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Nolo Ruiz: «El flamenco rebosa filosofía por los cuatro costaos»

El filósofo sevillano Nolo Ruiz traslada al gran público la enjundiosa materia de su tesis doctoral. Su obra 'Filosofía del flamenco' viene a demostrar que el flamenco es un medio de la filosofía popular. Que el esqueleto del arte jondo lo constituye un conjunto sistemático de ideas filosóficas.


«Se pensaba que el flamenco era una joya artística, y resulta que también es una joya filosófica». Lo asegura Nolo Ruiz (Sevilla, 1979), doctor en filosofía, poseedor de varios premios de letras flamencas. Filosofía del flamenco (Ed. Samarcanda, 2020) es la ópera prima de un pensador que irrumpe en el panorama filosófico con una obra original, atrevida y… jonda.

Antes de entrar en materia jonda y trascendente, repasemos los precedentes. García Chicón, Martínez Hernández o Emmanuel Lizcano y Maribel Moreno, desde los puntos de vista antropológico, estético y epistemológico respectivamente. También hay un buen número de flamencólogos que han tratado, en mayor o menor profundidad, ciertos aspectos filosóficos del flamenco: Francisco Perujo, los hermanos Caba Landa, García Lorca, el doctor y maestro del cante Alfredo Arrebola, Cansinos e incluso un interesante capítulo de Mundo y formas del cante flamenco de Antonio Mairena y Ricardo Molina. Pero sí se puede decir que es la primera vez que se aborda la tarea de indagar en el sistema filosófico completo que se expresa a través del flamenco. Así que sí, es el primer estudio completo del jondismo, la filosofía del flamenco. Una obra dirigida a «quienes aquí o allende nuestras fronteras aman el flamenco y tienen interés en profundizar en su conocimiento y a quienes están interesados en la filosofía misma».

 

– Ontología con duende, Tercio estético, Epistemología de ida y vuelta, La Soleá antropológica, Metafísica a palo seco, Teodicea de amalgama y Ética y política a compás. Los títulos de los siete capítulos son para echarse a temblar. Tranquilícenos.
– No me extraña que se eche a temblar. Es que la filosofía es una actividad de tal profundidad que puede hacer temblar a cualquiera. Aún hoy, y pese a haberlo leído varias veces, cuando abro Ser y tiempo de Heidegger me echo a temblar. Parménides, Platón, Séneca, Averroes, Schopenhauer, Nietzsche… pueden hacerte vibrar. Además, si hay en este libro algo flamenco son los títulos de los capítulos. Y el flamenco bueno, ese flamenco, ese es capaz de hacer temblar al más pintao. Así que, si estos títulos tan flamencos le hacen temblar, empezamos bien.

– ¿Cómo se le ocurrió escribir un libro sobre el flamenco visto desde la filosofía?
– Reflexionar el flamenco desde la filosofía y las propias propuestas filosóficas expresadas a través del flamenco son dos fértiles campos por cultivar, tanto desde el punto de vista de la filosofía como del flamenco (y de la flamencología anexa a él). La primera parte del libro, la más breve, sí trata el flamenco visto desde la filosofía. La segunda parte, por contrario, trata sobre la filosofía vista desde el flamenco, es decir, se estudian las ideas filosóficas, que a su vez conforman un sistema, expresadas a través de este arte.

– ¿Y qué ha sacado en claro?
– Primero, que el flamenco es un objeto relevante para la filosofía y debieran por ello los filósofos prestarle una mayor atención. Segundo, que a través del flamenco se expresa todo un sistema filosófico completo y coherente de carácter popular. Y, finalmente, debido a lo anterior, y lo más importante, que todos los seres humanos, incluidos no solo aquellos sin formación filosófica, sino incluso quienes no han tenido formación alguna, tienden al cuestionamiento racional y crítico del mundo. Tienden a la filosofía de manera, digamos, culturalmente natural, tal y como se aprecia en el flamenco. Me parece que todas estas son conclusiones enjundiosas y de calado.

 

«¿Una letra con profundidad filosófica? Se me vienen a la cabeza los tangos de José Menese: «Mis penas las llevo yo/ cada uno lleva su duelo,/ ¿pa qué las voy a publicar/ si nadie siente el ajeno?»

