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María Juncal: «Crear, imaginar, bailar… me salvan la vida»

La bailaora acaba de estrenar en el marco de la Muestra de Teatro y Danza de la Comunidad de Madrid su espectáculo 'Bailaoras'. Seis artistas seis en un viaje emocionante con Alma de Mujer. «En este encierro extraño solo pienso en vivir, solo pienso en volver», dice.


María Juncal nació en Las Palmas de Gran Canaria y lleva sangre flamenca de la familia Borrull. Formada en ballet y clásico español, pasó por las compañías de Güito, Manolete y Merche Esmeralda. Ganadora del primer premio de danza Antonio Gades, acaba de estrenar en el Teatro Fernando de Rojas, Círculo de Bellas Artes, en el marco de la Muestra de Teatro y Danza de la Comunidad de Madrid, el espectáculo Bailaoras. Seis mujeres en escena, guitarras, cante y percusión para hacer sentir al público una experiencia vibrante y flamenca.

 

Bailaoras es un viaje desde el alma de la mujer, dicen. ¿Algo que reivindicar?
Bailaoras con Alma de Mujer es mi realidad. Eso es lo que he sido siempre y desde donde he luchado, desde donde me ilusiono o sueño o lloro. Tanto en la escena como en la vida, tratamos a la mujer en todas sus almas: fuerte o frágil, sensible o distante, austera o con adornos, silenciosa o abriendo su corazón. Desde mi admiración siempre a ese temperamento.

– Qué momento para crear espectáculos y girar, ¿no?
– Es un momento en el que crear, imaginar y bailar me salvan la vida. Me salvan el ánimo. Y en este encierro extraño solo pienso en vivir, solo pienso en volver. Y volver significa mucho más que antes. Sumando intenciones que despierten los sentidos. Mi pretensión es la más sencilla. Un escenario y seguir adelante. Bailaoras ha de seguir haciéndose y asentándose.

 

«Merche Esmeralda, qué decir de ella. Verla y escucharla para el tiempo. De ella y mis maestros Güito y Manolete aprendí día a día, los sigo escuchando en mi cabeza y sigo viendo sus formas, su elegancia, su sobriedad»

 

– ¿Qué espera conseguir con este nuevo montaje, en términos artísticos?
– Lo que espero de Bailaoras es que suponga algo importante en la vida artística de las mujeres que lo interpretan.

– ¿Cómo se ve en este momento de su carrera profesional?
– Me siento cambiante. Ya no me siento en el mismo lugar y aún no hallo el siguiente…

– ¿Qué sacó en claro de su trabajo en las compañías de Güito, Manolete y Merche Esmeralda?
– Güito significó mi primera oportunidad, una enseñanza en todos los sentidos. Verle y admirarle siempre, observar cuando todo es nuevo era increíble. Manolete también casi en el mismo momento. Con una identidad escénica y una manera de ser cercano que nos ayudaba mucho a sentirnos seguros y parte importante. La maestra Merche Esmeralda, qué decir de ella. Verla y escucharla para el tiempo. De ellos aprendí día a día, los sigo escuchando en mi cabeza y sigo viendo sus formas, su elegancia, su sobriedad. El mujerío y esa imagen atávica de Merche. No sé, les tengo en la retina y en el pensamiento y les escucho a ellos y a todos mis maestros.

 

«¿Docencia flamenca? Claro que estamos heridos, pero esperando sanar sin parar. La gente quiere seguir bailando flamenco»

 

– Usted imparte clases de forma habitual en la escuela Amor de Dios, de Madrid. ¿Cómo ve la docencia del baile flamenco? ¿Se recupera de la cuchillada del virus?
– Pues como todos, con más o menos recursos, Amor De Dios está luchando desde el primer día que le permitieron abrir sus puertas y lo hace con toda la enjundia del propio arte que encierra. Claro que estamos heridos, pero esperando sanar sin parar. La gente quiere seguir bailando flamenco. Los artistas necesitamos seguir y tener nuestros lugares de referencia.

– ¿Siente suficientemente el reconocimiento a su carrera?
– Creo que mientras me queden camino por delante y fuerzas, tengo tiempo.

– Su espectáculo Bailaoras presenta seis mujeres en escena. Están en el límite, María. Para el comité médico de expertos, en tiempos del cólera, siete son multitud.
– Estamos en el límite, sí. Pero casi siempre lo estamos. Ojalá los ánimos sigan tan vivos, las intenciones presentes y seamos valientes como lo es y ha sido el Flamenco.

Fotos: Silvia Baró Office 

 

 


Sevilla, 1969. Periodista andaluz de intereses etéreos y estrofas cabales. Tres décadas de oficio en prensa musical y cultural. Con arrimo y sin arrimo, para seres de cualesquier afecto.

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