendo contra viento y marea que no hay mejor bálsamo para un país herido por una pandemia que la Cultura.
«El homenaje del Festival Internacional de la Guitarra Flamenca de Jerez no se centraba en un personaje mediático que llena de excrementos el panorama musical del país, sino al andaluz que lleva la friolera de 65 años salvando con su música la legitimidad del flamenco»
Sí, la Cultura con mayúsculas, porque el homenaje en Jerez no se centraba en un personaje mediático que llena de excrementos el panorama musical del país, sino al andaluz que lleva la friolera de 65 años salvando con su música la legitimidad del flamenco, el gran maestro Manolo Sanlúcar, sin duda el compositor intelectual que ha creado la escuela más ambiciosa de la historia.
Este estudioso hasta la exasperación, este monje de clausura que propugna la libertad cuando es el más grande centinela de la tradición flamenca, se atrincheró en ideologías tradicionales para revitalizar la guitarra desde dentro, teniendo la habilidad de no encerrarse en veredas trilladas y olfateando el vacío en que aquellas tendencias se movían, corolario que evidencian sus mecanismos, que, más que de su mano, parten de su infatigable trabajo, su talento y su corazón.
Algo que no se ha subrayado suficientemente es que con la rumba Caballo negro (1974) ganó la batalla a la comercialización. Y la utilizó para dar a conocer al público la otra realidad de esta música culta a la que llamamos flamenco. Se centró desde entonces en lo escolástico, en la investigación y en ganarse para el flamenco el respeto de los clásicos. Y así hasta 1982, en que saca a la luz Al viento, que contiene un tema, Laberinto, donde despliega un acorde obsesionante que luego advertiremos en Nacencia, la composición de apertura de Tauromagia, y en Génesis, la introducción de Aljibe.
Dos años más tarde marca, con la obra sinfónica Medea para el BNE, un antes y un después en la historia de la danza española. Y estrena en 1986 su obra Trebujena. Pero esa lluvia de notas universales que anhelábamos, llegó a modo de borrasca con la aparición de Tauromagia (1988), el trabajo más esperanzado y completo de guitarra flamenca hasta aquel entonces.
«Manolo Sanlúcar está en compañía de quienes le queremos como amigo y le admiramos como compositor e instrumentista. Unos y otros hacemos votos al altito cielo para la pronta curación de este ilustre músico»
Su música avanza, no obstante, por el mar de la armonía dejando huellas para la eternidad, como cuando en 1992 presentamos en Sevilla el compacto Aljibe. Sinfonía andaluza, la sexta y más anhelante producción del maestro en el terreno de la música sinfónica y de concierto, porque más que una sinfonía descriptiva, es un gran poema sinfónico de un retrato simbólico de Andalucía con el que el maestro, cual Haydn (Haiden) del flamenco, alcanzó un hito histórico: por fin los flamencos se habían ganado el respeto de los clásicos.
No es fácil como puede comprobarse, y menos en flamenco, saltar por arriba de la propia sombra, logro que evidenció de nuevo Manolo Sanlúcar con el estreno en 1998 de Locura de brisa y trino, una obra que rinde homenaje a Lorca y que revoluciona el flamenco desde la tradición, elaborando un nuevo sistema musical modal a partir del modo frigio e iniciando, por tanto, una nueva etapa en la producción flamenca.
Diez años después saca a la luz su libro El alma compartida. Pero Manolo persiste en sus investigaciones no sobre lo que se toca, sino para que los flamencos sepamos por qué se toca, de ahí que sacara la publicación Sobre la guitarra flamenca (2005), primer tratado científico-musical sobre el toque flamenco, en el que desmonta de arriba a abajo lo escrito y repetido una y otra vez por la flamencología tradicional y gran parte de la moderna… Y presenta con apabullante éxito el estreno de Romero Ressendi. La voz del color (2008) y el de Música para ocho monumentos y La canción de Andalucía (2009), en tanto que el maestro ya medita dedicar todo su tiempo a su más ambicioso proyecto: Didáctica de la guitarra flamenca.
El 27 de julio de 2013, no más terminar su actuación en la Cueva de Nerja con Medea, anuncia su retirada de los escenarios. Continúa en el mundo de la composición, pero, después de 57 años de profesional, deja la ejecución para centrarse en la Gran Enciclopedia Audiovisual de la Andalucía Flamenca, un glosario ilustrado que se presentará en breve en Jerez, precisamente, y una obra necesaria en el género flamenco y en un país en que, en palabras de Manolo, lo que prima es “la música para el culo” y no “la pensada para el alma”.