 

– ¿Expresa el flamenco algún tipo de pensamiento filosófico? Lo pregunta usted mismo en el prólogo. ¿Cómo contestar a eso en pocas palabras?
– En pocas palabras, no. En una: sí. Lo expresa. Como le dije antes, tras indagarlo e investigarlo con profundidad durante más de un lustro, la conclusión es que no solo expresa algún tipo de pensamiento filosófico, sino que a lo largo de los siglos y los territorios ha sido capaz de, fragmentariamente, configurar todo un sistema. Aunque más que decir que el flamenco expresa un pensamiento filosófico, diría que se expresa filosofía a través del flamenco, es decir, que el flamenco es un medio de la filosofía, de la filosofía popular, constituyendo a su vez el conjunto sistemático de ideas filosóficas que comporta el esqueleto mismo del arte jondo.

– ¿Detrás de cada letrista flamenco hay un filósofo en potencia?
– En cierto modo sí. He aquí la lúcida filosofía de la maestra malagueña María Zambrano. En realidad, Filosofía del flamenco tiene mucho de proyecto zambraniano en tanto que tiene pretensión de demostración de la razón poética pero yendo más allá de ella hasta lo que podríamos denominar como razón popular, ambas parte del grueso de lo que podríamos englobar en filosofías no académicas, un radical y fecundo tema por explorar. Resulta evidente que hay muchos filósofos entre quienes escriben letras flamencas. Pero la filosofía no se expresa en el flamenco solo en las letras, también en el baile, en el toque y en el cante mismo más allá del lenguaje significativo, en los jaleos, en las formas y modos, en la interpretación, etc. Pese a que en las letras puede parecer más evidente, el flamenco rebosa filosofía por los cuatro costaos.

– ¿Para escribir un libro sobre la filosofía del flamenco hay que ser filósofo y flamenco?
– Conocer ambas, cuando menos. En mi caso, sí, coinciden. El arte más jondo y la episteme más jonda… ¿Qué le puedo decir? Me interesan las profundidades.

 

El filósofo sevillano Nolo Ruiz, autor de ‘Filosofía del flamenco’. Foto: Carmen Montero

 

«El flamenco es comunicación. El particular proceso comunicativo de carácter genuinamente dialógico que supone la juerga tiene como finalidad la invocación, la aparición, del duende confirmatorio de que este proceso comunicativo ha sido exitoso, es decir, que hubo verdad, pellizco, arsas y oles»

 

– Desde un punto de vista filosófico, ¿qué es lo más complejo o enrevesado del arte flamenco? Aparte de distinguir los palos, nos referimos.
– El propio conjunto orgánico que forma la cosmovisión filosófica expresada a través del flamenco es quizás en sí mismo lo más complejo del propio flamenco desde un punto de vista filosófico. Complejo, que no difícil. Es fácil. Pero es complejo, tiene muchos detalles, muchos rincones. Se expresan una gran cantidad de temas filosóficos complejos a través del arte flamenco, como la metafísica del amor o la del destino que desemboca en el fatalismo, la de la cotidianeidad o la de la muerte y su deseo como consecuencia de la angustia, como la comprensión ética negativa de la alteridad humana, como su posicionamiento político nolente o su crítica epistemológica al cientificismo, es decir, a la creencia dogmática en la ciencia, como la tendencia al límite, como el característico heraclitianismo, etcétera. Escribió González Climent en Flamencología que no son «filosofías de paleto de tomo y lomo las que se ventilan en la temática del cante flamenco». Y tenía razón. Es verdaderamente una auténtica maravilla. Se pensaba que el flamenco era una joya artística, y resulta que también es una joya filosófica. El valor que tiene es inmenso, incalculable, diría yo.

