La Compañía Antonio Gades llega al Teatro Villamarta el martes 4 de marzo con el ballet Carmen, obra maestra del coreógrafo alicantino en colaboración con el cineasta Carlos Saura. De esta forma, la compañía, bajo la dirección artística de Stella Arauzo, quiere celebrar el 150º aniversario del estreno de la ópera de G. Bizet y ha iniciado una gira tanto por los principales escenarios de nuestro país como por otras ciudades europeas.
No será, sin embargo, la única reivindicación del legado dancístico de Antonio Gades. Y es que, previamente, sobre el escenario del Centro Social Blas Infante, Rafael Ramírez presentará Crónica de un suceso, un espectáculo con el que pretende rendir «desde el respeto y la admiración» un homenaje a su «principal referente» artístico. Su Crónica de un suceso aborda, a su manera –»no como una copia», ha aclarado– algunos episodios destacados de la obra del que considera su maestro.
Después de Don Juan y Bodas de sangre, Carmen fue el tercer ballet narrativo creado por Antonio Gades y el primer fruto escénico de su estrecha colaboración con el cineasta Carlos Saura. Sus creadores se inspiran, sobre todo, en el libro de Meriméé, pues ambos encuentran que la descripción de la historia y sus personajes reflejan mucho mejor que el libreto operístico al pueblo andaluz. Sin embargo, se sirven de la música extraordinaria de Bizet y la contraponen por primera vez en la escena con la música flamenca en directo.
Gades, profundo admirador de la cultura popular española, dijo: «Yo quería poner la música en la que se había inspirado Bizet, poner la original del pueblo, para que se viera que una guitarra y un cantaor pueden tener tanta fuerza o más, en un determinado momento, que una orquesta».
«Hice Carmen porque no me gustaba esa imagen estereotipada y falsa que tiene, siendo una mujer que cuando ama se entrega sin reservas, que no abandona a su clase aunque se encuentre en las más altas esferas» (Antonio Gades)
La figura de Carmen representa para Gades la lucha de la mujer por conseguir la libertad frente a lo establecido. En su opinión, era una incomprendida, ya que cuando se escribió la obra, en 1837, esta supuso un escándalo para una época en la que aún no se podía pensar en la emancipación de la mujer. «Hice Carmen porque no me gustaba esa imagen estereotipada y falsa que tiene, siendo una mujer que cuando ama se entrega sin reservas, que no abandona a su clase aunque se encuentre en las más altas esferas», explicó el coreógrafo. No es, por tanto, casualidad que el personaje protagonista del ballet refleje dos de las actitudes vitales más características de Gades: su conciencia de clase y su amor a la libertad.
La Compañía Antonio Gades es, desde su creación, uno de los grandes puntales de la danza española y flamenca. Basada sobre el repertorio del legendario coreógrafo, fallecido en 2004, hace gala de una escuela particular definida por el maestro que la diferencia del resto de formaciones españolas. En la actualidad, bajo la dirección de Stella Arauzo, entremezcla varias generaciones de artistas que hacen posible la transmisión directa de las líneas que caracterizan la escuela gadesiana: un lenguaje estético y depurado, a la vez que arraigado en las tradiciones y la cultura del pueblo español.
En ese peculiar estilo de Gades fijó su mirada el bailaor malagueño Rafael Ramírez cuando era niño. Clavó su mirada en «su estética, sus movimientos limpios, su baile masculino y su técnica, además de sus nociones dancísticas», ha señalado el artista que, en el Centro Social Blas Infante, presentará Crónica de un suceso, una propuesta inspirada en el coreógrafo alicantino y la dimension de su obra.
El nuevo espectáculo de Rafael Ramírez llega a Jerez después de su estreno en el Festival de Nimes. Lo define como «un homenaje a Gades, su trayectoria, su legado, desde el respeto y la admiración que le tengo». No obstante, ha aclarado que no se trata de una imitación ni es su propósito usar su repertorio. «Serán su baile y su concepto traídos al siglo XXI», ha asegurado.
La idea le rondaba la cabeza desde hace tiempo, pero el respeto hacia Gades y su propia inseguridad para abordar este proyecto le llevaron a posponerlo hasta ahora. «Cambió la danza y el flamenco. Era el presente y tenía visión de futuro», ha explicado el bailaor malagueño. En su propuesta aparecen, entre otras cosas, destellos de Fuenteovejuna, la relación con Carlos Saura y su devoción por Cuba. Sobre el escenario estará acompañado por la guitarra de Isaac Muñoz, el cante de María Mezcle y la percusión de Javier Rabadán.