Se reaviva la polémica por la dirección del Ballet Flamenco de Andalucía
La elección de la bailaora y coreógrafa Úrsula López como directora del Ballet Flamenco de Andalucía sigue recibiendo críticas por parte de firmas ilustres como Antonio Canales o Ricardo Pachón.
Como es costumbre, la elección de los cargos públicos suele levantar una polvareda de críticas. Ahora ha sido el turno del Ballet Flamenco de Andalucía, dependiente de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía. El 21 de febrero de 2020 se optó por la continuidad con la designación de la actual coordinadora artística de la compañía, Úrsula López, como nueva directora artística.
La bailaora y coreógrafa –nacida en Córdoba en 1976– se impuso en concurso público en el puesto convocado por la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales. Su contrato es de tres años más uno opcional. La designación ha estado rodeada de polémica, pues empató a puntos (9,25) con Antonio Canales. El desempate lo dirimieron la dirección y la gerencia de la Agencia, tras tener en cuenta ambas propuestas.
La crisis sanitaria propiciada por la Covid-19 frenó el alud de críticas, pero con el paso del tiempo la llama de la polémica se ha reavivado. Según El Mundo, Antonio Canales ha presentado un recurso de alzada ante la Administración Andaluza porque el proceso de selección está plagado de «supuestas irregularidades».
«Aquí no ha habido manos limpias. Quiero llegar hasta el final para que toda la verdad se conozca. Que todo el mundo sepa que no se puede jugar con el flamenco y menos con un maestro como yo, merezco un respeto, soy Premio Nacional», citó el propio Canales en El Mundo.
«Me parece una vergüenza, una deshonra para el arte y algo que no debemos permitir. Quiero que se destape la verdad y dejen de jugar con el dinero público, con nosotros y con el flamenco» (Antonio Canales, al diario El Mundo)
Por otro lado, el productor flamenco Ricardo Pachón –presidente del comité de selección– denunció al mismo diario que Canales fue excluido por la existencia de un lobby antigitano, que presionó para que no fuera elegido como director del Ballet Flamenco de Andalucía. «Esto huele de lejos a racismo porque echar a dos gitanos», como Canales y el bailaor de Jerez Antonio El Pipa, es «inaceptable», afirmó Pachón.
«Es una opinión de mi compañero y amigo Ricardo Pachón, sobre la cual no me quiero pronunciar», asegura Canales a la misma fuente.
«Quedé entre los dos finalistas, cosa que me olió muy mal. No sé qué me duele más: que no me lo hayan dado o que me hayan empatado con Úrsula López, y no por ella, mi niña, con la que he bailado y a la cual respeto muchísimo, pero ese empate de 9,25 no puede ocurrir en un concurso público, según consta en las puntuaciones totales de las candidaturas del BOJA. Para elegir a un director, aparte de que el proyecto sea solvente y tenga peso, debe tener experiencia en dirigir. No se puede utilizar la compañía andaluza para ejercitarse en esa labor. Ellos querían llegar ahí. Fue toda una sorpresa», continúa el bailaor.
«Mi deseo es que las próximas generaciones crezcan en un amor a la danza y que se sientan arropados por las instituciones que representan a la cultura. Lo ocurrido me parece una vergüenza, una deshonra para el arte y algo que no debemos permitir. Ya no por mí, que la verdad no tengo ilusión ahora mismo, pero sí quiero que se destape la verdad y dejen de jugar con el dinero público, con nosotros y con el flamenco», finaliza el artista.
Desde la Junta de Andalucía el mensaje es negarlo todo. Fuentes de la Agencia de Instituciones Culturales alegaron en declaraciones a El Mundo que las denuncias de racismo son «absurdas» y que solo persiguen «manchar un proceso que no tiene ninguna mancha» y que se hizo de acuerdo a las bases de la convocatoria.