– El flamenco, quizá más que ninguna otra, es una música para investigar. Cada aficionado al cante jondo lleva dentro un investigador. ¿Se dirige su libro a esas masas de investigadores?
– Este libro se dirige a muchísima gente. A mucho tipo de gente, de hecho. Y esto es algo además expresamente buscado. Este libro se dirige, por un lado, a la comunidad filosófica mundial que, en mi opinión, conformamos todos los seres humanos, tanto los profesionales de la filosofía como los que no lo son, estén o no estos últimos, la mayoría, versados en ella. Es decir, se dirige a todo el mundo porque aspira a dar respuesta a la cuestión que interroga por la naturaleza humana misma, porque trata de mostrar la existencia de un sistema filosófico popular que encamine la demostración de que la filosofía puede ser considerada como consustancial al ser humano. Que el ser humano no es meramente el homo sapiens, sino el homo philosophicus. Algo con muchas y profundas consecuencias, como el hecho de que no cultivar la filosofía, no enseñarla, no practicarla o negársela a uno solo de los humanos, debiera ser considerado antinatural y, por tanto, inadmisible. Por supuesto, como dice usted, también se dirige a los investigadores y estudiosos interesados en los campos de la filosofía o la flamencología. También va dirigida, evidentemente, a quienes aquí o allende nuestras fronteras aman el flamenco y tienen interés en profundizar en su conocimiento y a quienes están interesados en la filosofía misma. Y por supuesto va dirigida a las gentes de España, sobre todo de la mitad meridional, especialmente Andalucía pero también Extremadura y la Región de Murcia, cómo no, porque en este libro pueden encontrar concepciones filosóficas propias, ideas que han aprendido de sus familias, de sus pueblos, de la propia cultura y sus manifestaciones, etc., con lo que podrán verse y descubrirse a sí mismos, es decir, conocerse a sí mismos, que es una de las grandes máximas de la filosofía universal, el socrático «conócete a ti mismo».

– ¿Cómo analizaría en términos filosóficos la figura del duende? Porque ese buen señor existe, ¿verdad?
– El del duende es justo el tema principal del primer capítulo, Ontología con duende, en el que se lleva a cabo una reflexión acerca de la naturaleza ontológica del flamenco en lo que podría considerarse como su forma más genuina: la juerga. En tanto que arte, se puede decir que el flamenco es comunicación. El particular proceso comunicativo de carácter genuinamente dialógico que supone la juerga tiene como finalidad la invocación, la aparición, del duende confirmatorio de que este proceso comunicativo ha sido exitoso, es decir, que hubo verdad, pellizco, arsas y oles… Considero que esta primera parte del libro de abordaje filosófico del flamenco en tanto que objeto es también muy interesante.

 

«La filosofía no se expresa en el flamenco solo en las letras. También en el baile, en el toque y en el cante mismo más allá del lenguaje significativo, en los jaleos, en las formas y modos, en la interpretación…»

 

– Seleccione un par de letras de su Anexo Lírico que reflejen a las claras esa huella filosófica del flamenco.
– Como sabe, desde septiembre me encuentro en pleno ciclo de presentación del Filosofía del flamenco, y en cada charla acerca de la obra y de su contenido me gusta seleccionar un par de letras con las que ilustrar la profundidad filosófica manifestada a través de la lírica jonda. Son muchas. Innumerables. Y es difícil elegir solo dos. Se me viene a la cabeza la letra por tangos que cantaba José Menese, uno de mis cantaores preferidos, que dice: «Mis penas las llevo yo/ cada uno lleva su duelo,/ ¿pa qué las voy a publicar/ si nadie siente el ajeno?». O esa otra clásica por caracoles que dice: «Eres bonita/ el conocimiento/ la pasión no quita». Así leídas, separadas, ya son profundas. Vistas y entendidas en relación unas con otras, el resultado es impresionante. A mí al menos me lo parece.

– La última. En portada, Filosofía del flamenco. ¿Qué es la filosofía del flamenco? O mejor esta. ¿Qué es la filosofía?
– La Filosofía del flamenco es una obra que recomiendo a todo el mundo, y no solo porque sea su autor. Y la filosofía… quizás podamos empezar a entender la filosofía, al menos a indagar en su posibilidad, como la actividad más propia y diferencial del ser humano. De ahí la relevancia ineludible y fundamental del quehacer más profundo, más… jondo.

 

Imagen superior: Presentación del libro ‘Filosofía del flamenco’ en el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla (Cicus). Foto: FJ Crespo

 

Portada del libro ‘Filosofía del flamenco’, de Nolo Ruiz. Editorial Samarcanda, 2020.

 

 


Sevilla, 1969. Periodista andaluz de intereses etéreos y estrofas cabales. Tres décadas de oficio en prensa musical y cultural. Con arrimo y sin arrimo, para seres de cualesquier afecto.

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