Diez discos de flamenco para pasar la cuarentena
Para los flamencos especialmente, el confinamiento se nos antoja una cuesta imposible. Somos carne de reunión. Te he dejado los discos en la cabecera de tu cama, para que se te alivien las ‘duquelas’.
La pandemia del COVID-19 está golpeando a la especie humana con una violencia sin precedentes en la memoria de las personas que, por edad o ubicación, no han alcanzado a sufrir en sus carnes las atrocidades de una guerra. La crisis sanitaria, obviamente, es la primera de las tragedias. La enfermedad se ceba con nuestros mayores, que se marchan a espuertas sin poder sentir la cálida mano o la suave mejilla de su pareja, sus hijos o sus nietos. Miles de enfermos aguardan sin esperanza en las UCI de todo el mundo, para abandonar la columna de una estadística y alistarse entre los números rojos de la otra.
Luego, las crisis económica, financiera, laboral, social, familiar… Dios mío, cómo vamos a salir de esta. Consecuencias imprevisibles que no caben en la imaginación cuando la primera prioridad es sobrevivir. Sin duda todo esto nos hará más fuertes. Nos enseñará a valorar lo que teníamos y perdimos, aunque sea temporalmente. La libertad. Los besos y los abrazos. La calle. Salir a la calle. Nos asomamos a los balcones como si fueran el cabo Finisterre o el Balcón de Europa. Es la crisis del confinamiento, la que más afecta a nuestra salud mental. Y la que más fáciles soluciones tiene. Aunque en ocasiones no sepamos verlas.
«Nos han colgado en la espalda el trasnochado cartel de los tiempos oscuros: Se prohíbe el cante. Sé que prefieres lo natural a lo enlatado, pero esto es lo que nos queda»
Para los flamencos especialmente, el confinamiento se nos antoja una cuesta imposible. Somos carne de reunión, de peña flamenca de la tarde a la madrugá. Nos han colgado en la espalda el trasnochado cartel de los tiempos oscuros: Se prohíbe el cante. Qué hacer, ya solo te queda tu celebrada pataíta por videoconferencia. Sé que prefieres lo natural a lo enlatado, pero esto es lo que nos queda. Te he dejado diez discos en la cabecera de tu cama, para que se te alivien las duquelas. Mira, pues de todo un poco. No solo van a primar mis gustos personales. La mayoría son actuales. Los hay de cante, en su mayoría, y de guitarra. Clásicos y transgresores. No, el de Rosalía no lo he traído, estaba agotado.
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- Lo primero es lo primero. Las obras completas de Tomás Pavón, que constituyen el tercer tomo de la Colección Carlos Martín Ballester. Tres veces al día, la última tras los aplausos de las ocho de la tarde. Te ahorrarás el trago de escuchar al Dúo Dinámico.
- París 1987, de Camarón con Tomatito. Puedes dejártelo puesto mientras compones un puzle con tu hija. Fue mi puerta de entrada al flamenco, ahí es nada.
- A ti que te gustan tanto las revoluciones en el flamenco. No dejes de oír Omega, de Enrique Morente, con el grupo de rock granadino Lagartija Nick. Mira, está sin estrenar, hasta tiene el plástico sin quitar. Ya te dije que intentaría que hubiera para todos.
- Este cuídamelo, que es la joya de la guitarra flamenca. La nueva edición, de 2019, de la obra maestra de Rafael Riqueni, Parque de María Luisa. Doble álbum en vinilo, uno rojo y otro blanco.
- Siguiendo con la guitarra de este tiempo, Llanto de la guitarra, de Pedro Sierra.
- El disco de Rancapino Chico, Por mi amor al arte. Grabado en directo por el método del potaje, la manzanilla y el jamón. Una de las mejores armas contra la apatía de la cuarentena.
- Recién salido del horno, Calle del Arco, la ópera prima de Antonio Ortega Hijo. Juventud y cante clásico de Mairena del Alcor.
- Lo mismo, pero con el aroma amontillado de una bota vieja de Jerez. El último disco de la trilogía de Ezequiel Benítez, Quimeras del tiempo. Ilus3.
- De todos los flamencos, los fans de Miguel Poveda son los que peor lo pasan cuando no pueden salir. Aquí os dejo su último trabajo con aroma a casete de gasolinera, El tiempo pasa volando.
- Este último no te lo puedo prestar, ya que no me desprendo jamás de él. Si quieres te lo paso en pendrive. Persecución, de Juan Peña el Lebrijano.
Con eso tienes suficiente para pasar una y hasta tres cuarentenas, Dios nos libre, prima. Te veo pronto en los conciertos.
Juan Iglesias 2 abril, 2020
No acostumbro a hacer comentarios de flamenco, pero viendo los títulos de los discos que se han tomado como los diez mejores me hago una pregunta ¿ han escuchado el último disco de Antonio Mairena, alguien ha escuchado a José Merce, y a Manuel Vallejo ?
Luis Pérez 2 abril, 2020
Gracias por tu comentario, Juan. En ningún momento he querido decir que estos sean los 10 mejores discos de flamenco. Es más, si lees entre líneas te darás cuenta de que algunos de ellos no son de mi gusto en absoluto.
Mi intención tiene en todo momento un componente lúdico. Recomendar, en estos días difíciles, diez discos variados, donde no solo primen mis preferencias. Podrían haber sido otros completamente distintos. Nunca me he parado a pensar en cuáles son los mejores de la historia, aunque ‘Al calor de mis recuerdos’ es sin duda uno de ellos.
Saludos,
Luis Pérez