«La vida de Manolo Sanlúcar, que ha conseguido que la guitarra sea humana, que convirtió la técnica en arte musical y la música en una soberbia lección de humanismo, se caracteriza por su constante trabajo y por su disciplina»
Entre tanto, desde ayer el gran maestro ha elegido el camino del dolor en solitario. Pero no está solo. Está en compañía de quienes le queremos como amigo y le admiramos como compositor e instrumentista. Unos y otros hacemos votos al altito cielo para la pronta curación de este ilustre músico cuyas propuestas van más allá de un mero concierto: son/han sido una lección ejemplar del mayor conocedor con que cuenta la historia de la guitarra flamenca, pero también una reflexión sobre nuestra identidad como pueblo.
Su corazón de artista comenzó a trepar por entre las cuerdas y se puso a danzar en los vientos que limpian los trastes de la guitarra. Primero bailó en las grandes mareas que hicieron surgir el alba de su edad temprana, como el que busca su identidad entre los materiales de la agonía; luego torció hacia la llaga tauromáquica para definir las bases de su ulterior acción creadora, con lo que logró que por el mástil subiera un río de sangre sin consuelo para hacer que las notas cayeran sobre nuestras cabezas como al pasto el rocío, y después anduvo a través de los corredores de un edificio musical situado en los cimientos del agua lorquiana.
Es evidente que cuando ahora celebramos sus 65 años de profesional, podemos concluir con que la suavidad de la madera manejada nos ha llevado a la base secreta y dura del conocimiento, a dominar en nosotros lo insaciable y a descarnar los límites territoriales del espíritu andaluz. Y es que en toda su densa obra, que más que significar la perfección suprema de la evolución formal de la guitarra anunciaba el comienzo de un nuevo desarrollo, hay todo un cielo de armonías agujereado por el amor por la música y su apego a Andalucía.
Pero la vida de Manolo Sanlúcar, que ha conseguido que la guitarra sea humana, que convirtió la técnica en arte musical y la música en una soberbia lección de humanismo, se caracteriza por su constante trabajo y por su disciplina. Y también por su desafío ante los problemas de la vida, constantes retos de los que en unión de Ana, su admirada esposa, ha sabido superar ganando la batalla.
Para quien ha ganado un nuevo espacio para el flamenco y que hasta cuando habla de la cultura andaluza se le escucha incluso la respiración; para quien ha sacrificado toda su carrera por la música, ha despertado una nueva conciencia creadora que protege al flamenco como hecho diferencial de la cultura andaluza y ha marcado un hito de singular importancia en la historia de la música de autor española, no le queda más que el bien más preciado, la conexión que la vida. Para mantener fuerte la mente cultural del flamenco, es obligatorio recuperar la salud de Manolo Sanlúcar. Ese es el deseo de quien firma.
Imagen superior: Manolo Sanlúcar y Manuel Martín Martín, 2007. «Una de las muchas conversaciones mantenidas con el amigo y maestro».
JUAN JOSE ACOSTA IGLESIA 2 septiembre, 2021
No se pueden decir más verdades y cosas bonitas para quién se lo merece todo en el flamenco y en la cultura andaluza.
El deseo es mutuo.
Bruno Pedros 3 septiembre, 2021
Es una verguenza que en Los conservatorios andaluces no se estudie la obra de este genio fe la guitarra flamenca y ademas por mi exoeriencis en Cordoba despues del gran manuel cano que fallecio en 1990 no hayan tenido profesores artistas a exepcion de Manolo franco y nino de pura o pocos mas.. Y por mi exopriencis ni siquera tienen piezas de sabicas o mario escudero en su programma de estudio de Las 427 de sabicas tienes 2 y de Mario escudero quizas una y fue por eso que no creo en El conservatorio con esta progracion sin presumir he dedicado mi Vida 40 anos a la guitarra y El flamenco y he trascrito muchissimos obras de maestros y mi casa es un conservatorio y eso porque don manolo me inculco una responsabilidad y una disciplina.. Però estar en italia es Como morir porque Aqui non hay Nada y estan equivocando la cultura flamenca y li dije ha hace 30 anos y ni saben quien es sanlucar o otros maestros porque El meccanismo de los conservatorio ahora pretende sin conicimiento crear catedras de guitarra flamenca es grave lode italia y ahora lo digo pubblicamente para que akguen en espana se de cuenta de lo grave que es manipular El mensaye de la gut flamenca Aqui y nombran Como profesores personas que se van de compas en 3o anos no se han enterado aun y nunca estudiaron in con sanlucar no puedo ni protestar y si doy un curriculum que estudie con Sanlucar o con Manuel cano lo.. Tiran a la papelera.. Pido un ayuda a alguen que me auyde a rivendica mi derechoComo musico y dejare Italia y napoles otra vez por volver en Andalucia mi terra sonada y querida Saludos a Don Manolo y Ana
Manuel Martin Martin 3 septiembre, 2021
Mi agradecimiento tanto a Acosta como a Pedros por unirse al reconocimiento incontestable al gran maestro y mi aplauso por comentarios tan certeros que debieran hacer reflexionar muy seriamente a los garantes culturales de España y, con mayor énfasis si cabe, de Andalucia..