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Niño Josele, flamenco viene del jazz

El guitarrista Juan José Heredia 'Niño Josele', reciente ganador de un Grammy, presentó su último trabajo en el ciclo sevillano de Flamenco viene del Sur.


Entre los flamencos rancios de viejo y nuevo cuño, pocos han oído hablar de él. Pero cualquier aficionado al jazz te dirá quién es el Niño Josele. Y en Almería, unos y otros. Muchos lo conocen por su padre, el cantaor y guitarrista Josele, de ese barrio tan flamenco que es La Pescadería. A Josele, por edad y por respeto, le tocó el papel de hermano mayor de una generación de grandes artistas paridos en Almería. El Negrillo, el Maleno y Tomatito colocaron la guitarra de esa tierra en el lugar que se merece. Bueno, pues para que te hagas una idea, Juan José Heredia (Almería, 1974), Niño Josele, les echa la pata a todos ellos.

Como intérprete de guitarra flamenca está en lo alto del escalafón. Agarra ese hilo y no lo sueltes, que luego volveremos a él. Tiene una trayectoria que produce vértigo. Era el niño bonito de Paco de Lucía, ahí es nada. Se tiró años y años acompañándolo como segunda guitarra. De él se empapó toda la camisa, de lo bueno y de lo menos bueno. Huy, lo que ha dicho. Se olvidó de la guitarra de acompañamiento, tan ingrata y tan flamenca ella. Y pasó de la guitarra solista de concierto, tan minoritaria y aburrida. Se enamoró del jazz y del cajón peruano, y se rodeó de los mejores músicos del planeta –Jorge Pardo, Lenny Kravitz, Alicia Keys, Elton John– para acabar en la compañía del inmenso Chick Corea, con el que acaba de ganar un Grammy de los de verdad al Mejor Álbum de Jazz Latino.

Así que tampoco te iba a sorprender la propuesta que Niño Josele tenía preparada para el Teatro Central de Sevilla. Qué creías. Que iba a impartir un recital de guitarra flamenca. Y eso. No sé, por aquello de Flamenco viene del Sur, el ciclo anual más importante que organiza el Instituto Andaluz de Flamenco. Alma de cántaro. Pero tú te has caído de un guindo, o qué.

 

«Un cuarteto de jazz, aquí y en Broadway, siempre es mejor con un portento de la guitarra flamenca. Y ahí es donde Niño Josele no tiene igual»

 

Hemos venido a un concierto de jazz, y punto. Con fabulosos intérpretes, como el percusionista Jhony Cortés, que se come las cajas, el cajón y los platos a dos manos, sin necesidad de baquetas de ninguna clase. El Turri, más jondo y electrizante con su flauta travesera que con su voz, modificada por una ecualización terrible. El bajo eléctrico de Julián Heredia, siempre exacto y envolvente. Y el joven José Heredia, un maravilloso pianista al que le cedieron demasiadas veces el peso del recital, tarea que desempeñó a un nivel excelente.

Porque Niño Josele había momentos en que se quedaba en casa. Hasta soltaba los trastos de torear y se peleaba con unos auriculares que distraían la atención, la de él y la del público. Demostró su virtuosismo y sus dotes de intérprete en muchas ocasiones, pero a base de acelerones, sin llevar una marcha constante. Fue magnífica la primera pieza, titulada Saudade, vocablo portugués de difícil traducción a medio camino entre la melancolía andaluza y la morriña gallega por el lugar añorado. Aunque era un tema libre, a veces escuchábamos en la lejanía el eco de la taranta, para terminar los últimos compases de una guajira. La bulería sonó flamenca libre de pianos, bajos y percusiones, ya que los tres músicos actuaron de palmeros a las órdenes del maestro sonantista. Un espejismo para los optimistas.

Y estuvo bien el concierto de jazz. Un cuarteto de jazz, aquí y en Broadway, siempre es mejor con un portento de la guitarra flamenca. Y ahí es donde Niño Josele no tiene igual. Bueno, tiene a quien parecerse. Cuando inicie una falseta, emprenda un picado o veas su mano izquierda volar, cierra los ojos. Es Paco, en serio. Hasta la postura. Su guitarra es flamenca las veinticuatro horas del día. Pero el conjunto suena a América, a la del Norte y a la del Caribe. Y todo en libertad, como tanto gusta ahora. Parece que el gusto está en la transgresión. Tú ya no te alteras porque te salgan con una granaína floreada a golpe de tambores, y parón de piano. Bien pagá, me llaman la bien pagá. Ahí confieso que estuve a puntito de alterarme. Martinete por bulerías, toma que toma. Jazz sesion, con toa la basca loca, que se decía en tus tiempos, primo. Cabal de Silverio, con sus moritos a caballo y los cristianos a pie. Y otra disertación al piano.

Y bulerías, vengan bulerías. Y rumbas, temitas libres. Que el flamenco fusión no entiende de palos. Qué piensas, primo. Que el arte jondo ha perdido un guitarrista de primera. Y el jazz lo ha ganado para sus filas. Pero te gustó o no. La vida es sueño, se llama el concierto. Y tanto.

 

Ficha artística

Espectáculo: La vida es sueño, por Niño Josele
Ciclo: Flamenco viene del Sur
Lugar y fecha: Teatro Central de Sevilla. 10/3/2020
Guitarra flamenca: Niño Josele
Bajo eléctrico: Julián Heredia
Piano: José Heredia
Cante / flauta travesera: Antonio Gómez El Turri
Percusión: Johnny Cortés

 

 


Filólogo madrileño. Media vida en Sevilla. Centinela de las palabras. Lo jondo le acelera peligrosamente el corazón.

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