Por su escenario ha corrido el arte inmortal de Paco de Lucía, Camarón de la Isla o Enrique Morente. Pero como no solo de flamenco vive el ser humano, también han visto sus paredes a personajes como el mítico Miles Davis, Lenny Kravitz o Slash. El local perdió parte su magia cuando falleció en 2008 su dueño, Miguel Aguilera el Candela, en circunstancias trágicas. Aunque fue la Covid la que terminó por sepultarlo. Ahora reabre sus puertas con aire fresco y con el flamenco como protagonista.
Tras cinco meses de reforma, un grupo de socios ha resucitado al Candela con idea de respetar el espíritu –y la esencia– del original. Según cuentan los compañeros de Gran Madrid en El Mundo, entre los socios se encuentran el actor Unax Ugalde, la ganadora de MasterChef Ángela Gimeno, el productor de cine Enrique Lavigne, la artista Amanda Portillo, el pintor Piro Sánchez-Ocaña y los empresarios Alfonso Pozuelo, Edu por las Noches y Neus Cerdà.
El renovado establecimiento centrará su atención en el flamenco, como no podía ser de otra forma, y en un restaurante liderado por Ángela Gimeno. «El nuevo Candela será un homenaje a la tradición, un lugar donde la esencia castiza brille con luz propia. Hemos puesto especial atención a cada detalle, desde la parte gastronómica hasta la decoración, asegurándonos de que cada cuadro y cada elemento rescatado de los archivos originales cuente una historia», explica a Gran Madrid Ángela Gimeno, la chef valenciana que ganó el concurso televisivo este año.
«Artistas flamencos que pasaron por las tablas del antiguo Candela volverán a la programación del nuevo local, pero también se invitará a los intérpretes del flamenco contemporáneo. Actuaciones íntimas para que participen artistas consolidados y emergentes»
Artistas flamencos que pasaron por las tablas del antiguo Candela volverán a la programación del nuevo local, pero también se invitará a los intérpretes del flamenco contemporáneo. Actuaciones íntimas para que participen artistas consolidados y emergentes. Además, según informan, por las noches el establecimientos se convertirá en un club donde los pinchadiscos conectarán el flamenco con otros géneros actuales.
El Candela abrió sus puertas por primera vez en 1982 donde residía la Peña Chaquetón. Miguel Aguilera, miembro de la peña, decidió montar el tablao cuando la asociación cambió de local. Un establecimiento donde el flamenco era auténtico y alejado del mundo turista.
«Era un bar de copas, pero bien. No era un bar de estos con luces que te destrozan los ojos. Era un bar flamenco en el centro de Madrid, que tenía una cueva abajo. Con unos ventanales amplios donde entraba la luz por la tarde. Yo llegaba por las tardes para jugar al ajedrez con el dueño, Miguel, que en gloria esté», recuerda el escritor Montero González.
«Abajo en la cueva se ponían a tocar la guitarra, pero no para dar un concierto. Porque muchos músicos venían de trabajar en los tablaos, para los turistas, para los japoneses. En el Candela tocaban lo que les gustaba, estaban en su casa», continúa el escritor en un reportaje de El Mundo.
«Era un nido de flamencos […] Estábamos muy a gusto, había muy buena onda. Miguel, que era el dueño, lo llevaba muy bien. Todo ese rollo de nocturnidad, y gitanos y payos juntos, en armonía y de cachondeo. Y ahí tocábamos incluso hasta las claritas del día, muchas veces», confiesa en una entrevista el músico Jorge Pardo.
→ Ver aquí el reportaje sobre el Candela publicado por Ale Luque en febrero de 2021 en Expoflamenco.