Apellidarse Amador es garantía de calidad. Viste. Marca una raya tizná de colores morenos entre la multitud. Destaca, luce y pesa. Pero Luis lo carga sin despeinarse y arroja su cante de veteranía para acreditar el orgullo de su estirpe. Luis Amador es un magnate de la gitanería. No solo canta lo que sabe, sino que sabe lo que canta. Es largo de repertorio y recursos. Hora y media de recital que endiñó en la Peña Flamenca La Bambera (Sevilla), para el disfrute de los aficionaos cabales que gustan del paladar del cante rancio.
No te revuelca porque la edad no perdona. Pero me da igual. No quiero voceros impertinentes que buscan el aplauso con la ostentación. Me valen más los quilates de jondura, el saber recoger los tercios, los pellizquitos en su sitio y el sabor inimitable de lo naturalmente mamao, de lo que se lleva en la sangre, con humildad, sin ojaneta ni imposturas.
«Siempre es un gusto escuchar a Luis Amador, al que volveré una y mil veces para disfrutar del cante de verdad. Hasta que él y el Undibé de los gitanos quiera que su gañote de sabiduría siga hirviendo»
Lo acompañó con admiración y entrega su hijo Luis Amador a la sonanta, con flamencura y precisión, aunque acelerao, restándole en algunos palos el empaque que da el reposo. Pero bien.
Abrió el patrón por Levante con la cartagenera chaconiana, hilvaná con la taranta minera y la de La Gabriela, con sobradas facultades de voz, giros melosos y aplomo. Crujieron candelas en la soleá apolá, acordándose de Mairena, Charamusco y rizando la soleá petenera. Luego dolió suavito por seguiriya, rematando con la toná liviana de Diego El Lebrijano sin artificios ni lucimientos. Meció las malagueñas de El Mellizo y La Trini, coronándolas con abandolaos. Y volvió a la soleá paseando por la Triana de La Andonda, tronando en Cádiz por El Mellizo o Paquirrí. Acampanao sonó en la liviana, serrana y macho de María Borrico, que resolvió aliviao. Después cantó como merecen los tientos tangos, con guiños a Gaspar de Utrera o El Lebrijano. Y cerró el recital enjundioso por fandangos, casi todos acaracolaos pero llevados a su terreno, como le dio la gana.
Siempre es un gusto escuchar a Luis, al que volveré una y mil veces para disfrutar del cante de verdad. Hasta que él y el Undibé de los gitanos quieran que su gañote de sabiduría siga hirviendo.
Ficha artística
Recital de Luis Amador
Peña Flamenca La Bambera, Sevilla
24 de mayo de 2025
Cante: Luis Amador
Guitarra: Luis Amador hijo