¿Por qué tenemos que creernos que José Lorente creó la soleá que se le atribuye? Era fundamentalmente un cantaor para el baile, que le cantó mucho a La Campanera junto a Sartorio –cantaor y bolero–, Silverio, Enrique Prado y Juraco el de Alcalá de los Panaderos. Fue también el cantaor de Antonio Páez El Pintor, de San Juan de la Palma. Como murió joven, con solo 36 años, supongo que ese hecho ayudó a que se le reconociera una manera de cantar muy personal. Soy de la opinión de que un artista no permanece vivo en el tiempo y en el recuerdo si no es por algo y Lorente tuvo que ser un buen cantaor.

Era de la escuela de Silverio y once años más joven que él. Es decir, que cuando Lorente comenzó a cantar, con unos veinte años, Silverio tenía ya cierta fama y era aceptado como una figura del arte flamenco. Recordemos que cuando regresó de América, en 1864, se referían a él como “el célebre Silverio”, lo que indica dos cosas claras: que era ya célebre cuando se fue de picador de toros, en 1857, y que su nombre no cayó en el olvido.

Hay dos soleares que se le han atribuido siempre a Lorente: La noche del terremoto y Se hundió la Babilonia. Juan Valderrama interpretaba mucho la segunda y alguna vez habló de Lorente, seguramente por influencia de Pepe Marchena, quien se refirió al cantaor del Barrio de la Feria en su conferencia de la Universidad de Sevilla de 1972. Antes que Marchena, Valderrama y Matrona, una cantaora malagueña, La Juanaca, se encargó de mantener y difundir las soleares de Lorente, según Fernando el de Triana. Cante que por lo general se ha venido utilizando como remate de la caña, de ahí que se hable también de la caña de Lorente, como se habla de las de El Fillo, Curro Pabla, Curro Durse, Enrique Ortega o El Granaíno.

Todo esto habría que explicarlo con más espacio y de una manera minuciosa, pero no es el sitio. Lorente pudo tener sus propios cantes o un estilo personal en cañas y soleares, como los tuvieron El Nitri, El Marrurro o La Sarneta. Algo de cierto habrá cuando es lo que ha trascendido. Y si esas dos soleares que se le atribuyen eran de verdad suyas, Lorente tuvo que ser un cantaor portentoso, con una voz pujante y una técnica de ligado impresionante, sin duda de la escuela de Triana, de Frasco el Colorao y Ramón el Ollero. De hecho, El Ollero fue vecino muchos años de Lorente en el Barrio de la Feria, así que alguna relación habría entre los dos cantaores.

En resumidas cuentas, de lo que se trataba era de averiguar quién fue Lorente, de dónde era, por dónde estuvo toda su corta vida y hasta cuándo vivió. Se llamó José Lorente Lora y vino al mundo el día 27 de abril de 1842 en el número 6 de la calle Ropavieja, hoy Antonio Susillo, en el Barrio de la Feria. Era hijo de Antonio Lorente Jiménez, de Portugal y lanero de profesión, y de María Lora Tesoro, de Fuentes de la Campana, ahora Fuentes de Andalucía. Nieto, por línea paterna, de Francisco Lorente y Francisca Jiménez, ambos de Sevilla, y Sebastián Lora y Juan Tesoro, de Fuentes de Andalucía.

Se casó el 17 de mayo de 1863 con la sevillana Matilde Tejera Hinojosa en la Parroquia de Omnium Sanctorum de Sevilla. Tuvo, al menos, tres hijos y falleció el 18 de mayo de 1877 en el número 37 de la calle Peral, en la Alameda de Hércules, siendo enterrado al día siguiente en el Cementerio de San Fernando de Sevilla, sin más honores que una endeble caja de pino.

Los demás datos los publicaré más adelante, pero aquí están los necesarios para que se sepa quién era.

Partida de nacimiento de José Lorente. Foto: Manuel Bohórquez

Registro de boda de José Lorente. Foto: Manuel Bohórquez