Adiós a los concursos nacionales
Hace ya tres o cuatro años dije que tenía una idea, creo que buena, para darle una vuelta a los concursos, y que la quería compartir con quienes organizan los certámenes. Sigo teniendo ahí la idea para que se formen los jóvenes intérpretes del cante, el baile y la guitarra.
Los concursos de flamenco casi han dejado de tener sentido. Es verdad que siempre son un medio para que los jóvenes se den a conocer, pero nada más. Cuando surgieron tuvieron una gran importancia y dieron sus frutos, pero ya no sirven. Certámenes como los de Córdoba o Mairena del Alcor, de capa caída desde hace años, sirven ya de muy poco. Bueno, sí, para que a veces les quiten las ganas de seguir cantando a cantaores tan buenos como el palaciego Miguel Ortega o al Rubio de Pruna, al que un año echaron para su casa en el Concurso de Cante Jondo Antonio Mairena.
Muchas peñas flamencas siguen con los concursos porque es una buena manera de tener cante durante meses, aunque sea malo, con poca inversión. Alguna vez he estado en fases de selección de estos concursos en peñas y juro por Dios que aquello era insoportable, un atentado contra el cante jondo. Pero bueno, las peñas tienen pocos recursos económicos y es una manera de tener entretenimiento y que siga funcionando el bar. Lo grave es que sigan existiendo esos concursos nacionales, como los de Córdoba, Linares o La Unión, que aportan ya muy poco, más polémica que otra cosa.
Hace ya tres o cuatro años dije que tenía una idea, creo que buena, para darle una vuelta a los concursos, y que la quería compartir con quienes organizan los certámenes. Ninguno de ellos se puso en contacto conmigo. Sigo teniendo ahí la idea para que se formen los jóvenes intérpretes del cante, el baile y la guitarra. He dicho para que se formen y no para que ganen un dinero fácil, que es para lo que valen los concursos. Por eso siguen yendo cantaores ya viejos a estos certámenes, para ganar un dinero fácil.
JUAN JOSE ACOSTA IGLESIA 22 noviembre, 2019
He asistido a las cuatro finales del Concurso Nacional de Córdoba y asistí a las semifinales y final de La Unión. Comparto plenamente lo que dices, salvo algunas excepciones, verbigracia, el bordón minero y el ganador de guitarra del de Córdoba. Eso sí, mucha culpa, culpita de los jurados.