El hecho de que la organización del Festival de Nîmes repartiera tapones para los oídos a la entrada del Centro Cultural La Paloma parecía una señal inequívoca: Tomás de Perrate y el dúo Za! venían dispuestos a dar caña. No solo en lo que se refiere a la fuerza expresiva, brillantemente plasmada en un disco tan interesante como Jolifanto, sino también como aquel personaje del filme This is Spinal Tap que ponía su guitarra al 11 en el amplificador, porque el 10 le sabía a poco.
El origen de este proyecto es, al parecer, un encuentro casual entre el cantaor utrerano y los músicos catalanes, que desembocó en una breve convivencia cuyos frutos fueron viendo la luz en seguida, y que no tardaría en quedar fijada en el citado álbum. Una química instantánea que se traslada muy eficazmente a escena y se transmite al patio de butacas desde los primeros compases por viejos pregones, con ese pegadizo bucle de las pelotitas americanas.
Siguen los Tarareos en los que Perrate, marcando compás por tangos en su dispositivo de percusión manual, se acuerda de Juan El Lebrijano y se va gustando cada vez más, envuelto en el inquieto arrope de sus compañeros. La Seguirilla MIDI es un curioso experimento, que contrapone el tempo ceremonioso propio de este palo con la intensidad obsesiva del techno, para acabar explotando con un enérgico redoble de batería.
«Queda patente que Perrate es un artista ideal para abordar un proyecto como este, anclado en la tradición cantaora y al mismo tiempo dispuesto a adentrarse en todo tipo de aguas de la modernidad. El utrerano no tiene problemas de identidad, pues sabe perfectamente de dónde viene y cuál es su código genético»
La Serneta comparece por soleá, inicialmente sobria y solemne, y que también culmina en una estridente fantasía por bulerías. A esas alturas del recital, si quedaba alguna duda, queda patente que Perrate es un artista ideal para abordar un proyecto como este, anclado en la tradición cantaora y al mismo tiempo dispuesto a adentrarse en todo tipo de aguas de la modernidad. El utrerano no tiene problemas de identidad, pues sabe perfectamente de dónde viene y cuál es su código genético. Ni de cronología, pues ha vivido lo suficiente para ver y oír en su casa a grandes figuras de antaño. Pero también es consciente de ser un habitante del siglo XXI. Esa falta de dudas o prejuicios lo inviste de una naturalidad contagiosa, que ha quedado ampliamente evidenciada en trabajos como Tres golpes o este Jolifanto. Las mezclas más chocantes suenan bien a la primera, a veces pareciera que esos cantes nacieron entre programaciones, sintetizadores y guitarras eléctricas.
En cuanto a Za!, se afilian a un sonido punk notablemente estilizado, indisimulablemente deudor del Omega de Enrique Morente & Lagartija Nick pero con numerosas aportaciones genuinas, tanto melódicas como percutivas y atmosféricas: un torrente de ideas que se van acomodando en el discurso cantaor de Perrate.
El problema de las fusiones, encuentros o como queramos llamarlos, es que resulta muy difícil hallar un equilibrio perfecto, aristotélico, entre las partes: siempre hay una que se sacrifica a favor de la otra. Y en la fresca noche de Nîmes, me temo que fue Perrate quien quedó, si no fagocitado, sí menoscabado por el abrumador sonido de sus colegas. En un espacio como La Paloma, ya de por sí dotado de buena acústica y con un público sentado y silente, el volumen brutal de la amplificación expulsó a no pocos espectadores, mientras los tapones rulaban de mano en mano entre los que se resistían a abandonar.
Aquellos, los que se quedaron hasta el final, disfrutaron de La milonga juguetona y bailable con que el trío puso el broche a su recital.
Ficha artística
Perrate + Za!
35 Festival Flamenco de Nîmes
Centro Cultural La Paloma, Nîmes
10 de enero de 2025
Tomás de Perrate, cante, percusión y guitarra
Za!: Edi Pou (batería, música electrónica y voz), Pau Rodríguez (guitarra, trompeta, música electrónica y voz)