La cantaora lebrijana Fernanda Peña fue la encargada de ir entornando la puerta de la última jornada del Festival de Jerez. Lo hizo en el Centro Cultural Flamenco Don Antonio Chacón colmando la sala de aficionaos para recibir el ramalazo de arte que lleva en su apellido. Y haciendo gala de lo suyo, desparramó los olores del terruño de Lebrija a puñaítos de cantes, vendiendo sobre los maderos lo que da su cuna, fiel a las tradiciones, con respeto y humildad, cerrando con categoría el ciclo ‘De peña en peña’.
Cantó mejor que nunca, porque se atisba en ella una progresión. Y sin ser cantaora de primeras filas, va sumando a la talega de sus virtudes giros nuevos y cosas bonitas que le auguran momentos dulces en su carrera. Es muy artista, carne de escenario. Canta, baila, se mueve y habla con soltura. Sonríe e inunda las tablas de alegría, se queja y te llega el dolor, por más que no termine de redondear algunos cierres y le falte el pulimento que sin duda alcanzará con los años. Mientras, seguiremos disfrutando de la frescura del terruño en su garganta, que perfiló su apuesta principiando por granaína y media granaína, bien templá y melosa, tejiendo lentita los tercios con mesura para bambolearse después al compás de tangos de Graná, Pastora y Triana. La soleá es otra cosa. Curro Vargas la cubrió de sensibilidad y empaque con falsetas mu flamencas en las que paró el tiempo, disfrutando del cante en sus cuerdas, trenzando los melismas de la cantaora con los bordones gordos de solemnidad. Rendida a los dones de Fernanda de Utrera, sin pretensiones de remedar lo inigualable, sino como rendición de honores a la mejor de todos los tiempos por estas lides, se metió al siete por medio rascándose las entretelas por La Andonda, El Machango o Paquirrí según Su Majestad La Soleá. Después, con permiso de su tía Inés Bacán, entonó emocionada la nana Cansada marisma, que compuso Pedro Bacán con la maestría y el regusto de los que saben los caminos que llegan a las telillas del corazón. Aquel que nos dejó maljerío por seguiriyas desde la apertura de Tío José de Paula hasta el macho de Juanichí El Manijero donde Fernanda se revolcó en sangre.
«Fernanda gustó en Jerez. Cautivó su bonhomía y su cante sin imposturas, bien interpretao, con sus cositas y sin tapujos. Entregada y sincera como ella misma, celebró en cada tercio de su gañote el sabor de Lebrija, dialogando con la guitarra y mirando a los ojos al público transparentando su verdad»

Pero lo mejor estaba por llegar. Fueron las cantiñas y los ecos de Pinini los que encandilaron a la afición por el dominio del tempo y las cadencias perfumadas con los aires que van de Lebrija a Utrera. Y para celebrar los 600 años de la llegada de los gitanos a nuestra tierra, se rebuscó con acierto y empaque por galeras en tributo a El Lebrijano, que denunció tronando con su nuez portentosa el maltrato y la persecución de su bendito pueblo. Los cuplés de Pepa y Bernarda de Utrera preñaron las bulerías con las que echó el pestillo al recital, cantando al aire y rebosante de flamencura, bailecito incluido, siempre asistida por una sinfónica del compás con las palmas de Juan Diego y Manuel Valencia.
Fernanda gustó en Jerez. Cautivó su bonhomía y su cante sin imposturas, bien interpretao, con sus cositas y sin tapujos. Entregada y sincera como ella misma, celebró en cada tercio de su gañote el sabor de Lebrija, dialogando con la guitarra y mirando a los ojos al público transparentando su verdad.
Ficha artística
Recital de Fernanda Peña
XXIX Festival de Jerez
Ciclo De peña en peña
Centro Cultural Flamenco Don Antonio Chacón
8 de marzo de 2025
Cante: Fernanda Peña
Guitarra: Curro Vargas
Palmas: Juan Diego Valencia y Manuel Valencia












